Título original: Le Mystère Henri Pick. Dirección: Rémi Bezançon. País: Francia. Año: 2019. Duración: 100
min. Género: Comedia dramática.
Antoine Monod (Fotografía), Remi Bezançon, Vanessa
Portal (Guión), David Foenkinos (Guión adaptado), Laurent Perez del Mar
(Música), Valerie Deseine (Montaje). Mandarin Production, France 2
Cinema, Scope Pictures, Region Ile-de-France, Gaumont (Producción).
Estreno en Sevilla: 14 Junio 2019.
Reparto:
Fabrice Luchini
(Jean-Michel Rouche), Camille Cottin (Joséphine Pick), Alice Isaaz (Daphné
Despero), Bastien Bouillon (Fred Koskas), Josiane Stoleru (Madeleine Pick),
Astrid Whettnall (Inès de Crécy), Marc Fraize (Jean-Pierre Gourvec), Hanna
Schygulla (Ludmila Blavitsky), Marie-Christine Orry (Magali Roze, la
bibliotecaria).
Sinopsis:
Una joven editora
descubre una novela magistral escrita por Henri Pick, un cocinero fallecido dos
años antes. Según su viuda, Pick jamás leyó un libro y lo único que escribió en
su vida fue la lista de la compra. Cuando la novela se convierte en un éxito de
ventas, un crítico literario escéptico y obstinado se une a la hija de Pick
para desentrañar el misterio.
Comentarios:
Un thriller
claustrofóbico –Basada en hechos reales (2017), de Roman Polanski-, una comedia
(aparentemente) ligera –Dobles vidas (2018), de Olivier Assayas- y un whodunit
libresco y matizadamente bufo –La biblioteca de los libros rechazados, de Rémi
Bezançon- han ido desfilando por la cartelera para dar fe, a partir de sus
contrastadas estrategias, de lo firmemente enraizada que está la pasión
bibliófila en la cultura francesa, aprovechando, de paso, el inagotable
potencial narrativo que posee toda inmersión en los entresijos –en apariencia,
tan poco cinematográficos- de la industria editorial. En los tres casos, el
viejo trazo satírico, comúnmente orientado a señalar la fatua petulancia de los
círculos intelectuales, da paso a algo más, a una mirada que sabe trascender el
maniqueísmo sosteniéndose sobre un palpable conocimiento de causa alérgico a
los clichés mecánicos. Otro rasgo que permite relacionar tres trabajos tan
distintos pasa por su respectiva habilidad para proponer productivos diálogos
con géneros cinematográficos de clara vocación popular, iluminador indicio que
de que, en el país vecino, la lectura se sigue considerando cosa de todos,
valor democrático.
Partiendo de una novela
del mismo David Foenkinos que inspiró (y llevó al cine en colaboración con su
propio hermano cineasta) “La delicadeza” (2011) y alcanzó el reconocimiento
crítico con su reivindicación de la figura de Charlotte Salomon, “La biblioteca
de los libros rechazados” se centra en la investigación en torno a la autoría
real de un manuscrito sorprendente: una novela que armoniza la muerte de
Aleksandr Pushkin con la crónica de una ruptura sentimental en presente,
firmada por un pizzero difunto que, en vida, no había manifestado ningún tipo
de inquietud literaria. La película de Bezançon apuesta por una ligereza que no
quiere hacer sangre, aunque su trama fija dos dianas para lanzar sus dardos
críticos: las convicciones jerárquicas de un crítico literario mediático y la
ciega obsesión de la industria editorial por encontrar el próximo fenómeno de
mercado.
Si bien la resolución del
misterio resulta apresurada y ortopédica, la película luce algún pico de finura
estilística, como el que protagoniza ese reportaje televisivo en torno al
fundador de la biblioteca en cuestión. (Jordi Costa).
Recomendada
(con reservas).
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