lunes, 6 de febrero de 2023

EO (Jerzy Skolimowski, 2022)

Título original: EO. Dirección: Jerzy Skolimowski. País: Polonia. Año: 2022. Duración: 86 min. Género: Drama.

Guión: Jerzy Skolimowski, Eva Piaskowska. Música: Pawel Mykietyn. Fotografía: Michal Dymek. Producción: Jerzy Skolimowski.

Premio del Jurado en el Festival de Cine de Cannes 2022. Mejor Dirección en el Festival de Cine de Valladolid (SEMINCI 2022).

Fecha del estreno: 16 Diciembre 2022 (España).

 

Reparto: Sandra Drzymalska, Lorenzo Zurzolo, Mateusz Kosciukiewicz, Isabelle Huppert, Tomasz Organek, Saverio Fabbri, Lolita Chammah.

 

Sinopsis:

El mundo es un lugar misterioso, sobre todo visto a través de los ojos de un animal. En su camino, EO, un asno gris de ojos melancólicos, se topa con buena gente y otra no tan buena, conoce la alegría y la pena, y la rueda de la fortuna transforma, según el momento, su buena suerte en desastre, y su desdicha en felicidad inesperada. Pero nunca, en ningún momento, perderá la inocencia.

 

Comentarios:

Han pasado siete años desde su película anterior (11 minutos, 2015) y cincuenta y cinco desde que, con La barrera (1966) y La partida (1967), se convirtiera en la punta de lanza del ‘Nuevo Cine Polaco’, uno de los movimientos que dieron forma a la primavera cinematográfica de la modernidad en la Europa del Este todavía dominada entonces por la Unión Soviética del estalinismo. En los años ochenta volvió a sorprendernos con Trabajo clandestino (1982) y El buque-faro (1985). Se llama Jerzy Skolimowski, tiene ya 84 años (¡¡ochenta y cuatro!!) y ha entregado la obra más juvenil, juguetona, experimental, atrevida y heterodoxa entre todo lo que se ha podido ver en el festival de Cannes 2022. Su protagonista es un asno, sí, un burro como el de Robert Bresson (Al azar Baltasar, 1966), enfrentado como aquel a todo el dolor y el daño que la maldad provoca en el mundo, pero este –que atiende por EO– situado dentro de una fábula que se dispersa por múltiples caminos y que se abre a una incontrolable diversidad de texturas y de registros.

Tan pronto estamos en el territorio del realismo poético, como nos adentramos por fronteras concomitantes con el David Lynch de Twin Peaks 3; unas veces creemos estar el campo del realismo social, otras en el de la sátira política y las siguientes en el de la parodia grotesca; unas secuencias nos hablan de la subjetividad y hasta de los recuerdos del asno, y otras de la barbarie de la ultraderecha, del maltrato animal, de la inmigración ilegal y de las diferencias de clase. La película es un tobogán felizmente imprevisible a despecho de que no todos sus fragmentos resulten igual de hipnóticos o de misteriosos, y a pesar también de que Skolimowski ceda, ¡ay¡, a la brocha gorda de una puesta en escena tan plana como zafia en la secuencia de Isabelle Huppert (nunca estuvo tan mal y tan fuera de sitio esta inmensa actriz).

Salvados todos estos escollos, la historia del burrito EO es un obra llena de ruido y de energía, de furia ecléctica y de pinceladas rabiosas. La obra de un creador en estado de ansiedad, dispuesto a ajustar cuentas con el estado actual del mundo a contracorriente de todo y de todos. Solo por ello merece la pena asomarse sin prejuicios a un film completamente fuera de norma y de expectativas, tan desigual y caprichoso como estimulante y original. Jerzy Skolimowski se descuelga con esta historia de un asno que llora cuando le separan de su dueña en el circo y que luego atraviesa todas las geografías y penalidades imaginables y por imaginar, rescatando para los tiempos actuales el fuego interno de la modernidad cinematográfica de los años sesenta del siglo pasado, que al parecer se resiste a dejarse apagar. (Carlos F. Heredero)

Recomendada.




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