jueves, 21 de diciembre de 2017

Sexismo y Cine (2)

En los últimos meses todas y todos hemos sido testigos de qué con las denuncias por acoso sexual a Harvey Weinstein al finalizar el verano, se iniciaba uno de los mayores escándalos de 2.017. Posteriormente, han salido a la luz pública otros casos, como los de los actores Kevin Spacey y Dustin Hoffman o los de los directores Brett Ratner y James Toback. No pensemos que esto ocurre solo en Hollywood, en Europa Peter Aalback Jessen, el co-fundador de Zentropa, la productora de Lars VonTrier, también está siendo investigado por nueve casos de acoso. 


Ante todo esto las preguntas que primero nos vienen a la cabeza son: ¿cómo ha sido posible que lo que era “un secreto a voces” en la meca del cine no haya sido denunciado hasta ahora?, ¿cómo es posible que actrices consagradas, adoradas por millones de espectadores, hayan estado calladas?

La primera respuesta que nos viene a la cabeza es “tenían miedo”. Miedo al despido, miedo a no ser contratadas, miedo al olvido, miedo a no lograr sus sueños. Sin duda, esto es cierto. Se trata de hombres poderosos, con mucho dinero y, sobre todo, con mucha influencia en la industria cinematográfica. Pero no podemos quedarnos aquí. La visión que la sociedad tiene de las mujeres y de los hombres, de sus derechos, de su dignidad y de su valía está en el fondo de estas conductas y de este silencio. En el hombre la sociedad considera que es “normal” la actitud agresiva y prepotente, en la mujer lo “normal” es ser sufrida, discreta, sumisa. En el mundo del cine se trata de distinta manera a hombres y a mujeres, a las segundas se las discrimina en función de su sexo sin atender ni a su trabajo ni a sus aptitudes. Solo tenemos que fijarnos en los roles femeninos en el cine, en la edad en la que las actrices “desaparecen” de las películas o de la escasez de mujeres directoras o directivas de productoras.

Hasta el momento no se han tomado medidas legales, y es difícil que éstas se produzcan por el tiempo trascurrido desde que tuvieron lugar y la falta de pruebas físicas. Las consecuencias se han producido a otro nivel, despidos o expulsiones de organismos cinematográficos prestigiosos, pero no basta con barrer y esconder las vergüenzas bajola alfombra roja.


Ojalá cuando dentro de unos años miramos hacia atrás veamos 2.017 como el inicio de un verdadero cambio en el sexismo imperante en el cine. No solo es necesario que las leyes cambien, es necesario que también cambien las actitudes, los estereotipos y, ante todo, el papel de las mujeres en TODOS los estamentos del cine. Desde luego, este escenario está más cerca gracias a este pequeño grupo de mujeres que han dado el paso de romper “la ley del silencio” imperante hasta ahora. Solo con la paridad delante y detrás de las cámaras, en los escenarios y en los despachos de las productoras, lograremos que el séptimo arte, esa fábrica de sueños, no sea una pesadilla para las mujeres que trabajan en él ni una fábrica de estereotipos sexistas para el resto del mundo.


Mª del Carmen Santiago Rivas               



1 comentario:

  1. Esperemos que así sea y se reconozca el talento, la valía y la dignidad de las mujeres en todos los ámbitos.
    Fántastico artículo. Gracias M. Carmen.

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