Páginas

jueves, 27 de noviembre de 2014

La ignorancia de la sangre (Manuel Gómez Pereira, 2014)


Título original: La ignorancia de la sangre. Dirección: Manuel Gómez Pereira. País: España. Año: 2014. Duración: 109 min. Género: Drama, Thriller.

Guión: Nicolás Saad (basado en una novela de Robert Wilson). Música: Federico Jusid. Fotografía: Aitor Mantxola. Montaje: José Salcedo. Dirección artística: Edou Hydallgo. Vestuario: Laura Agustín.  Producción: Gerardo Herrero.

Sección Oficial del Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF 2014).

Fecha del estreno: 14 Noviembre 2014 (España).

 

Reparto: Juan Diego Botto, Paz Vega, Alberto San Juan, Cuca Escribano, Francesc Garrido, Pilar Mayo, Khaled Kouka, Ken Appledorn, Hamza Zaidi, Marco Corrientes, Laura Ramos, Said El Mouden, Kiko Castro, Vladimir Cruz.

 

Sinopsis:

Narra la historia de Javier Falcón, jefe de Homicidios de Sevilla, que debe resolver dos asuntos distintos en poco tiempo. Por un lado, las complejas consecuencias de un caso de espionaje en el que está involucrado personalmente: un viejo amigo suyo se infiltró en un comando terrorista islámico y ahora el comando pretende reclutar a su hijo adolescente para la causa. Por otro lado, Falcón se enfrenta al secuestro de un niño por cuya liberación la mafia rusa, a la que está investigando, le exige que pague un precio demasiado alto.

 

Comentarios: 

En un hermosísimo capítulo del imprescindible Sombras de un sueño. Diario de rodaje de ‘Las damas del Bois de Boulogne’, Paul Guth visita el rodaje de una secuencia en exteriores del clásico de Robert Bresson. Son los días inmediatamente posteriores a la liberación y el escritor cae en la cuenta de que el mundo sofisticado que recrea la película pertenece al pasado: “Lejos ya de ese mundo de antes de la guerra que la luz de un proyector había resucitado, floto entre tinieblas”. La ignorancia de la sangre, última película de Manuel Gómez Pereira, con producción de Gerardo Herrero, adaptación del cuarto best-seller del británico Robert Wilson protagonizado por el inspector Javier Falcón, puede proporcionar al espectador la versión degradada de esa sensación que experimentó Paul Guth, porque lo que aquí se convoca es una realidad —y un modelo cinematográfico— fuera del tiempo: un cine español previo a la crisis, capaz de sacar pecho en el diseño de producción, de esculpirse a imagen y semejanza de modelos foráneos —el thriller de acción— y de describir el país como una sucursal tan buena como cualquier otra de la sensibilidad global de la literatura de aeropuerto.

La Sevilla de La ignorancia de la sangre parece emanar del sueño triunfal de la Expo 92 y tanto el yihadismo como las mafias rusas aparecen como toxinas extirpables en un cuerpo social saludable, vigilado una policía hipertecnificada. Quizá pueda resultar gratificante comprobar cómo un planteamiento tan anacrónico y ejecutado tan de espaldas a la realidad fracasa minuto a minuto, pero no resulta en absoluto agradable ver cómo buenos actores como Juan Diego Botto, Alberto San Juan y Francesc Garrido se ven condenados a pronunciar frases cliché. La secuencia erótica previa al clímax es de traca. La película, también. (Jordi Costa)

No Recomendada.