Desde los zapatos color rubí que lucía Judy Garland en El mago de Oz o el sombrero del que nunca se desprende Indiana Jones, hasta la indumentaria
virtual y mágica de los personajes de Avatar,
la galería de vestidos, trajes, atavíos y complementos ha sido fundamental en
la creación de los personajes que habitan el celuloide. Más de un centenar de
esas piezas emblemáticas se despliegan en el museo londinense Victoria & Albert como
reconocimiento a la labor de sus artífices, los diseñadores de vestuario, y a su
contribución en la forja de verdaderos iconos de la gran pantalla. Tal y como
reivindica Meryl Streep, "el
vestuario supone media batalla ganada" a la hora de encarar un papel.
Una réplica del bolso que siempre portaba Margaret Thatcher acabó resultando
clave en la encarnación que nos regaló la actriz de la dama de hierro, al igual
que aquel inolvidable vestido de chiffon convirtió a Marylin Monroe en una
verdadera bomba sexual en Con faldas y a
lo loco (1959) o los calzones de Rocky
catapultaban la estrella del debutante Sylvester Stallone. "La ropa nunca es una frivolidad, siempre
significa algo", sostenía James Laver, primer responsable de la
institución británica, que ahora propone un recorrido por algunos de los
atuendos más famosos en un siglo de historia del cine (1912-2012) desde su
génesis, que parte del guion, hasta su traslación final arropando y apuntalando
el trabajo de los actores.
En ese recorrido a través de épocas y géneros, de contextos sociales
cambiantes hasta la era tecnológica, el diseñador de vestuario ha cumplido
exitosamente su labor cuando consigue ser "invisible". Así lo
caracteriza la comisaria de la exposición Hollywood Costume, Deborah Nadoolman
Landis, una veterana del gremio que vistió y moldeó al protagonista interpretado
por Harrison Ford en En busca del arca
perdida (1981) y sus secuelas. Landis ha precisado de todo un lustro para
reunir esas 130 piezas que nunca han sido expuestas al público y que forman
parte del acervo de los estudios de California, de colecciones privadas o de
instituciones como el Museo Nacional de Historia Americana Smithsonian,
propietario de los famosos zapatos rojos de Dorothy de El mago de Oz.
Los zapatos rojos de Dorothy de El mago de Oz |
Atuendos como el abrigo largo que porta Keanu Reeves en Matrix (1999), y que en la realidad ni
siquiera es de cuero, resultan de lo más anodinos examinados de cerca, porque
el atuendo "se diseña para un
momento determinado en la pantalla, con la luz y el enfoque correctos".
El principal cometido de Nadoolman y sus colegas no reside en cortar tela o
ejecutar trajes espectaculares, sino en conseguir que la audiencia crea en los
personajes.
Keanu Reeves en Matrix |
El proceso arranca con una exhaustiva investigación, ya sea de los trajes
de astronauta que utiliza la NASA o de contextos históricos que, por ejemplo,
se traducen en el famoso vestido de terciopelo verde con el que Scarlett O’Hara
intenta seducir a Rhett Butler en Lo que
el viento se llevó (1939). O en los trajes que llevaron Bette Davis, Judi
Dench y Cate Blanchett en sus respectivas encarnaciones de Isabell I (La reina Virgen, Shakespeare enamorado y
Elizabeth). Todos ellos son exhibidos en las tres salas de la exposición
(hasta el 27 de enero), que también se detiene en reflexionar sobre la
colaboración de los directores y sus diseñadores de vestuario con el objetivo
de perfilar a sus criaturas del celuloide. Ellos son la historia y plantean
toda serie de retos, como "vestir" a la femme fatal de la animación ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988) o
en años más recientes convertir a golpe de corte de pelo al español Javier
Bardem en el siniestro asesino de No es
país para viejos.
Cate Blanchett en Elizabeth |
Grandes damas de la era dorada de Hollywood como Marlene Dietrich, a quien
sentaba tan bien un vestido de lamé como un esmoquin, o la Audrey Herpburn que
transformó un sencillo vestido negro en artículo de lujo (Desayuno con diamantes) tienen un lugar destacado en la muestra. El
guion, sin embargo, no siempre exige ese glamour para sus heroínas: de tonos y
formas neutros —para no desviar la atención de la trama— es el traje de dos
piezas que Edith Heath (ganadora de ocho Oscar) concibió para Tippi Hedren en Los pájaros, por encargo de Alfred
Hitchcock.
La propuesta del museo entraña, en definitiva, todo un homenaje al cine y
en especial a la época más rutilante de Hollywood, si bien las cintas
contemporáneas también cuentan con una nutrida representación que incluye los
diseños utilizados en títulos como Brokeback
Mountain o Taxi driver. Y se
rinde ante el trabajo de los diseñadores de vestuario que, en palabras del
director Tim Burton, consiguen "la representación visual de la cara
interior de la gente".
Brokeback Mountain |
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