Título original: Extramuros. Dirección: Miguel Picazo. País: España. Año: 1985. Duración: 118 min. Género: Drama.
Guión: Miguel Picazo (basado en la novela de Jesús Fernández Santos). Fotografía: Teodoro Escamilla. Música: José Nieto. Sonido: José Vinader, José Nogueira. Montaje: José Luis Matesanz. Vestuario: Javier Artiñano. Maquillaje: Tomy Benito. Producción: José Luis Garci, Antonio Martín (Blau Films S.A).
Premio a la Mejor Actriz (Mercedes Sampietro) en el Festival de San Sebastián 1985.
Estreno en España: Septiembre 1985.
Reparto:
Carmen Maura, Mercedes Sampietro, Manuel Alexandre, Esperanza Alonso, Carmen Arévalo, Mariano Banderas, Aurora Bautista, Mercedes Borqué, Antonio Ferrandis, Cándida Tena, Assumpta Serna
Sinopsis:
Cuando el convento está a punto de ser clausurado y las monjas dispersadas, a una de las hermanas se le ocurre una idea salvadora que puede devolver el bienestar a la comunidad.
Comentarios:
Ocho años después de El hombre que supo amar, Picazo acabó su carrera cinematográfica con una cinta similar en varios aspectos a aquella. De nuevo nos lleva al siglo XVI, a una época de sequía y hambre presidida por la superstición y la fe, con la Inquisición como árbitro para distinguir una de la otra. Y otra vez nos encontramos con una producción de alto coste que en este caso fue posible gracias a las ayudas públicas, en concreto a los anticipos de TVE y a las subvenciones de la ley Miró poco antes aprobada. Lamentablemente, Picazo nunca volvería a encontrar un apoyo semejante.
Por su argumento podríamos pensar que el director también insistía en el terreno religioso, pues se centra en las apreturas económicas que sufre un convento y en la decisión que toma una de las monjas, sor Ángela (Mercedes Sampietro) para solucionarlas: fingir un milagro. Con la complicidad de otra de las hermanas, sor Ana (Carmen Maura), se provoca sendas heridas en las manos para presentarlas como llagas milagrosas y que de este modo, cuando corra la voz entre el pueblo, fluyan de nuevo fondos hacia su comunidad. La película deja bien claro que las dos monjas creen sinceramente en Dios —aunque piensan que no les oye—, que esperan ser perdonadas por este gran pecado y que solo la necesidad las lleva a cometer este engaño, pero en realidad Extramuros dista mucho de ser una película religiosa. En realidad se trata de un filme de intriga política protagonizado por monjas, lo que la hace mucho más interesante.
Las religiosas de este convento son retratadas como seres humanos con todas sus virtudes y, sobre todo, con todos sus defectos. La vanidad, la envidia y la lucha por el poder en la comunidad saldrán a flote cuando la falsa santa amenace la posición de la priora (Aurora Bautista), acusada de mala administración y finalmente apartada de su cargo por votación de sus compañeras, deseosas de obtener los beneficios de contar con una priora santa. Pero la batalla continuará cuando intervenga el duque que sufraga los gastos del convento (Conrado San Martín) y su propia hija (Assumpta Serna) ingrese como novicia sin intención de abandonar su regalada vida mundana, sino más bien de prolongarla intramuros. Su influencia será decisiva para que la antigua priora se tome su revancha.
Este juego de intrigas «palaciegas», en las que la Inquisición tendrá la última palabra, se ve reforzado por el aspecto sombrío de su puesta en escena, adecuada a una visión de esta época tradicionalmente presentada como oscura y decadente. En ese entorno frío y desamparado del convento destaca, sin embargo, la tierna relación de sor Ángela y sor Ana, teñida de un homoerotismo que Picazo decidió presentar de modo más pudoroso que Jesús Fernández Santos en la novela original. Su complicidad va más allá del engaño que perpetran, pues sor Ana venera a la primera con más pasión que si fuera realmente una santa, como queda de manifiesto en una última escena de claro cariz necrófilo.
Era, sin duda, una película difícil para el público, que prefirió ignorarla a pesar de las excelentes críticas que recibió y los premios recibidos por sus dos principales intérpretes. Ha quedado, sin embargo, como la obra mejor acabada de Miguel Picazo después de la imprescindible La tía Tula. (Rafael Nieto)
Recomendada.
Enlace para ver la presentación de esta película en el programa de RTVE "Historia de nuestro Cine":
No hay comentarios:
Publicar un comentario