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sábado, 13 de enero de 2024

Patricia Ferreira (1958-2023)

 

Candidata al Goya a dirección revelación con Sé quién eres (2000), la cineasta Patricia Ferreira ganó también la Biznaga de Plata en el festival de Málaga al mejor guion por su labor junto a Virginia Yagüe en Los niños salvajes (2012). Probablemente su carrera haya sido menos prolífica de lo que ella hubiera deseado, pero su pasión por otras luchas, como la fundación de CIMA (la asociación de mujeres españolas del audiovisual), y su compromiso con la educación han dejado huella en el cine español junto a algunos de sus títulos.

 

Licenciada en la facultad de Ciencias de la Información en Madrid, Ferreira comenzó como periodista cinematográfica en TVE y Radio Nacional, desde donde pasó a convertirse en realizadora y guionista de programas culturales como Equinoccio; Un día en la vida de nuestros antepasados, serie documental sobre la vida en la prehistoria; Un país en la mochila, serie en la que José Antonio Labordeta recorría España; o Paraísos cercanos, serie documental de viajes con guiones de escritores como Rafael Chirbes o Javier Marías. Además, trabajó de asistente de dirección en series de ficción como Que usted lo mate bien, Cervantes o La celestina.

 

En el año 2000 debutó en el cine como directora con Sé quién eres, película que se estrenó en el festival de Berlín, en la sección Panorama y con el que fue candidata al Goya a la mejor dirección novel. La historia de una joven psiquiatra (Ana Fernández) que se encuentra ante un fascinante paciente desmemoriado con síndrome de Korsakov (Miguel Ángel Solá) le valió para desarrollar un género que siempre atrajo a Ferreira, el thriller con algo más, que añadiera una vertiente política o social: “Es un thriller de personajes en el que nos encontramos con dosis de acción, intriga y amor, sin olvidar una parte de la trama que cuenta con claras implicaciones políticas”, contaba en su estreno, en una frase que parecía una declaración de intenciones. Y rodado en Galicia, la tierra de su familia.

 

Dos años después estrenó El alquimista impaciente, que adaptaba la novela homónima de Lorenzo Silva, un thriller que desarrolla las investigaciones de dos guardias civiles —el sargento de la Unidad Central Operativa, Rubén Bevilacqua, y su ayudante, Virginia Chamorro—, y que se ha convertido en saga literaria y cinematográfica. Sobre la cuadratura del círculo, es decir, versionar libros al gusto del autor, la cineasta apuntaba en su momento: “Cuando la historia empieza a crecer desde el papel y se convierte en una película en la que trabaja mucha gente, ser fiel es imposible”.

 


Esa década puso a Ferreira en el listado de las cineastas españolas más interesantes: en 2004 participó, con su corto El secreto mejor guardado, sobre el sida en la India, en la película colectiva En el mundo a cada rato. Al año siguiente dirigió Para que no me olvides, con Fernando Fernán Gómez en uno de sus últimos personajes, en un drama sobre la relación entre tres generaciones de una misma familia. De nuevo, de fondo, la memoria. El drama participó en el festival de Berlín.

 

En 2010 realizó el documental Señora de, una obra a recuperar en la que, a través de testimonios de mujeres de muy distintas edades, mostraba el inmenso talento perdido en España al quedarse las creadoras encerradas en sus casas y en sus matrimonios. Un eco que podía sentirse en el audiovisual. Ella misma contaba en 2017, en un encuentro sobre mujeres cineastas: “El cine está en manos masculinas y de ahí las temáticas que vemos en pantalla. Muchas mujeres jóvenes no se atreven a dar el salto. Debemos reforzar políticas de igualdad en cultura, en cine, porque siempre se han hecho apaños pero nunca se ha hecho una regulación con coherencia”.

 

Justo dos años después llegaría su mejor filme, Los niños salvajes, que ganó la Biznaga de Oro a la mejor película en el festival de Málaga, el antes mencionado premio al mejor guion, y los galardones a actor y actriz secundarios. Como apuntaba Javier Ocaña en su crítica de un drama sobre la (mala) educación: “Ferreira predica una realización ágil, limpia, natural, como los movimientos de los personajes, siempre a la intemperie, y estructura su guion circular en una serie de entrevistas a los tres chavales protagonistas en las que, gran decisión, el entrevistador siempre está fuera de campo, solo se le oye: son los guardianes, son los espectadores, somos nosotros, es la sociedad, que los interroga cuando deberíamos ser nosotros los interrogados”.

 


En 2017 se despidió del cine con Thi Mai, rumbo a Vietnam, una comedia basada en sacar partido a la química entre Carmen Machi y Dani Rovira, que venían de triunfar en Ocho apellidos vascos y su secuela, Ocho apellidos catalanes. Su último trabajo en el audiovisual ha sido la creación (y coescritura) de la serie de TVE Las abogadas, que dirigen estos días Juana Macías y Polo Menárguez, y que se basa en la vida real en el Madrid de finales de los sesenta e inicios de los setenta de cuatro jóvenes letradas, fundamentales con el tiempo en la historia de España: Lola González, Cristina Almeida, Manuela Carmena y Paca Sauquillo.

 

En su vertiente educativa, Ferreira dio clases de dirección en la Escuela de Cine de Madrid (ECAM) y en numerosos talleres, escuelas y facultades. Además, fue cofundadora y formaba parte de la junta directiva de CIMA, además de estar también seis años en la junta directiva de la Academia de Cine.

 

Patricia Ferreira falleció en Madrid, su ciudad natal, a los 65 años, el pasado 27 de diciembre de 2023, víctima de un tumor cerebral.



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