sábado, 31 de enero de 2015

Nightcrawler (Dan Gilroy, 2014)


 

Título original: Nightcrawler. Dirección: Dan Gilroy. País: USA. Año: 2014. Duración: 113 min. Género: Thriller.

Guión: Dan Gilroy. Música: James Newton Howard. Fotografía: Robert Elswit. Montaje: John Gilroy. Producción: Jennifer Fox, Jake Gyllenhaal, Tony Gilroy, David Lancaster, Michel Litvak.

Presentación Especial en el Festival Internacional de Cine de Toronto 2014. Nominada al Oscar 2014 al Mejor Guión Original. Nominada al Globo de Oro 2014 al Mejor Actor principal de drama (Jake Gyllenhaal).

Fecha del estreno: 30-01-2015 (España).

 

Reparto: Jake Gyllenhaal (Louis Bloom), Rene Russo (Nina), Riz Ahmed (Rick), Bill Paxton (Joe Loder), Ann Cusack (Linda), Kevin Rahm (Frank Kruse), Kathleen York (Jackie), Eric Lange (camarógrafo), Jonny Coyne (propietario de la casa de empeños), Michael Hyatt (detective Conan Fronteiri), Kiff VandenHeuvel (el editor).

 

Sinopsis:

Tras ser testigo de un accidente, Lou Bloom, un apasionado joven que no consigue encontrar empleo, descubre como forma de ganar dinero el mundo del periodismo criminalista en la peligrosa ciudad de Los Ángeles. Su trabajo es llegar a los escenarios de crímenes o accidentes y fotografiar lo sucedido para venderlos al mejor postor.

 

Comentarios:

El señor y la señora América, aquel concepto de Billy Wilder expuesto en la insigne El gran carnaval (1951), con el que se bautizaba a la masa que se alimenta de carroña social a través de los medios de comunicación, han parido un nuevo hijo: un don nadie dispuesto a todo, producto de los tiempos de Internet como curso de formación vital, como mercader de la autoayuda, un reptil de la noche, un trabajador por cuenta propia que se comería a su madre con tal de vender un reportaje de 200 dólares. Nightcrawler, estimulante película de debut del hasta ahora guionista Dan Gilroy, hermano menor de Tony, director de Michael Clayton, es un viaje al fin de la noche comandado por un sociópata del siglo XXI que quizá no sea más que un vendedor de crecepelo del XIX, el hijo bastardo del periodismo ciudadano entendido como curso online de fontanería casera, “un mísero, legañoso, pulgoso, aterido, que ha acabado aquí perseguido por el hambre”, que diría Céline.

Gilroy, guionista y director, ha creado un personaje apasionante al que Jake Gyllenhaal pone rostro demente, ademanes peligrosamente suaves y una cadencia en los diálogos que, literal, aterran. Como en el Taxi driver de Martin Scorsese, Paul Schrader y Robert De Niro, película con la que Nightcrawler tiene variados paralelismos, quizá demasiados, es una criatura solitaria que sólo quiere trabajar, “en donde sea y a la hora que sea”. Gilroy ha intentado crear el Network de las noticias de sucesos en los canales de televisión locales y, con la sensacional ayuda de Robert Elswit, director de fotografía habitual de Paul Thomas Anderson, casi lo consigue.

Casi, porque la fascinante atmósfera, el inquietante personaje, el escrupuloso mantenimiento del punto de vista y los insólitos toques de comedia negra, a los que también se agarraba la película de Sidney Lumet, no van acompañados de la irresistible complejidad de aquel guión de Paddy Chayefsky en el tratamiento del comprador de la noticia, no sólo la masa, que también, sino sobre todo el cargo periodístico dispuesto a dar basura y sangre, aun a costa de cualquier rigor. Y aquí el personaje de Rene Russo queda dibujado, sin más, por el miedo a perder el trabajo más que por las ansias de gloria, lo que, aun siendo signo de los tiempos, queda algo superficial.

En Taxi driver había un discurso posVietnam y una aguda reflexión sobre la sociedad como ente; aquí hay un fantástico personaje que trasciende en menor medida. Eso sí, el tamaño de las películas con las que el crítico se ve obligado a comparar a Nightcrawler, candidata al Oscar al mejor guión original, ya da una idea de la importancia de la propuesta de Gilroy, cuidadísima desde el primer instante, con ese vampiro de la noche que chupa la sangre a la sociedad porque ésta quizá le ha obligado a alimentarse de ella, hasta el muy simbólico último plano, junto a los créditos, presidido por una luna llena que alumbra la salida nocturna de los licántropos como él. (Javier Ocaña)

Recomendada.



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