domingo, 21 de junio de 2020

Cedric Gibbons: el arquitecto del Hollywood clásico


Cedric Gibbons es uno de los directores artísticos más influyentes de la historia del cine. Su nombre aparece en los títulos de crédito más de mil películas, lo que le valió ser candidato al premio Oscar en 39 ocasiones, y recibir 11 estatuillas. Impuso su gusto por la arquitectura del Racionalismo y el Art Déco en los decorados cimematográficos, haciendo que estos estilos traspasaran las pantallas y llegaran hasta los hogares de los espectadores.


Gibbons nació en Dublín en 1893, pero muy pronto su familia emigró a Nueva York, donde su padre abrió un estudio de arquitectura. Siguiendo la tradición familiar (hijo y nieto de arquitectos) estudió arte y arquitectura en la prestigiosa escuela Art Students League. Después de graduarse, trabajó una temporada como dibujante en el estudio de su padre, pero no duró mucho. Descontento con este trabajo, decidió dejarlo y tomarse un año sabático para viajar por Europa.

En 1915, al regresar de Europa, entró en la industria del cine, contratado en los estudios Edison como asistente del muralista Hugo Ballin. Su primer encargo como director artístico lo realizó para The Unwritten Code (1919), el último filme producido por la compañía antes de cerrar. Pero no tardó en encontrar otro empleo. El productor Samuel Goldwyn lo fichó como director artístico de la Goldwyn Pictures Corporation (fundada en 1917). En 1924, cuando Goldwyn se fusionó con Louis B. Mayer para crear la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Gibbons se incorporó a la nueva compañía como jefe del Departamento de Arte, cargo que ocuparía hasta su retirada en 1954.

La Exposición Internacional de Artes Modernas y Decorativas, celebrada en París en 1925, supuso para Gibbons el conocimiento de la obra Robert Mallet-Stevans, arquitecto y diseñador francés, pionero en integrar las premisas del Movimiento moderno en todas las artes: arquitectura, escultura, pintura, decoración, diseño de mobiliario, artes gráficas, etc. En los años de transición del cine mudo al sonoro, Cedric Gibbons, queda convencido de que la estética del Art Deco era la perfecta para el nuevo cine de Hollywood. Abandonó los fondos pintados y revolucionó el concepto de escenografía, introduciendo sofisticados espacios y modernos ambientes, con la ayuda de luces y del dominio del blanco y negro. Algunas de sus primeros trabajos para la MGM son ya buenos ejemplos del “estilo Gibbons”, lo vemos en títulos como Vírgenes modernas (1928), Jugar con fuego (1929), El beso (1929) o Gran Hotel (1932) donde usa elementos de la arquitectura moderna para construir inéditos decorados cinematográficos. En estos espacios, las estrellas protagonistas, como Joan Crawford o Grata Garbo, maravillosamente vestidas, brillaban como nunca. Cedric Gibbons había ideado el escenario adecuado para el sueño de Hollywood.

La mujer ligera (1928)

Jugar con fuego (1929)

El beso (1929)

Gran hotel (1932)

Gibbons fue uno de los 36 miembros fundadores de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas en 1927, y se le atribuye el diseño de la mítica estatuilla de los premios Oscar, esbozada por él sobre la servilleta de papel de una cafetería. Pertenecía a la denominada “aristocracia de Hollywood”, un reducido círculo unido por estrechos vínculos; él era cuñado de Irene, la famosa diseñadora de vestuario, que estaba casada con su hermano Eliot Gibbons, escritor y guionista.

Creó los decorados de grandes musicales como “Melodías de Broadway” y “Un americano en París”

Su estilo está presente en su residencia de Santa Mónica, que él mismo diseñó, y donde vivió con la famosa actriz mexicana Dolores del Río, su esposa entre 1930 y 1941. Esa casa se convirtió en el centro de la vida social del Hollywood de la época, por sus fiestas pasó toda la MGM, como queda testimoniado en muchas de las revistas dedicadas a mostrar como vivían las estrellas de cine (puedes ver más fotos de la casa aquí) .

Dolores del Río y Cedric Gibbons en su casa de Santa Mónica

Durante sus años en la Metro-Goldwyn-Mayer, firmó la dirección artística de más de mil películas. Esta abultada cifra se debe a que los departamentos de arte de los estudios funcionaban como verdaderos estudios de arquitectura, con un numeroso equipo trabajando simultáneamente en muchos proyectos a la vez. De manera que todos los proyectos pasaban por el director, y su nombre era el único que aparecía en los créditos. Parece que como jefe tenía un carácter autoritario, por lo que se ganó fama de intransigente. Fue un hombre respetado por su trabajo, pero también muy temido, por su enorme poder dentro del estudio.

Departamento de arte de la MGM

Consiguió once premios Oscar por su trabajo en títulos como: El Puente de San Luis Rey (1929), La Viuda Alegre (1934), Orgullo y Prejuicio (1940), De Corazón a Corazón (1941), Luz que Agoniza (1944), El Despertar (1946), Mujercitas (1949), Un Americano en París (1951), Cautivos del mal (1952), Julio César (1953), y Marcado por el odio (1956). Sin galardón quedó uno sus trabajos más conocidos: toda la escenografía que ideó para El mago de Oz (1939). Además, probó también suerte como realizador, dirigiendo junto a Jack Conway Tarzán y su compañera (1934), protagonizada por Johnny Weissmuller.



Gibbons murió en 1960, cuatro años después de su jubilación. Con su trabajo determinó no solo la estética de toda la época dorada de Hollywood, sino que contribuyó a la difusión de una nueva estética en decoración y arquitectura que sería adoptada por numerosos hogares estadounidenses. Su muerte coincide con la crisis del Hollywood clásico, y el ocaso de una manera de entender y hacer el cine.

Portada del libro “El estilo MGM.
Cedric Gibbons y el arte de la edad de oro de Hollywood”



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