7 películas se estrenan
el 16 de junio 2017 en la cartelera cinematográfica de Sevilla. Tres producciones
son estadounidenses, una española, una portuguesa, una filipina y una
canadiense. Mala racha de estrenos veraniegos. Muy poca calidad. Además, nos
dejan sin editar en Sevilla muchas películas más interesantes que las que se
estrenan. Por ejemplo, el drama “Júlia ist” (Elena Martín, 2017); o la película
colombiana basada en hechos reales acontecidos durante la década de los 70 “La
mujer del animal” (Víctor Gaviria, 2016). Tampoco encuentra hueca en la
cartelera sevillana la película de Georgia “La vida de Ana” (Nino Basilia,
2016). Cosas increíbles que pasan en nuestra ciudad: Lo peor (lo más comercial)
se estrena y lo mejor se nos escapa y hay que irse a verlo a Madrid. Nos da
pena no recomendar nada, pero la cosa pinta muy muy mal. Vale, vale, nos
quedamos sólo con dos estrenos.
Cartas de la guerra. (Portugal, 2016). Dir.
Ivo Ferreira.
Guerra
Colonial entre 1971 y 1973 en Angola. António es un joven soldado que sobrevive
como puede en esta cruenta batalla sin fin. Su manera de sobrevivir es enviando
cartas a su joven esposa, Maria José, en la que le narra las crónicas de su día
a día y los de sus demás compañeros y lo difícil que es aguantar entre tanto
dolor y muerte. El joven tiene ilusiones y sueños pese a vivir una guerra,
António quiere convertirse es médico y sueña en convertirse en escritor, estas
epístolas le ayudan a no olvidar su anhelo, contando lo que vive. Basada en la
novela epistolar 'D'este viver aqui neste papel descripto' del célebre escritor
portugués António Lobo Antunes y presentada en la Selección Oficial de la 66ª
edición del Festival Internacional de Cine de Berlín y elegida por la academia
de Portugal para representar al país en los 89º Premios Oscar. Amor y perfecto
entendimiento hacia el universo del autor, con una estética tan potente como
veraz, con un blanco y negro magnífico. Ferreira adapta a Lobo con personalidad
propia, inteligencia y poesía. Recomendada.
Chavela. (USA, 2017). Dir.
Catherine Gund y Daresha Kyi.
En
“Chavela”, documental de Catherine Gund y Daresha Kyi, las canciones de la
artista –con juegos de rotulación empleados para reforzar el sentido del
discurso- y una entrevista inédita realizada en los noventa sirven de hilo
conductor en un retrato a varias voces que intenta integrar, en una misma
figura, realidad y mito. Las documentalistas no dudan en “imprimir la leyenda”,
pero sin que eso anule el hecho. Contraviniendo las palabras de Chavela Vargas
–que, al comienzo de la entrevista, sugiere hablar solo de su futuro-, la
película propone un recorrido cronológico desde su transgresora irrupción en la
escena de la canción mexicana –donde su singularidad era tolerada como
representación- hasta su triunfal resurrección artística, en un discurso que
pone justo énfasis a las complicidades que fue encontrando esta fuerza de la
naturaleza convertida en agente provocador. El resultado es un completo y
responsable retrato de una personalidad creativa realmente única. Recomendada.
Ignacio de Loyola. (Filipinas, 2017). Dir. Paolo Dy y
Cathy Azanza.
Película
biográfica que narra la historia del creador de la Orden de los Jesuitas,
Ignacio de Loyola. Ignacio de Loyola fue un soldado que recibió la llamada de
Dios y decidió luchar contra los demonios que tenía dentro de él. El film se
centra en la famosa Batalla de Pamplona, sus luchas contra la depresión que
casi le llevaron al suicidio, su juicio ante la Inquisición, y su última
defensa. La co-producción entre Filipinas y España está dirigida por Paolo Dy y
Cathy Azanza, y el guion está firmado por los propios Dy y Atanza. El reparto está
compuesto por Andreas Muñoz, Javier Godino, Julio Perillán, Gonzalo Trujillo,
Isabel García Lorca, Lucas Fuica, Mario de la Rosa, Jonathan D. Mellor, Rick
Zingale, Tacuara Casares, Ben Temple, Imanol Reta, Javier Tolosa, Samuel Pérez,
Javier Abad y Aitor Beltrán. La película se centra, acertadamente, en la
juventud de Íñigo y no pretende contar toda su vida ni la fundación de la
Compañía de Jesús. Una vez presentado el carácter fogoso y aventurero en la
primera parte, en la segunda muestra su decisión de seguir los pasos de
Jesucristo, y algunas de las dificultades que encontró. La
incomprensión/oposición de su familia, o el examen de sus ideas por la
inquisición. Un joven poco conocido, Andreas Muñoz, hace un notable retrato de
san Ignacio. El resto del reparto es convincente, no suena a falso, tal vez
esos trajes -cosidos a mano en filipinas- tengan algo que ver; también ayuda la
banda sonora de Ryan Cayabyab. No obstante, la narrativa tiene sus altibajos,
tal vez porque la fuente literaria original pesa mucho; la falta de presupuesto
se hace sentir dramáticamente en la épica defensa, auténtico esfuerzo por
emular el cine épico de aventuras, pero reducidos a un par de trucos
informáticos y simples decorados de cartón piedra. Bastantes carencias pero con
capacidad para enganchar a algunos espectadores. No Recomendada.
Señor, dame paciencia. (España, 2017). Dir. Álvaro Díaz
Lorenzo.
'Señor, dame paciencia' es una comedia familiar centrada en Gregorio, un
banquero madrileño muy conservador y con un carácter fuerte. Tras la muerte de
su mujer, Gregorio tendrá que cumplir su última voluntad: viajar con sus hijos
y sus parejas a Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) para esparcir sus cenizas en el
río Guadalquivir. El protagonista tendrá que superar sus prejuicios y aceptar a
su variopinta familia. Su hija Sandra está casada con un catalán de pura cepa,
que quiere que su hijo vaya a un colegio bilingüe inglés-catalán. Su hija
Alicia está saliendo con un hippy que está en contra de la sociedad
capitalista, y su hijo Carlos acude al viaje acompañado por su novio, un senegalés
asentado en el País Vasco. “Señor dame paciencia” es una mezcla de comedia y
drama, y a pesar de que trata de dar más peso al primer género, es de la parte
dramática de la que se puede sacar más provecho. Porque en la parte cómica nos
volvemos a encontrar con un humor facilón que queda resumido en una sucesión de
chistes poco originales que parecen metidos con calzador. Hacer chistes sobre
tópicos no justifica no trabajar las bromas, y aquí parece una vaga función de
buscar la risa fácil. Además, hay personajes e historias que no trascienden más
allá de su imagen (claro ejemplo el de Andrés Velencoso y Bore Buika). La
imagen, la luz y los paisajes sí que logran iluminar una producción que brilla
poco, y el pueblo de Sanlúcar de Barrameda queda mejor parado que la propia
película. Con una casa que parece de exposición, y que se covierte en un
personaje más de la trama. Y una furgoneta, al más puro estilo de “Pequeña Miss
Sunshine”, de la que esperábamos más presencia al aparecer en los propios
carteles promocionales. Con “Señor dame paciencia” estamos ante una historia
que no sorprende, ni cuenta nada nuevo; unos personajes que ya hemos visto
muchas veces, y un guión que nos lleva a un desenlace poco trascendental. Si el
público no va en busca de algo diferente o sorprendente puede llegar a
entretener, pero quizás la solución no sea hacer lo mismo una y otra vez, sino
explorar nuevas formas de comedia y traer a la cartelera productos atractivos y
novedosos que ayuden a nuestro cine patrio. No Recomendada.
París, puede esperar. (USA, 2016). Dir. Eleanor Coppola.
Eleanor
Coppola, esposa de Francis Ford, enorme retratista del tormento cinematográfico
de su marido durante el rodaje de Apocalypse now, documentalista esporádica y
esposa a tiempo completo, ha decidido debutar en la ficción cinematográfica a
los 81. Y además, con una película evidentemente autobiográfica, con numerosos
paralelismos con sus propias vidas, la suya y la de Francis, en la que ha
volcado puntuales interioridades y lamentos, pero en la que acaban despuntado
los detalles más superficiales por encima de los trascendentes. “París puede
esperar” es una comedia dramática ligera que, en el fondo, ha preferido ser
gastronómica y turística en lugar de existencial y social. Era una opción, y es
la suya, pero nunca la más interesante. Partiendo de aquel gran documental
sobre el infierno de jugar a retratar Vietnam para convertirse en Vietnam, “Corazones
en tinieblas” (1991), conformado por Eleanor a partir de documentos filmados en
el rodaje de “Apocalypse now”, y también de los primeros minutos de “París
puede esperar”, donde los álter ego de ambos cónyuges interactúan en el
Festival de Cannes, no es difícil deducir su papel en la vida del director de “El
padrino”. Otro sostén inigualable y casi invisible, sin pedir nada a cambio. Y
todo lo que tiene que ver con esto en la película es bien interesante, a pesar
de que la puesta en escena de Eleanor sea entre convencional y tosca, y se haya
hecho acompañar de una espantosa banda sonora de Laura Karpman. “París puede
esperar” es una película de carretera de trayecto físico evidente, incluso algo
reiterativo, y trayecto moral bastante más dudoso, en la que una esposa fiel y
un amigo de su esposo, playboy al viejo estilo (clásico, dirán algunos
espectadores; caduco, decadente y patético, dirán otros), recorren el camino
entre la Costa Azul y París en medio de una sobredosis de turismo gastronómico.
Y ese es el problema: que a Eleanor se le ha ido la mano con la guía de viajes
culinaria, en lugar de ahondar en las entrañas de un personaje al que, a pesar
de todo, y como siempre, pone calor, clase y talento Diane Lane. No Recomendada.
Baywatch: Los vigilantes de la playa. (USA, 2017). Dir. Seth
Gordon.
Remake de la popular serie de los años 90
protagonizada por socorristas que se encargan de la seguridad de una playa en
Santa Mónica. En esta ocasión, el estricto socorrista de la vieja escuela Mitch
Buchannon (Dwayne Johnson) deberá trabajar mano a mano con Matt Brody (Zac
Efron), un divertido y libidinoso ex nadador olímpico joven, al que le gusta ir
contra la autoridad y saltarse las normas. Juntos formarán equipo y descubrirán
una trama de delitos locales que amenazan el futuro de la bahía con su
destrucción a manos de un poderoso empresario del petróleo. A ellos se les
unirá el resto de vigilantes de la playa. La película está dirigida por Seth
Gordon, quien se pone al frente de la adaptación al cine de la mítica serie de
los 90. Protagonizada por Dwayne Johnson junto a Zac Efron, cuenta además en su
reparto con Priyanka Chopra, Alexandra Daddario, Kelly Rohrbach y dos estrellas
de la serie original: Pamela Anderson y David Hasselhoff. Si hay algo que se le
puede reconocer a esta nueva versión de ‘Los vigilantes de la playa’ es la
honestidad. Con tan solo sus primeros 15 minutos de metraje, la película ya nos
deja claro que aquí no hay nada que rascar. Chistes sobre gordos, absurdas
demostraciones de músculo, culos a cámara híper lenta y varios minutos
dedicados a un gag de un pene encajado en un tablón. Todo ello para dar
comienzo a una película que, aun así, logra encontrar a cada minuto nuevas
formas de resultar ridícula. Es cierto que hay varios momentos que logran
sacarnos alguna sonrisa. Siendo, en su mayoría, aquellas ocasiones en las que
la historia deja de tomarse en serio a sí misma, y se dedica a hacerse una auto
parodia. Sin embargo, estos momentos suponen la excepción al tono general de la
película. Y nos hacen preguntarnos qué podría haber sido de esta versión si
hubiera apostado de lleno por reírse de sí misma. Nadie debería esperarse
demasiado de la nueva ‘Los vigilantes de la playa’. Ni el material original era
bueno, ni lo que nos habían mostrado hasta ahora nos daba la más mínima
esperanza. Solo nos queda esperar hasta que la saga se ahogue, y confiar en que
nadie intente volver a rescatarla. No Recomendada.
Cosecha amarga. (Canadá, 2017). Dir. George Mendeluk.
Situada en pleno
crecimiento del poder de Stalin en Rusia, este drama bélico basado en hechos
verídicos nos acerca a la resistencia Ucraniana frente a la tiranía de la Unión
Soviética a través de un romance entre un joven que decide luchar por su país y
su amada que continuará con la resistencia. Con la promesa de volver a
reunirse, ambos lucharán no sólo contra la guerra, sino contra el mayor enemigo
al que se enfrentó Ucrania en 1933: el hambre. La terrible verdad que escondió
Rusia para continuar en el poder a través de explotar los recursos alimenticios
de Ucrania se revela en esta película histórica con personajes que lucharán por
preservar la libertad, pero por encima de todo, lucharán por el amor. Protagonizada por Barry
Pepper, Max Irons, Richard Brake, Tom Austen, Samantha Barks y Terence
Stamp. Una lección torpe de
historia ucraniana donde política, romance, fe y
hambruna se mezclan en una sola albóndiga deforme. No Recomendada.
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