La Ruta Irlandesa era
una de las carreteras más peligrosas del mundo, unía el aeropuerto de Bagdad
con el centro de la ciudad: destruida y en construcción, arruinada y emergente,
miserable y vivero de grandes negocios. Los enemigos podían ser de origen
indeterminado y la muerte, que no sabe de ideologías, podía estar tanto al
servicio de los turbantes como de las corbatas y viajar en oxidados
Kalashnikovs o en delicados maletines de auténtica ternera de Yorkshire.
Andrea Lowe |
Ken Loach intenta, una vez más, explicar lo
que se oculta bajo el envoltorio de plexiglás en el que, supuestamente, van
envueltos los paquetitos de libertad y democracia con los que Occidente salva a
las pobres víctimas de los tiranos locales. Resulta que nada más desanudar el
lacito, caen al suelo millones de dólares y libras esterlinas que no sirven
para curar heridas, ni para dar una rebanada de pan con Nocilla a un niño
hambriento.....; ¡no hay más que dinero!; ni un juguete, ni una inyección de
morfina.... Dinero para comprar un país, petróleo incluido; dinero para pagar a
los perros de la guerra (mercenarios), que se encargarán de mantener a raya a
los molestos y famélicos aborígenes, que no acaban de entender en qué consiste
su salvación.
Ken Loach |
La maquinaria de guerra suele ser muy efectiva
y la propagandística mentira consigue hacernos creer que el uso del dinero
público, transformado en misiles y tanques, es tan solo una rentable inversión
a medio plazo; no obstante, de cuando en cuando, hay que eliminar alguna pieza
defectuosa que ha dejado de hacer su labor mecánica y puede que se haya
convertido en una amenaza para el buen funcionamiento del monstruo biónico. En
la ficción de Ken Loach, con guión de Paul Laverty, una de estas herramientas
inservibles resulta ser el amigo de Fergus, ex-contratista privado, que se
repone en el Reino Unido de un atracón de servicios prestados a la causa última
de la invasión: la obtención del máximo de riqueza para las multinacionales.
Mark Womack |
A estas alturas,
¿alguien puede dudar de los verdaderos objetivos de los "nuestros" en
Irak?. Todo es tan elemental que hasta esta película podría resultar obvia y la
denuncia innecesaria, por infantil; pues bien, seguirán acusando al director británico
de manipulador al servicio de intereses estalinistas y algunos dirán amén
mientras comulgan una colosal rueda de molino. (Sinhué)
Más información:
no se puede decir más.
ResponderEliminarNada nos has comentado de la calidad tecnica; como es su guión en este film, le ha puesto buena música? los actores llevan bien el peso de la pelicula? Ha sido el presupuesto de la pelicula acorde con lo que ha rodado?. En fin sigue siendo en esta pelicula el Ken Loacha que al menos yo y creo que todos los que lo admiran, esperamos.; otra cara del cine que se hace en Hollywood
quizás a Loach le hayan recitado de pequeño el poema de Gabriel Celaya que cantaba Paco Ibañez: maldigo la poesia concebida copmo un lujo cultural por los neutrales que lavandose las manos se desientenden y evaden, maldigo la poesia de los que no toman partido partido hasta mancharse.
Que lo disfuteis, yo ya he disfrutado haciendo este comentario