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domingo, 28 de febrero de 2021

Tesis (Alejandro Amenábar, 1996)

 

Título original: Tesis. Dirección: Alejandro Amenábar. País: España. Año: 1996. Duración: 125 min. Género: Thriller, Suspense.

Guión: Alejandro Amenábar (basado en un argumento de Alejandro Amenábar y Mateo Gil). Fotografía: Hans Burmann. Música: Alejandro Amenábar, Mariano Marín. Montaje: Mª Elena Sainz de Rozas. Efectos especiales: Colin Arthur. Director de Arte: Wolfgang Burmann. Vestuario: Ana Cuerda. Sonido: Goldstein / Steinberg. Director de producción: Emiliano Otegui, José Luis Cuerda. Producción: José Luis Cuerda, Emiliano Otegui Piedra, Mariano Sopeña.

7 Premios Goya 1996 (incluido Mejor Película y Mejor Dirección novel). Premio Forqué 1996 a la Mejor Película.

Fecha del estreno: 12 Abril 1996 (España)

 

Reparto: Ana Torrent (Ángela Márquez), Fele Martínez (Chema), Eduardo Noriega (Bosco Herranz), Xabier Elorriaga (Jorge Castro), Miguel Picazo (Figueroa), Nieves Herranz (Sena Márquez), Rosa Campillo (Yolanda), Francisco Hernández (padre de Ángela), Rosa Ávila (madre de Ángela), Teresa Castanedo (presentadora de TV), José Miguel Caballero (conserje de la Videoteca), Joserra Cadiñanos (el vigilante), Julio Vélez (el encargado del tren), Pilar Ortega (encargada de Ventas), Olga Margallo (Vanessa Romero), José Luis Cuerda (Profesor 1º), Emiliano Otegui (Profesor 2º), Walter Prieto (vigilante del tren), Florentino Sainz (anciano).

 

Sinopsis:

Ángela, estudiante de Imagen, está preparando una tesis sobre la violencia audiovisual. Como complemento a su trabajo, su director de tesis se compromete a buscar en la videoteca de la facultad material para ella, pero al día siguiente es hallado muerto. Ángela conoce a Chema, un compañero experto en cine gore y pornográfico, y a Bosco, un extraño chico, amigo íntimo de una joven asesinada en una snuff movie.

 

Comentarios:

Un 12 de abril de hace ya algunos años llegaba a nuestros cines un thriller de producción española y bajo presupuesto. Era Tesis, el debut en el largometraje de un joven talento desconocido de 24 años, cumplidos apenas hacía unos días, llamado Alejandro Amenábar. Un director hispano-chileno, nacido en Santiago de Chile, cuya trayectoria profesional hasta entonces se limitaba a tres cortos y a una asignatura pendiente por aprobar para licenciarse en Ciencias de la Información en la Complutense de Madrid.

La intriga de la película se basaba en las snuff movies, las películas clandestinas que contenían violencia, torturas y muertes reales. Un par de meses antes, a mediados de febrero de 1996, se había presentado mundialmente en el Festival de Berlín. La recepción fue muy positiva.

El fallecido cronista de cine Ángel Fernández-Santos escribía para el diario El País: "Tesis es un excelente ejercicio de filmación, que tuvo anoche en vilo a una sala repleta de colmillos retorcidos y proclives a atacar la yugular de los cineastas novatos y aficionados a la bronca". Como único punto débil solo señalaba el guión, al que quizás también le sobraban "unos 15 ó 20 minutos", pero nunca la dirección impecable de Amenábar.

Su reparto estaba compuesto mayoritariamente por intérpretes poco conocidos, el debutante Fele Martínez; un Eduardo Noriega a punto de eclosionar como uno de los nuevos galanes del cine español —y el alter ego del mismo Amenábar ante las cámaras—; o una Ana Torrent, la inocente niña protagonista de mirada inolvidable en El espíritu de la colmena o Cría Cuervos, en el personaje principal de Ángela, la estudiante que prepara su tesis sobre la violencia y descubre la red criminal dedicada a realizar snuff movies en su propia universidad; un papel para el que la primera opción era Penélope Cruz.

Pese a ello y a estrenarse en un mes no especialmente proclive a facilitar el éxito de taquilla, Tesis logró ganarse a un buen número de espectadores. Apadrinado en la producción por el director José Luis Cuerda, costó 116 millones de pesetas de entonces, unos 696.000 euros, y recaudó 440 millones, unos 2,6 millones de euros actuales.

Menos imaginaban sus autores que además estaba destinada a ser la gran triunfadora, casi un año después, en la gala de entrega de los premios Goya quedándose con siete de las ocho estatuillas a las que optaba. Solo perdió el de mejor actriz principal, ante su gran rival aquella noche, El perro del hortelano, con el Goya para Emma Suarez.

Amenábar se había graduado definitivamente, dejando de paso bien claro cuál era el tipo de cine que le gustaba realizar. En la escena inicial de Tesis, Ángela siente la tentación de acercarse a ver el cadáver del suicida, partido en dos y en un túnel, que se tiró a las vías del tren en el que viajaba, guiada por ese morbo que hace que aminoremos la marcha ante un accidente de automóvil o que sirve también para alimentar las audiencias de cualquier programa de televisión.

La otra clave la encontramos en las palabras de otro de los personajes, el del profesor Castro (Xabier Elorriaga), afirmando "¿Qué es el cine?... Dar al público lo que quiere ver".

Así es. El cine de Amenábar, también guionista, montador y compositor, se dirige a los espectadores, no a la crítica. Al año siguiente aún lograría un taquillazo mucho mayor, sorprendente, con Abre los ojos que tendría su correspondiente remake norteamericano con Vanilla Sky y Tom Cruise al frente; después llegaría Los otros (2001) protagonizada por Nicole Kidman. Fue un éxito internacional y en numerosas listas de todo el mundo se incluye como una de las mejores películas de terror de este siglo.

Los otros es la segunda producción española más vista en nuestros cines en cuanto a número de espectadores, con 6,4 millones, y solo superada por los 9,5 de Ocho apellidos vascos, y la más taquillera a nivel internacional, con más de 184 millones de euros. Mientras que Mar adentro (2004), poniendo en la palestra el debate sobre la eutanasia, obtuvo el récord de 14 premios Goya, se le escapó el de mejor dirección artística, y el Oscar a la mejor producción de habla no inglesa.

En cuanto a su asignatura pendiente, Amenábar se vengó de su profesor bautizando al villano de Tesis con su nombre. Años después, el docente se defendería asegurando que éste no se había presentado nunca a sus exámenes. (Carles Rull)

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