Este thriller futurista, dirigido por Ridley Scott, protagonizado por Harrison Ford y basado en la novela de Philip K. Dick, acabó siendo una de esas películas con aureola mítica que aún hoy, 30 años después, sigue manteniendo.
Sin embargo, el asunto de su banda sonora fue muy complejo: el director hizo un primer montaje de las imágenes con extractos musicales de El planeta de los simios y Humanoides del abismo, ambas de James Horner.
Una vez contratado Vangelis, ganador del Óscar un año antes por Carros de fuego (1981), Scott mostró reticencias ante su capacidad para crear el ambiente adecuado al filme y, sin escuchar una sola nota, quiso reemplazarlo por Jerry Goldsmith (con quien había colaborado en Alien) o Gil Melle (La amenaza de Andrómeda).
Finalmente las composiciones electrónicas creadas por Vangelis y la capacidad de conectar con el espectador emocionalmente convencieron a Scott. Y es normal, ya que la obra de Vangelis resultó soberbia y hay que decir que el compositor nunca más ha vuelto a componer con tanto criterio cinematográfico.
No obstante, estos desencuentros entre compositor y director hizo que la banda sonora original no pudiese ser editada, saliendo a la venta una extraña aunque fascinante grabación del score a cargo de la “Nueva Orquesta Americana” conducida por Jack Elliot.
Posteriormente ha salido a luz siete versiones más de la Banda Sonora.
Entre los temas más relevantes hay que destacar “End Titles”, el tema que cubre los títulos de crédito finales, una música completamente diferente a la del resto de la película. El ritmo está construido sobre cuatro notas que se repiten a una velocidad de vértigo y dan como resultado un tema que parece más bien un alegato techno de los ochenta al más puro estilo Giorgio Moroder. Aquí tenéis su vídeo:
Existen muchos más temas sugerentes en esta Banda Sonora, basta recordar Blade Runner Blues, One more kiss dear o Love Theme. Nos quedamos con éste último track, que a bien seguro os encantará:
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