En 1911 Sorolla empieza a cumplir uno de los grandes sueños de su vida: unir en un solo espacio su estudio y su caso, su pintura y su familia. Todo ello, amparado por un bello jardín. Para el pintor suponía la culminación de muchas de sus aspiraciones, al tratarse de un espacio con un valor representativo fundamental que simbolizaba su éxito social y personal. El actual Museo Sorolla es ese sueño del artista, y su jardín constituye una de las más importantes obras maestras del pintor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario