sábado, 23 de febrero de 2019

El Museo del Prado en el Cine



El 19 de noviembre de 1819 abría sus puertas el Real Museo de Pintura y Escultura, con 311 obras de la Colección Real, todas ellas de autores españoles; en 1868 pasó a denominarse Museo Nacional de Pintura y Escultura y posteriormente Museo Nacional del Prado. Son 200 años los que cumple la primera pinacoteca española, que es a la vez una de las más importantes del mundo.

Para celebrar su bicentenario, a lo largo de 2019, se realizarán una serie de actividades, unas de carácter conmemorativo, y otras que servirán también para analizar su historia y reflexionar sobre su presente y sus perspectivas de futuro.

Una de estas actividades es la denominada Memoria audiovisual del Museo del Prado, la compilación de un fondo documental con más de 400 archivos audiovisuales, de diversa naturaleza, que muestran algo más de 100 años de historia del Museo en imágenes en movimiento. Muchos de estos archivos, más de 300, algunos de ellos restaurados, están ya alojados en la página web de Museo.

Las imágenes tienen distinta procedencia: Filmoteca Española, Archivos de NO-DO y Televisión Española, y de diversas distribuidoras de cine, dependiendo de la naturaleza de las imágenes, pues el conjunto contiene tanto programas documentales de televisión, como “Mirar un cuadro”, reportajes informativos para “Informe Semanal”, así como visitas institucionales y otros acontecimientos culturales.

Capítulo propio, y más relacionado con los fines de Linterna Mágica, es el que dedican a la relación entre el Museo y el Cine, en el que ofrecen imágenes de una serie de películas rodadas en las propias salas o en los alrededores del Museo. No obstante, el repertorio de títulos no es muy grande, apenas llega a la docena; nosotros vamos aquí a repasar algunos de ellos.

En el exterior del Museo, en la Puerta de Velázquez, transcurre una secuencia de la cinta muda ¡Viva Madrid, que es mi pueblo! (Fernando Delgado, 1928). También en el exterior, vemos a Las chicas de la Cruz Roja (Rafael J. Salvia, 1958), en una secuencia que transcurre en la parte trasera del Museo, junto a la Iglesia de Los Jerónimos.

Más simpática es la secuencia de la comedia El pobre García (1961), dirigida y protagonizada por Tony Leblanc, que hace de peculiar guía del Museo del Prado.



En Último chantaje (George Marshall, 1961) Rita Hayworth y Rex Harrison son ladrones de obras de arte, que visitan el Museo para preparar el robo de “El dos de mayo” de Goya.



De los largometrajes que integran esta “Memoria audiovisual” el de más reciente realización es Amores locos (Beda Docampo Feijóo, 2008), protagonizada por una vigilante de la sala de pintura flamenca del Museo, que cree estar pintada en uno de los cuadros. 



No contamos, por tanto, para el Museo del Prado con una película en la que el propio Museo sea el auténtico protagonista; algo con lo que sí cuentan otros museos, como ocurre con el documental National Gallery (2014), dirigido por Frederick Wiseman, que muestra el día a día de ese museo londinense: el público, los grupos educativos con sus profesores y los profesionales que trabajan en él. Lo mismo ocurre con  El Gran Museo (2014) un interesante documental de Johannes Holzhausen que nos muestra el funcionamiento del imponente Museo de Historia del Arte de Viena (Kunsthistorisches Museum).

Por su parte, en Francofonía (2015) Alexander Sokurov (director de “El Arca Rusa”) plasma la lucha de algunas personas para proteger los tesoros del Museo de Louvre, en el París ocupado de 1940 y también analiza la relación entre arte y poder a lo largo de los siglos.




Hasta ahora lo más cerca que ha estado el Museo del Prado de protagonizar una película ha sido en La hora de los valientes (1998) de Antonio Mercero, que nos muestra la evacuación de las obras del Prado, en plena Guerra Civil, y en especial las peripecias de un empleado para salvar un autorretrato de Goya. Aunque la mayoría de las secuencias fueron recreadas en plató, también se rodó alguna dentro del museo. Nos quedamos con una de ellas, protagonizada por Gabino Diego y Leonor Watling.





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