Título original: Las herederas. Dirección: Marcelo Martinessi. País: Paraguay. Año: 2018. Duración: 97
min. Género: Drama.
Fernando Epstein (Montaje), Luis Armando Arteaga (Fotografía), Marcelo Martinessi (Guión), La Babosa Cine, Pandora Film,
Mutante Cine, Norsk Filmproduksjon A/S, Esquina Filmes, Sebastian Peña Escobar,
Marcelo Martinessi (Producción),
Daniel Turini, Fernando Henna, Rafael Álvarez (Sonido), Tania Simbron (Vestuario),
Carlo Spatuzza (Dirección Artística).
Premio FIPRESCI y Premio
a la Mejor Actriz (Ana Brun) en el Festival de Berlín 2018.
Estreno en Sevilla: 8 Marzo 2019.
Reparto:
Ana Brun, Margarita Irun,
Ana Ivanova (Angy), Nilda Gonzalez (Pati), Maria Martins (Pituca), Alicia
Guerra (Carmela).
Sinopsis:
Asunción, Paraguay. La
relación de pareja entre Chela y Chiquita se está deteriorando. Sobre todo
desde que, para enfrentar su difícil situación económica, comenzaron a vender
sus bienes heredados. Cuando Chiquita, la más dinámica de las dos, va a la
cárcel acusada de fraude, Chela se ve obligada a abandonar la comodidad de su
existencia pequeño-burguesa y empieza una especie de ‘servicio de taxi’, con su
propio automóvil principalmente para un grupo de ancianas. Fortuitamente conoce
a Angy – hija de una de sus clientas - una mujer más joven y muy extrovertida.
Junto con su repentino trabajo, esta nueva relación va a afectar profundamente
la vida de Chela provocándole una revolución interna.
Fotograma de "La herederas" |
Comentarios:
La ópera prima de Marcelo
Martinessi es el preciso estudio psicológico de una relación que, aunque
sólida, se ha estancado en la rutina: la de dos mujeres maduras, una enérgica y
resoluta y la otra tendente a la pasividad y el ensimismamiento.
Sorprendentemente, la película elige poner el foco en esta última.
Una vez que Chiquita
(Margarita Irun) ha ingresado en la cárcel por un delito de fraude, Chela (Ana
Brun) se ve obligada a lidiar con la soledad y con unos problemas económicos
que amenazan su estilo de vida de clase alta, y a contemplar cómo su mundo es
desmantelado a medida que pinturas y cuberterías que han pertenecido a su
familia son vendidas. Desde el principio queda claro que es ella quien
realmente vive en una prisión, tras los barrotes mentales que ella misma ha
construido y que su compañera ha contribuido a reforzar. A su edad, está
demasiado atada a sus hábitos como para asumir ni un cambio tan dramático ni,
por supuesto, la nueva forma que su existencia está a punto de tomar.
En todo caso, “Las
herederas” no habla tanto del final de una forma de vida como de un complejo
renacer; para Chela, después de todo, perder los muebles y la dignidad y hasta
las certezas sentimentales acaba siendo menos un trauma que una verdadera
liberación. Martinessi en ningún momento subraya esta transformación, sino que
permite que suceda a la manera de una confusa suma de circunstancias,
elecciones, casualidades y accidentes. Y de esa manera, casi de forma
milagrosa, logra que al final de la película hayamos ido conociendo a su
heroína al mismo tiempo que ella se conocía a sí misma, y que en el proceso
hayamos sido sutilmente enfrentados a algunas lacras –las disfunciones
administrativas, las desigualdades de clase, las condiciones de vida de las
reclusas– que afectan a la sociedad paraguaya. (Nando Salvá)
Recomendada.
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