Título original: Truman. Dirección: Cesc Gay. País: España y Argentina. Año: 2015. Duración: 108 min. Género: Drama, Comedia. Guión: Cesc Gay y Tomás Aragay. Producción: Marta Esteban y Diego Dubcovsky. Coproducción: Daniel Burman, Hugo Sigman, Alejandro Gorodish, Matías
Mosteirín y Axel Kuschevatzky. Sonido: Albert Gay y Jesica Suárez. Fotografía: Andreu Rebés. Música: Nico Cota y Toti Soler. Montaje: Pablo Barbieri. Dirección Artística: Irene Montcada. Estreno en España: 30 Octubre 2015.
Intérpretes: Ricardo Darín(Julián), Javier Cámara (Tomás), Dolores
Fonzi (Paula), Àlex Brendemühl (Veterinario), Javier Gutiérrez (Asesor
funeraria), Eduard Fernández (Luis), Elvira Mínguez (Gloria), Silvia Abascal
(Mónica), José Luis Gómez (Productor), Pedro Casablanc (Médico), Francesc
Orella (Actor restaurante), Oriol Pla (Nico), Ana Gracia (Actriz restaurante), Susi
Sánchez (Mujer adopción), Ágata Roca (Mujer 1) Nathalie Poza (Mujer 2), Trolio (Truman).
Sinopsis:
Dos amigos de la infancia ahora ya en la mediana edad, Julián y Tomás, se
reúnen después de muchos años y pasan unos días inolvidables juntos,
principalmente debido a que su reunión es también, seguramente, su último
adiós.
Javier Cámara y Ricardo Darín en "Truman" |
Comentarios:
Darín y Cámara pasaron por el último certamen del Festival de San
Sebastián 2015 y arrasaron, obteniendo ex aequo, el galardón al Mejor Actor. Estamos
ante una bellísima historia de amistad, donde el amor a los animales se eleva al
cielo. “Truman” es antes que nada, en palabras de su director, un intento. El
intento de perder el pánico que a todos nos invade cuando la vida nos sitúa
ante la enfermedad y ante el final que se acerca; el nuestro o el de alguien
querido. Una mirada sobre cómo reaccionamos ante lo imprevisto, el desconsuelo
y lo desconocido.
'Cave canem'. Los romanos ricos colocaban esta frase a la entrada de sus
casas para avisar. 'Cuidado con el perro' no era tanto una amenaza (que
también) como el nombre de una frontera imaginaria. De un lado, lo íntimo, lo
privado, lo propio; del otro, todo lo demás. Y en medio, un ladrido. “Truman”
es, además del título de la película de Cesc Gay que inauguró la competición de
San Sebastián, el nombre de un perro. El animal es feo, viejo, tranquilo y se
diría que sentimental. Además de eso es una metáfora; una metáfora que ladra.
Suele ocurrir.
La película cuenta la historia de un hombre que muere. Un cáncer es el
responsable. Justo en el momento en el que recibe la noticia, su único
propósito no será otro que aguantar en pie lo que queda. Despedirse de quien
debe hacerlo y dejar a 'Truman', su perro, de la mejor manera posible. No hay
más. Ricardo Darín es el que se despide y Javier Cámara, el amigo que acude a
recoger lo que queda cuando ya apenas queda nada.
Quiere el director adentrarse en el terreno quizá prohibido al que
siempre se niega la posibilidad de la palabra. Vivimos un tiempo extraño en el
que la intimidad es, y cada vez más, mercancía; un producto con el único valor
de la exhibición pública, que no púdica. Sin embargo, hay un asunto que aún se
mantiene al margen. Morir tiene mala prensa. Y es raro. Al fin y al cabo, la
muerte o mejor la consciencia de ella (que diría, con perdón, Heidegger) nos
define como proyecto inacabado, como posibilidad, como deseo. De alguna manera,
la sociedad moderna ha claudicado, en el consumo acelerado de lo inmediato, de
cualquier reflexión con sentido sobre quizá la única certeza: pase lo que pase
llegará un momento en que dejará de pasar. Es así.
Pues bien, sigue comentándonos Luis Martínez, tras su asistencia al
Festival de San Sebastián, a ello se aplica “Truman” con una claridad en
equilibrio siempre inestable con la justa emoción. Digamos que la película
traspasa la línea del 'Cave canem' con el rigor, la precisión y la intensidad
debida. Se trata de entrar en el delicado terreno de lo privado, de lo íntimo,
sin mercadear con las emociones, sin ladrar. Importa el dolor punzante del
mordisco, no el ruido del ladrido.
El
cine de Cesc Gay se alimenta básicamente de la palabra; del tumulto de las
conversaciones echadas a rodar sobre la retina. Y más adentro. La cámara se
mueve sobre los rostros de los personajes sólo pendiente de cada inflexión de
la voz. La carga de la prueba siempre descansa en el trabajo de los actores. Y
aquí lo que ofrece “Truman” es una intensa, trágica, divertida por momentos y
siempre resplandeciente exhibición de unos intérpretes al límite de casi todo.
Darín, más Darín que nunca.
Los diálogos son impresionantes sobre todo los diálogos sin palabras, los de las miradas.
ResponderEliminarComo bien dices, Darín más Darín que nunca.