Título original: Spotlight. Dirección:
Tom Mccarthy. País: EE.UU. Año: 2015. Duración: 128 min. Género: Drama. Guión: Thomas McCarthy y Josh Singer. Producción: Stephen H. Carter (diseño). Fotografía: Masanobu Takayanagi. Montaje: Tom Mcardle. Música: Howard Shore. Dirección Artística: Michaela Cheyne. Vestuario: Wendy Chuck. Estreno en España: 15 enero 2016.
Intérpretes: Mark Ruffalo (Mike Rezendes), Michael Keaton (Walter
“Robby” Robinson), Rachel McAdams (Sacha Pfeiffer), Liev Schreiber (Marty
Baron), John Slattery (Ben Bradlee Jr.), Stanley Tucci (Mitchell Garabedian), Brian
d'Arcy James (Matt Carroll), Gene Amoroso, Billy Crudup, Elena Wohl, Doug
Murray, Sharon McFarlane, Jamey Sheridan, Neal Huff, Robert B. Kennedy, Duane
Murray, Brian Chamberlain, Michael Cyril Creighton, Paul Guilfoyle, Michael
Countryman
Sinopsis:
En 2002, un equipo de reporteros de investigación del Boston Globe
destapó los escándalos de pederastia cometidos durante décadas por curas de
Massachussets. La publicación de estos hechos, que la archidiócesis de Boston
intentó ocultar, sacudió a la Iglesia Católica como institución.
Fotograma de "Spotlight" |
Comentarios:
Avalada por 6 nominaciones al Óscar, incluido Mejor Película, nos llega
este trabajo de Tom McCarthy, basado en hechos reales. Se trata de la historia
real de investigación ganadora del premio Pulitzer llevada a cabo por el Boston
Globe que sacudió la ciudad y causó una enorme crisis en la Iglesia Católica.
Aunque ya se habían denunciado casos aislados de abusos sexuales por parte de
sacerdotes católicos antes de la investigación de Spotlight, el exhaustivo
reportaje de datos escrupulosamente corroborados elaborado por el equipo sacó a
la luz el alcance de los delitos perpetrado por el clero, y la participación de
la Iglesia para proteger a sus sacerdotes del sistema judicial penal, con una
precisión y un detalle nunca vistos hasta la fecha.
En un párrafo del fabuloso Las
aventuras de un guionista en Hollywood, William Goldman rememora de este
modo sus angustias en el proceso de escritura de Todos los hombres del presidente: "Estaba de Watergate hasta
las narices. Me había vuelto loco con lo de Haldeman cuando había hablado con
Mitchell y con cómo encajar en todo ello al juez Sirica y cómo hacer que
Erlichman apareciera como el perfecto vecino que decía que era y a la vez
pudiera hacer lo que hizo. Estaba consumido".
Las películas políticas basadas en hechos reales, y aquella lo era, como
también lo es Spotlight, tienen un
gran problema: hasta alcanzar el subtexto, "el pulso que late bajo las
palabras", de lo que realmente va la película, lo que lleva a la emoción y
a la reflexión, hay que narrar toda una serie de complejísimos pasos repletos
de "esos malditos nombres". Hacer comprensible al espectador, y aún
más allá, emocionante, un proceso con el que incluso los mismos periodistas que
protagonizan el relato se sienten perdidos no es tarea fácil. Goldman, con la
foto de Gordon Willis y la puesta en escena de Alan J. Pakula, lo logró.
McCarthy, con su propia puesta en escena, también. Spotlight es un triunfo del
cine, de la escritura, de los derechos civiles, del periodismo, del trabajo.
Como en algunas de las grandes películas políticas de la historia, poco o
nada se sabe de la vida privada de los protagonistas de Spotlight. Aquí no hay
adornos; únicamente hechos, y consecuencias, alrededor de la labor del equipo
de investigación del periódico The Boston Globe sobre los casos de pederastia
sacerdotal en la ciudad y el encubrimiento de las altas esferas. Apenas tres
pistas (una mirada del marido, o quizá novio, del rol de Rachel McAdams, con
rostro de hartazón; unos imanes en el frigorífico de la casa del de Brian
d'Arcy James; una vaga referencia a la ruptura sentimental del de Mark Ruffalo)
sirven de modo harto preciso la complicación de sus existencias fuera del
trabajo. Pero acudir a ello hubiera sido melodramático. Y aquí estamos ante una
película sobre el poder, manejada por McCarthy, autor de Vías cruzadas y The visitor,
con el sentido más clásico de la puesta en escena, y también del guion. Y ahí
está la pista falsa con la que se juega a ver quién dejó pasar por alto la
información adecuada, años atrás, grandiosa en su verificación, porque además
apunta a uno de los grandes males del periodismo actual: la desidia.
Javier Ocaña mantiene que Spotlight,
en la línea de Veredicto final, de
Sidney Lumet, también sobre la Iglesia, cumple con su propósito de olvidar lo
superfluo para disparar contra lo esencial. Como en el extraordinario discurso
del director Liev Schreiber a sus redactores, "la gran historia no está en
los curas, como individuos, está en la institución; práctica y política, hay
que apuntar contra los males del sistema", la película es una guía
profesional y moral sobre el ejercicio del periodismo.
Una gran película. Una película sin adornos que va al meollo de la cuestión y nos va enganchando. Magníficos los actores y tema escabroso. Sin ahondar en las historias personales tiene sus momentos de emoción. Periodismo de verdad.
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