En El Museo de las Maravillas, Todd Haynes (1961) lleva a la pantalla la novela juvenil "Maravillas" (Wonderstruck), de Brian Selznick (1966), pariente del célebre productor David O. Selznick, y autor también del libro "La invención de Hugo Cabret" que llevó al cine Martin Scorsese. La película nos cuenta dos historias que transcurren de forma paralela, aunque tienen lugar en épocas y lugares distintos, ambas están protagonizadas por niños: Rose, una niña sorda que vive en New Jersey en 1927, y Ben, un chaval de una localidad de Minnesota, que en 1977, por accidente, pierde la audición. Los protagonistas, deseosos de encontrar un sentido a sus vidas, emprenden sendos viajes en busca de su identidad, viaje que les llevará hasta la ciudad de Nueva York, donde un museo de piezas singulares, por su valor y su rareza, "El museo de las Maravillas", constituye el espacio donde convergen ambas historias.
Estreno mundial en Cannes, sin el éxito de su anterior título, "Carol", que logró la Palma de Oro en 2015 |
Dice Haynes que lo que le interesó de la novela es "cómo reflejaba la situación de vulnerabilidad de esos adolescentes ante un sentimiento de pérdida. Eso es algo que está ligado a la exigencia de encontrar tu lugar en el mundo. Un conflicto que, efectivamente, de un modo u otro está presente en casi todos mis trabajos, quizá porque todos hemos pasado por ahí".
Para el papel de Rose, Haynes realizó un cásting al que acudieron 250 niñas, y la elegida fue Millicent Simmonds, una chica de 15 años, sorda como su personaje, sin experiencia en el cine, y vuelve a contar con Julianne Moore, después de “Safe” y "Lejos del cielo".
Millicent Simmonds y Julianne Moore caracterizada como Lillian Mayhew, en un claro homenaje a Lillian Gish |
El cine de Todd Haynes se caracteriza por su cuidado estilo formal, es un cine sutil y poético aunque no carente de toques de vanguardia; aquí como en otras de sus películas, pone los ojos en un pasado relativamente reciente de Estados Unidos, evidenciando los prejuicios y la hipocresía de la sociedad.
Dado que las dos historias están separadas en el tiempo por cincuenta años, para su relato, el director alterna constantemente dos estilos y dos técnicas narrativas distintas: fotografía en blanco y negro y escasez de diálogos para la acción que transcurre en 1922, donde destaca la función narrativa de la música compuesta por Carter Burwell (todo un homenaje al cine mudo), y frente ello, el colorido y la estética hippy, propios de los años 70, acompañados por composiciones pop de la época, como la canción Space Oddity de David Bowie, muy presente en el relato (incluso en el trailer promocional).
Asistimos a una primorosa recreación de las dos épocas en las que transcurre la acción, para lo que hay que destacar la "doblemente" cuidada fotografía de Edward Lachman, un habitual colaborador de Haynes, así como el trabajo que la diseñadora Sandy Powell, ganadora de tres Oscar y responsable también del vestuario de títulos anteriores de Haynes como "Velvet Goldmine", "Lejos del Cielo" y "Carol".
En esta historia, además de al cine mudo, se rinde también homenaje a los primeros museos, aquellas galerías de maravillas donde se exhibían cosas raras y curiosas, tal vez por eso la palabra "museo" se ha incorporado al título en español, aunque en realidad son dos los museos que aparecen en pantalla: el Americano de Historia Natural, que juega un papel importante en ambas historias, y el Museo de Queens, en la parte final.
Moore y Haynes durante el rodaje en el Queens Museum |
Estrenada en nuestro país el pasado día 5 de enero, Wonderstruck es un auténtico regalo de Reyes para los amante del cine elegante y sutil.
Todos estamos en las alcantarillas, pero algunos miramos las estrellas (Oscar Wilde) |
Magnífica tu reseña de la película Miguel Ángel. Completamente de acuerdo en que es un cine elegante y detallista el de Haynes.Yo también me he quedado con la frase de Oscar Wilde que al principio de la película se ve escrita en un papel y colgada en un panel.
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