martes, 20 de noviembre de 2018

Colette (Wash Westmoreland, 2018)


Título original: Colette. Dirección: Wash Westmoreland. Países: Reino Unido, EE.UU., Hungría. Año: 2018. Duración: 111 min. Género: Drama.
Lucia Zucchetti (Montaje), Giles Nuttgens (Fotografía), Richard Glatzer, Rebecca Lenkiewicz, Wash Westmoreland (Guión), Thomas Adès (Música), Elizabeth Karlsen, Pamela Koffler, Michel Litvak, Christine Vachon, Gary Michael Walters, Stephen Woolley (Producción).
Estreno en Sevilla: 16 Noviembre 2018.

Reparto: Keira Knightley (Colette), Dominic West (Willy), Denise Gough (Missy), Fiona Shaw (Sido), Eleanor Tomlinson (Georgie Raoul-Duval), Robert Pugh (Jules), Ray Panthaki (Veber), Masayoshi Haneda (Baptiste).

Sinopsis:
Colette, una mujer inconformista criada en un entorno rural, se casa con el carismático y egocéntrico intelectual Willy. Willy introduce a Colette en la bohemia del París de principios del siglo XX y le pide que escriba novelas basadas en su experiencia, que serán publicadas bajo el nombre de su marido. Cuando la saga de novelas Claudine le catapulta al estrellato, Colette se enfrentará Willy para reclamar los derechos de su obra y su propia libertad personal.

Fotograma de "Colette"

Comentarios:
En su libro “Un mundo aparte. 50 visiones cinematográficas sobre la creación literaria” (Editorial UOC), Raúl Cornejo recuerda las reservas del cineasta David Cronenberg frente al subgénero del biopic literario, manifestadas antes de afrontar su adaptación de “El almuerzo desnudo”. El tópico visual del escritor ante la página en blanco y el mecánico empleo de la elipsis funcionan como arbitrario cliché para sortear el problema de lo irrepresentable que resulta el proceso creativo del escritor. Los biopics literarios siempre acaban hablando de otra cosa, dejando la propia literatura en un cuestionable fuera de campo. Colette, de Wash Westmoreland, pese a los insistentes planos en los que la pluma de la protagonista avanza, crea, tacha y corrige sobre un manuscrito, no es ni mucho menos una excepción.
La figura de Sidonie Gabrielle-Colette proporciona, no obstante, los suficientes componentes dramáticos para que el biógrafo cinematográfico pueda ejecutar su operación sin demasiados desvelos: partiendo de un guion coescrito junto al malogrado Richard Glatzer y Rebecca Lenkiewicz, guionista de “Ida” (2013) y “Disobedience” (2017), Westmoreland decide reducir su Colette a una historia de emancipación creativa, centrándose en sus primeros pasos a la sombra –los años Claudine- y las tensiones de su vampírico matrimonio con Henry Gauthier-Villars, a quien Dominic West hace un flaco favor interpretándole como si estuviera participando en una competición mundial de irreprochable dicción inglesa. Por fortuna, Keira Knightley da vida a la escritora como si esa identidad cayera sobre sus hombros con la misma naturalidad con la que, en su momento, el característico peinado Claudine fue adoptado por sus lectoras. La fama del personaje de ficción y los desafíos de la autora a la moral de la época salen a relucir, pero un estéril academicismo coloca este trabajo en el mismo montón de biopics literarios demasiado mecánicos al que aludía Cronenberg. (Jordi Costa)
Recomendada (con reservas).

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