A las mujeres de España, María Lejárraga

Han pasado pocos días desde el 8 de marzo, fecha señalada en la historia del feminismo, por lo que es buen momento para comentar uno de los documentales del año 2022 que han estado nominados en todos los premios importantes del cine español: Los Feroz, los Forqué, Los Carmen, los Asecan del cine andaluz (donde consiguió Premio No Ficción y Premio Música Original) y los premios Goya. Se trata del documental "A las mujeres de España, María Lejarraga", dirigido por Laura Hojman guionista, productora y directora de cine sevillana.

Esta es la tercera película documental como directora de Laura Hojman, en 'Tierras Solares' (2018) se acercó a la figura de Rubén Darío sobre su estancia en Andalucía a principios del siglo XX, y en 'Antonio Machado. Los días azules' (2020) nos relata la historia del poeta sevillano. En 'A las mujeres de España' nos narra la historia de María de la O Lejárraga, escritora y pionera del feminismo en España durante los años 20 del siglo pasado, presentándonos a un extraordinario personaje literario, político y feminista en la que se da la  excepcional circunstancia de que casi toda su obra se publicó a nombre de su marido, Gregorio Martínez Sierra, por lo que él se convirtió en el  testaferro y relaciones públicas de la obra de María y por supuesto en el poseedor de la autoría de toda la obra que ella escribía. 

 

Gregorio Martínez Sierra alcanzó gran notoriedad como el falso escritor que fue, y permitió a María la ocasión de conocer y hacer amistad con grandes intelectuales como Juan Ramón Jiménez, Turina y Falla; junto a este último compone la letra de El amor brujo. Cuando Martínez Sierra se enamora de la actriz Catalina Bárcena, María sigue manteniendo la ficción del matrimonio y escribiendo con el nombre de él, hasta que la amante concibe un hijo de su marido, momento en el que la pareja se separa. 

 

Con la Segunda República María se afilia al PSOE, participa activamente en el movimiento feminista de la época que consiguió instaurar el voto femenino, y en 1933 es elegida diputada por Granada. En esa época María tuvo un fuerte activismo político, llegando incluso a colaborar con Lorca en teatro. Tras la Guerra Civil, huye a Francia, donde será perseguida por la Gestapo, teniendo que permanecer oculta. Tras la muerte de Gregorio en 1947 María, en el exilio, se queda sin medios de vida, pues el teórico autor ha fallecido. Ella revela que era la autora de la obra de Martínez Sierra, pero solo provoca el rechazo generalizado de la intelectualidad de la época. 

 

Esta verdad, oculta durante décadas, ha aflorado en los últimos años, comprobándose que la obra atribuida a Gregorio Martínez Sierra –prosa, ensayo, teatro, libretos para zarzuelas, oratorios y ballets y artículos periodísticos– era en realidad obra de su mujer. En sus memorias del exilio tituladas 'Gregorio y yo. Medio siglo de colaboración' (1953) se ponía de manifiesto aquella simbiosis –la escritora a la sombra y el hombre de éxito que daba la cara y otorgaba una dimensión pública a los textos de aquella–, pero no fue hasta la biografía que publicó la investigadora Antonina Rodrigo en 1992, 'María Lejárraga, una mujer en la sombra', cuando se aceptó la autoría de María.

En los últimos años el papel de esta autora ha venido reivindicándose en varios escenarios, en 2019 se estrena la obra teatral Firmado Lejárraga, con guion de la escritora Vanessa Montfort, quien poco después llevaría la historia a la novela en La mujer sin nombre. En el año 2020 Isabel Lizárraga también convertiría a María en personaje novelesco en Luz ajena. El enigma de María Lejárraga.

En noviembre de 2022 la editorial Renacimiento reedita el libro Cartas a las mujeres de España que María escribió en 1916, por supuesto en aquella fecha la autoría perteneció a Gregorio, aunque se publicito como “Libro interesantísimo que deben leer todas las mujeres, porque trata con sinceridad, emoción y amenidad de sus derechos y de sus deberes. Trescientas páginas de buena doctrina”. Este libro parte de dos principios básicos, el primero: «Sí, de las mujeres es el porvenir»; y el segundo: «Para ser feminista, es decir, partidaria de que la mujer debe pasar su vida lo más feliz posible, haciendo la mayor suma de bien posible, ­siendo lo más útil posible a la Humanidad, gozando con tan perfecta naturalidad como el hombre la plenitud de sus derechos de ser humano, basta haber nacido “ser humano”, y, por añadidura, mujer. Las mujeres deben ser feministas, como los militares son militaristas y como los reyes son monárquicos; porque, si no lo son, contradicen la razón misma de su existencia». Afortunadamente ya en la nueva reedición ya aparece clara y nítida la autoría de María Lejarraga en la portada.

 

Con respecto al documental tiene un corte muy clásico, se estructura con fotografías de la época o planos recurso de naturaleza o edificios, intercalándose con la figura de la escritora interpretada por una actriz, con textos de la propia autora presentados con voz en off, y con las opiniones de algunas autoras contemporáneas, varias de ellas con gran papel en la recuperación de la memoria de esta escritora, como Vanessa Montfort, Remedios Zafra y Antonina Rodrigo.

Gracias a la directora que nos ha permitido ahondar en la historia de este olvidado personaje y difundir su vida y obra y unos interesantes aspectos de la vida en España en aquel periodo determinado.