Páginas

domingo, 27 de enero de 2019

The Old Man and the Gun (David Lowery, 2018)


Título original: The Old Man and the Gun. Dirección: David Lowery. País: USA. Año: 2018. Duración: 93 min. Género: Drama.  
Lisa Zeno Churgin (Montaje), Joe Anderson (Fotografía), David Grann, David Lowery (Guión), Daniel Hart (Música), Toby Halbrooks, Bill Holderman, James M. Johnston, Anthony Mastromauro, Dawn Ostroff, Robert Redford, Jeremy Steckler, James D. Stern (Producción), Annell Brodeur (Vestuario).
Nominado al mejor Actor de Comedia (Robert Redford) en los Globos de Oro 2018.
Estreno en Sevilla: 25 Enero 2019.

Reparto:
Robert Redford (Forest Tucker), Casey Affleck (John Hunt), Sissy Spacek (Jewel), Elisabeth Moss (Dorothy), Danny Glover (Teddy), Tom Waits (Waller), Tika Sumpter (Maureen Hunt), John David Washington (L.T. Kelley), Elisabeth Moss (Dorothy), Keith Carradine (Capitán Calder), Isiah Whitlock Jr (Detective Gene Dentler).

Sinopsis:
Basada en la historia real de Forrest Tucker, un apuesto ladrón de bancos que en sus 80 años de vida logró escaparse 18 veces de prisión. Retirado del oficio, Tucker vive en un hogar de jubilados y ha encontrado en Jewel al amor de su vida. Cuando un día ve al detective John Hunt por televisión, el ex atracador siente la necesidad de dar un último golpe y demostrar que aún puede traer en jaque a los policías más competentes.


Fotograma de "The Old Man and the Gun"

Comentarios:
«Nada dice adiós como una bala», fue la frase elegida para ilustrar el cartel de “Un largo adiós”, la película de Robert Altman sobre la novela de Raymond Chandler. Y en efecto, es así como otro Robert, de apellido Redford, ha decidido despedirse (o casi) del cine. “The Old Man and the Gun” es, antes que una película delicada, divertida e inteligente, que también, un admirable y muy elegante balazo. Si queremos ponernos tristes, en el mismo centro del corazón. El director David Lowery, un experto en presencias ausentes (eso era su anterior “A Ghost Story”), recrea ahora la historia de un atracador de bancos ya al límite de sus fuerzas. Redford mira al patio de butacas, pide el dinero y, si eres una persona decente, se lo das. Con este arranque, Lowery se las arregla para que todo fluya de forma calculada, precisa e intensa, pero hacia dentro.
Toda la cinta está plagada de detalles que llaman no tanto a la celebración de la memoria como a la propia constancia del tiempo; el tiempo que pesa, no que pasa. En un momento de la película, Sissy Spacek se queda sola. La cámara se mantiene delante. Quieta. Al fondo, el pitido eterno de una tetera. Sin más. Como en aquel instante interminable de “A Ghost Story” en el que la viuda comía pastel en el suelo, lo que cuenta es de nuevo el silencio. Y el tiempo. Para cuando al final de la cinta aparezcan retazos de la filmografía del propio Redford, el misterio queda resuelto. Creemos, en nuestro despiste, que estamos viendo la última película de Redford y no, la película nos está mirando a nosotros. Como un balazo. Al corazón, sí. Y adiós. (Luis Martínez)
Recomendada.

1 comentario: