Este
año se cumplen 30 años del estreno de Willow, una película que fracaso en
taquilla y cosecho malas críticas, pero que, tras su lanzamiento en DVD, se
convirtió en un film de culto, adorado por millones de amantes del cine
fantástico, un género poco reconocido por las “élites culturales” del Séptimo
Arte.
Y
es que, Willow, escrita por George Lucas y dirigida por Ron Howard, nos
transporta a un mundo épico, encantador, lleno de humor y acción. Por ello, ha
conseguido ser hoy en día una de las películas de aventuras que nos vienen a la
mente cuando pensamos en el género fantástico de los años 80.
Según el propio Lucas, tenía este guion
guardado en un cajón desde los 15 años y era un intento de homenajear a los
enanos del “Mago de Oz”. Sin embargo, existe un gran paralelismo entre está
historia y el mundo imaginado por J.R.R. Tolkien: enanos bondadosos que se
convierten en héroes, magos poderosos, una misión salvadora atravesando un
mundo medieval mágico, lleno de grandes peligros, un héroe “usual” que ayuda al
más pequeño a conseguir el éxito en su misión… Pero Willow, en mi opinión, va
más allá:
- Reivindica
un protagonista diferente, un enano. Gracias al éxito de esta película, su
protagonista, Warwick Davis, que conoció a Lucas haciendo de ewok en “El
retorno del Jedi”, pudo desarrollar una carrera con papeles de cierta
relevancia, entre los que destaca, Flitwick, el
profesor duende de la saga Harry
Potter. Además, Davis creó la agencia de empleo “Willow Management”,
especializada en la representación de actores que no superan el metro y medio
de altura.
- Ofrece,
aunque no sean las grandes protagonistas, mujeres fuertes
que toman decisiones importantes para el discurrir de la historia: una mujer
salva a la niña en la primera escena, Kaya (la mujer de Willow) le convence de
quedársela, la reina del bosque le entrega la varita mágica para Raziel…
aunque, como suele ocurrir, ocupan papeles más secundarios.
-
Fue una película que tuvo, para su época, innovadoras secuencias de efectos
especiales como la transformación de la hechicera, para las que Doug Smythe
(especialista en efectos digitales) uso el morphing, transformaciones de
imágenes en tiempo real, germen de las técnicas que el propio Smythe utilizaría
unos años después en Terminator 2.
Aunque no tuvo secuelas fílmicas, Willow
tuvo adaptaciones a cómic, videojuegos y una trilogía de libros. En los cómics conocemos
los antecedentes de Madmartigan, que
había sido un caballero noble que arruina su reputación desertando del ejército
de Galladorn (un reino destruido por la malvada reina Bavmorda), y de Sorsha,
la princesa guerrera, que no era la hija biológica de la reina, sino que había
sido adoptada por Bavmorda después de que esta convirtiese en piedra a sus
padres. Los libros, por su parte, continúan la historia de una adolescente
Elora Danan y sus amigos.
Ahora,
Ron Howard, de plena actualidad por ser el director de “Han Solo: Una historia
de Star Wars”, habla de rodar un spin-off con Elora Danan de protagonista
adulta. Si se lleva a efecto, esperemos que tenga calidad suficiente para no
decepcionar a los amantes de la historia original.
Mª
Carmen Santiago
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