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viernes, 15 de noviembre de 2019

A Russian Youth (Alexander Zolotukhin, 2019)


SEFF 2019. 16ª Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Sección Las Nuevas Olas. 

Título original: Malchik Russkiy. Dirección: Alexander Zolotukhin. País: Rusia. Año: 2019. Duración: 72 min. Género: Bélica, Drama.  
Guion: Alexander Zolotukhin. Fotografía: Ayrat Yamilov. Montaje: Tatyana Kuzmicheva. Sonido: Andrey Fonin. Producción: Eduard Pichugin, Alexander Sokurov. Compañía Productora: Lenfilm Studios.
Presentada en la sección Forum del Festival de Berlín 2019.
Estreno en Sevilla: SEFF 2019 (Del 8 al 16 de noviembre de 2019)

Reparto:
Vladimir Korolev, Mikhail Buturlov, Artem Leshik, Danil Tyabin, Sergey Goncharenko, Filipp Dyachkov.

Sinopsis:
Un soldado ruso pierde la vista durante la Primera Guerra Mundial y es posicionado para escuchar a los aviones enemigos en el frente.

Comentarios:
El ruso Alexander Zolotukhin, nacido en 1988, es un director debutante. Pero para “A Russian Youth”, su deslumbrante opera prima, se nutre de lo mejor de la genealogía cinematográfica de su país. La asume, la hace propia y a partir de esa riquísima herencia levanta un film tan singular como portentoso, a la altura de su ambición, que no es poca.
Por el contrario, la anécdota es mínima. Durante la Primera Guerra Mundial, un jovencísimo recluta ruso, tierno e ingenuo, pierde la vista durante el primer ataque alemán con el terrible gas mostaza. Sus superiores deciden enviarlo a la retaguardia, pero el muchacho –con una energía que recuerda a la del protagonista de “Balada de un soldado” (1959), de Grigori Chujrái– se resiste a volver a su casa inválido y derrotado y consigue que le asignen una tarea para la que está apto: escuchar y detectar la llegada de aviones enemigos.
Con ese simple punto de partida, Zolotukhin consigue un film de una rara belleza, que jamás idealiza la guerra o estetiza la violencia, pero sin embargo es capaz de encontrar poesía en su protagonista, un poco a la manera en que lo hacía el joven Andrei Tarkovski en su opera prima, “La infancia de Iván” (1962). El sofisticado tratamiento visual que Zolotukhin le da a la materialidad de los cuerpos y los rostros de los soldados parece provenir en cambio de la serie de “Elegías” de Aleksandr Sokúrov, que fue su maestro en su escuela de cine y que ahora es su productor, a través de los estudios Lenfilm, de San Petersburgo.
“A Russian Youth” tiene a su vez una particularidad: el relato propiamente dicho está intercalado –se podría decir incluso “intervenido”–por el registro documental de los ensayos de dos composiciones de Serguei Rachmaninoff, su potente concierto para piano de 1909 y sus Danzas sinfónicas, de los cuales se ven algunas imágenes y se escuchan fragmentos, tanto de las obras en sí como de los preparativos de los músicos y el director de orquesta. Lejos de distraer, ese diálogo que Zolotukhin establece entre ambos planos eleva a la película a un estadio superior y trae a la memoria el famoso “Alexander Nevski” (1938), donde Serguei Eisenstein trabajó codo a codo con el compositor Sergei Prokofiev, al punto de que algunas escenas del film fueron inspiradas por su música. Algo similar parece suceder en “A Russian Youth”, una película que de la tradición hace vanguardia. (Luciano Monteagudo)
Recomendada.


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