Una chistera se convirtió en el primer
símbolo de la comedia en el cine, ya que esa era la principal seña de identidad
de Max Linder, el hombre que puede ser considerado la primera gran estrella del
celuloide. Linder era un oscuro actor de teatro descubierto por Pathé en
1905. Vestido con
chaqué, botas de charol y su eterna chistera de seda, creó un personaje
de dandy simpático y elegante que
salía de las situaciones más comprometidas sin perder
jamás la compostura. Era tan popular que su nombre se incluía siempre en los títulos de las
películas: Max patinador, El casamiento
de Max, Max, profesor de tango… Charles Chaplin reconocería tiempo después
que en estos filmes encontró su principal inspiración para dar forma al
personaje de Charlot.
En 1916 Max Linder se trasladó a Estados
Unidos, donde se convirtió en la primera vedette francesa en Hollywood. Allí lo
tuvo más difícil, ya que tenía que competir con otras estrellas de la comedia
como Keaton o Chaplin. Así, su popularidad se
fue eclipsando poco a poco, hasta
que en 1925 se suicidó junto a su esposa en la habitación de un hotel parisino,
sin que nunca se hayan aclarado las causas.
Fuente: “El cine contado con
sencillez”,
Juan Zavala, Elio Castro-Villacañas y Antonio C.
Martínez
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