Título
original: EO. Dirección: Jerzy
Skolimowski. País: Polonia. Año: 2022. Duración: 86 min. Género:
Drama.
Guión: Jerzy Skolimowski, Eva
Piaskowska. Música: Pawel Mykietyn. Fotografía: Michal Dymek. Producción:
Jerzy Skolimowski.
Premio del Jurado en el Festival
de Cine de Cannes 2022. Mejor Dirección en el Festival de Cine de Valladolid
(SEMINCI 2022).
Fecha del estreno: 16 Diciembre 2022 (España).
Reparto:
Sandra Drzymalska, Lorenzo Zurzolo, Mateusz
Kosciukiewicz, Isabelle Huppert, Tomasz Organek, Saverio Fabbri, Lolita Chammah.
Sinopsis:
El mundo es un lugar
misterioso, sobre todo visto a través de los ojos de un animal. En su camino,
EO, un asno gris de ojos melancólicos, se topa con buena gente y otra no tan
buena, conoce la alegría y la pena, y la rueda de la fortuna transforma, según
el momento, su buena suerte en desastre, y su desdicha en felicidad inesperada.
Pero nunca, en ningún momento, perderá la inocencia.
Comentarios:
Han pasado siete años
desde su película anterior (11 minutos, 2015) y cincuenta y cinco desde
que, con La barrera (1966) y La partida (1967), se convirtiera en
la punta de lanza del ‘Nuevo Cine Polaco’, uno de los movimientos que dieron
forma a la primavera cinematográfica de la modernidad en la Europa del Este
todavía dominada entonces por la Unión Soviética del estalinismo. En los años
ochenta volvió a sorprendernos con Trabajo clandestino (1982) y El
buque-faro (1985). Se llama Jerzy Skolimowski, tiene ya 84 años (¡¡ochenta
y cuatro!!) y ha entregado la obra más juvenil, juguetona, experimental,
atrevida y heterodoxa entre todo lo que se ha podido ver en el festival de
Cannes 2022. Su protagonista es un asno, sí, un burro como el de Robert Bresson
(Al azar Baltasar, 1966), enfrentado como aquel a todo el dolor y el
daño que la maldad provoca en el mundo, pero este –que atiende por EO– situado
dentro de una fábula que se dispersa por múltiples caminos y que se abre a una
incontrolable diversidad de texturas y de registros.
Tan pronto estamos en el
territorio del realismo poético, como nos adentramos por fronteras
concomitantes con el David Lynch de Twin Peaks 3; unas veces
creemos estar el campo del realismo social, otras en el de la sátira política y
las siguientes en el de la parodia grotesca; unas secuencias nos hablan de la
subjetividad y hasta de los recuerdos del asno, y otras de la barbarie de la
ultraderecha, del maltrato animal, de la inmigración ilegal y de las
diferencias de clase. La película es un tobogán felizmente imprevisible a
despecho de que no todos sus fragmentos resulten igual de hipnóticos o de
misteriosos, y a pesar también de que Skolimowski ceda, ¡ay¡, a la brocha gorda
de una puesta en escena tan plana como zafia en la secuencia de Isabelle
Huppert (nunca estuvo tan mal y tan fuera de sitio esta inmensa actriz).
Salvados todos estos escollos, la historia del burrito EO es un obra llena de ruido y de energía, de furia ecléctica y de pinceladas rabiosas. La obra de un creador en estado de ansiedad, dispuesto a ajustar cuentas con el estado actual del mundo a contracorriente de todo y de todos. Solo por ello merece la pena asomarse sin prejuicios a un film completamente fuera de norma y de expectativas, tan desigual y caprichoso como estimulante y original. Jerzy Skolimowski se descuelga con esta historia de un asno que llora cuando le separan de su dueña en el circo y que luego atraviesa todas las geografías y penalidades imaginables y por imaginar, rescatando para los tiempos actuales el fuego interno de la modernidad cinematográfica de los años sesenta del siglo pasado, que al parecer se resiste a dejarse apagar. (Carlos F. Heredero)
Recomendada.
He visto la película y lo que más destaco es la originalidad.
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