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viernes, 26 de noviembre de 2021

Pleasure (Ninja Thyberg, 2020)

 

Título original: Jessica. Dirección: Ninja Thyberg. País: Suecia. Año: 2020. Duración: 107 min. Género: Drama.

Guión: Ninja Thyberg, Peter Modestij. Fotografía: Sophie Winqvist. Música: Karl Frid. Montaje: Amalie Westerlin Tjellesen, Olivia Neergaard-Holm. Escenografía: Paula Loos. Vestuario: Amanda Wing Yee Lee. Producción: Sarah Goldberger, Erik Hemmendorff, Eliza Jones, Birgersson Fallgren Tove, Markus Waltå.

Premio FIPRESCI en el Göteborg Film Festival 2021. Sección Oficial del Festival de Sundance 2021.  

Fecha del estreno: 15 Octubre 2021 (España)

 

Reparto: Sofia Kappel, Kasia Szarek, Casey Calvert, Evelyn Claire, Maja Kin, Ester Uddén, Benjamin Schnau, Jason Toler, Yoshi Nurijumi, Bidisha Larsson, Dan Worthington, Pryde Pierce, Sean Stearley, Parker Stuart, Anthony Elias Contreras, Mana Afshar.

 

Sinopsis:

La joven Jessica deja atrás su vida en un pueblo sueco para ir a Los Ángeles y convertirse en la próxima gran estrella porno. El camino hacia su objetivo será más accidentado de lo que había imaginado.  

 

Comentarios:

Teniendo en cuenta que el porno ocupa buena parte del tráfico de internet, que la gran mayoría de los adolescentes lo consume como si fuera chicle y que, en general, la sociedad ha perdido la batalla de la educación sexual, Pleasure debería ser una de esas películas consideradas obligatorias más allá de sus cualidades, que las tiene. En 2013, la guionista y directora sueca Ninja Thyberg presentó en el festival de Cannes un corto de 15 minutos titulado igual, Pleasure (Placer), que transcurría entre las bambalinas del plató donde se rumoreaba que una actriz aún inexperta estaba rodando una secuencia de “doble anal”.

Thyberg ya llevaba tiempo documentándose sobre la industria que ahora retrata en su ópera prima, un largometraje del mismo título contado desde el punto de vista de una joven sueca que aterriza con 19 años en Los Ángeles para convertirse en la estrella Bella Cherry. Una especie de hermana pequeña de la Nomi Malone de Showgirls, pero retratada en crudo, sin la sátira, el artificio y, sobre todo, sin la mirada masculina de Paul Verhoeven. Esa hermana pequeña habla por sí misma, no tiene pelos en la lengua, y es capaz de mostrar al espectador todo lo que Verhoeven y tantos otros se dejaron en el tintero.

Por mucho respeto que merezcan los movimientos alrededor del Sex Work, que agrupa a muchas de las personas que libremente reciben dinero a cambio de sexo consentido, el porno, y más aún en la opaca era digital, es un asunto difícil de digerir. La película de Ninja Thyberg apenas se asoma al brillo del éxito para bajar al barro del camino que transitan las intérpretes porno del montón. A lomos de esa cutrez con olor a plástico y amoniaco que casi parece inherente a esta industria, Thyberg se detiene en detalles que no son escabrosos sino habituales: lavativas, trucos y preámbulos para soportar los rodajes, marcas en el cuerpo.

Pese a que en un principio Thyberg se acercó a este mundo como activista antiporno, su película hace un esfuerzo por intentar comprender lo que está contando, aunque resulte endeble al abordar cuál es la motivación de su personaje principal: ¿es el dinero, la fama o el supuesto placer del irónico título? Excepto su actriz protagonista, Sofia Kappel, muchos de los personajes están interpretados por personas vinculadas en la vida real a la industria, algo que potencia la verosimilitud y la empatía del espectador, especialmente hacia las compañeras de la protagonista.

El mundo que retrata esta película está muy lejos de aquel que aparecía en el documental de 2005 Inside Deep Throat, sobre la célebre Garganta profunda. Y eso que en aquel fenómeno de principios de los años setenta ya asomaba un sistema de mafias y machismo: la protagonista de Garganta profunda, Linda Lovelace, acabó convertida en una activista que aseguró que rodó la película forzada. Más cerca de Pleasure, aunque mucho menos explícita, la serie de 2020 Material adulto pretendía mostrar los estigmas y presiones que rodean a las actrices porno. Pero todo lo que resultaba postizo en la serie británica aquí es descarnado y sin filtro. La película de Thyberg tampoco cae en los habituales clichés, como ocurría en gran parte de The Deuce, la serie de David Simon para HBO. Por el contrario, la directora sueca consigue tocar una tecla novedosa al mostrar desde dentro y sin dramatismos un sistema en el que las fronteras y las presiones son difusas y cuya principal perversión es que la única manera de triunfar es yendo cada vez más lejos, superando los límites y asumiendo sus inevitables secuelas. (Elsa Fernández-Santos)

Recomendada.




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