7 películas se estrenan
el 26 de mayo 2017 en la cartelera cinematográfica de Sevilla. Dos producciones
son estadounidense, una alemana, una argentina, una irlandesa, una italiana, y
una belga. Ningún estreno español y lamentablemente no se ha editado en Sevilla
el filme “La películas de mi vida” (Bertrand Tavernier, 2016), un documental que
recorre la historia del cine francés desde los años 30 hasta principios de los
70. Sólo una recomendación segura para esta semana. ¡Qué le vamos a hacer!
Entre los dos. (Irlanda, 2015). Dir. Mark
Noonan.
Will
recibe la libertad condicional por la muerte de un familiar para cuidar a su
sobrina Stacey, huérfana por la muerte de su madre. Mientras se dirigen hacia
el centro de Irlanda e intentan ser una familia, se encuentran con una serie de
obstáculos. Stacey es rechazada en la escuela local debido a que sufre
narcolepsia, una condición que desarrolló hace poco. Will desobedece varias
veces las obligaciones de la libertad condicional en sus intentos desastrosos
de ser una figura paterna responsable. Con ello, ambos corren un gran riesgo;
que a Will le retiren la oportunidad de salir definitivamente de la cárcel y
que Stacey tenga que ir a una casa de acogida. “Entre los dos” (traducción
absurda y cuyo título en inglés nos parece más original: “También eres feo”) es
una muy modesta producción que lleva dos años exhibiéndose en festivales y
estrenándose en varios países, llegándonos con cierto retraso. Aunque esta
“ópera prima” tiene algunas cosas que no terminan por funcionar, las que menos,
todo sea dicho, también posee una serie de factores logrados que la hacen
interesante. Puede que no sea un film importante en algunos aspectos, pero
cumple con creces con su cometido y en la que vislumbramos a Mark Noonan como
un futurible autor al que nos gustaría que hiciera más cosas y así poderle
seguir la pista. La película encuentra en la modestia su gran baza, ofrece una
sutil emotividad a la que contribuye una fotografía capaz de encontrar la
belleza de paisajes no particularmente amables. Recomendada.
El rey de los belgas. (Bélgica,
2016). Dir. Peter Brosens y Jessica Woodworth.
El
punto final de la tercera jornada de la Seminci de Valladolid 2016 lo puso “El
Rey de los Belgas”, dirigida por el matrimonio Meter Brossen y Jessica
Woodwirth. Se trata de una divertida comedia donde se narra la historia del rey
de Bélgica durante una visita oficial a Turquía en la que se ve obligado a
volver a su país tras la declaración de independencia por parte de Valonia bajo
el slogan “Estamos hartos”. La progresiva degradación de la naturaleza y el mal
uso de ésta por el ser humano, dio origen a la anterior filmografía de Meter
Brossen y Jessica Woodwirth, con la trilogía formada por “Khadak” (2006), “Altiplano”
(2009) y “La Quinta Estación” (2012). Esta última obtuvo el Premio Especial del
Jurado, Premio Fipresci, en la Seminci de ese año. Ahora con el “El Rey de los
Belgas” han decidido hacer un cambio, abandonar ciertas ambiciones
intelectuales y un cierto trabajo existencialista para pasar de la tragedia
absurda al humor surrealista. La película desde un principio deja muy claro que
está rodada en forma de falso documental bajo la atenta mirada detrás de la
cámara de Duncan Loyd. Observamos la mayor parte de la película a través de la
visión de Duncan, con imágenes filmadas cámara en mano que provocarán continuos
movimientos bruscos y, a veces, la salida del encuadre o la pérdida de foco.
También hay muchos otros momentos en los que vemos a los personajes dirigirse
directamente a la cámara para hablar con ella. La decisión de rodar como si se
tratara de un documental se debe en parte a que tanto Jessica como Meter
provienen de ese mundo. La cinta es una divertida y profunda comedia que
reflexiona sobre la política de la Unión Europea, las señas de identidad, la
integración, el problema de los refugiados y la ética periodística. Atrevida
película, acompañada además de una magnífica utilización de piezas señeras de
la música clásica. Levantando muchas veces la desigualdad de unos gags que, de
todos modos, mantienen un meritorio nivel medio. Recomendada (con reservas).
Paula. (Alemania, 2016). Dir. Christian Schwochow.
La historia real de Paula Becker, una artista
extraordinaria adelantada a su tiempo que soñó con la libertad y el éxito en
una sociedad de principios del siglo XX encorsetada a unas normas muy
rudimentarias sobre la emancipación, da el nombre a la película alemana, “Paula”,
dirigida por Christian Schwochow. En los pasados Premios del Cine Alemán obtuvo
el de Mejor Diseño de Producción. “Paula” desde el punto de vista técnico, es
una película muy visual y magníficamente fotografiada por Frank Lamm, sobre
todo la parte de la trama desarrollada en la comunidad alemana de Worpswede con
sus bellos paisajes inspirados en sus cuadros, y desde el punto de vista
narrativo, una historia de amor muy romántica y emotiva, más sabiendo que fue
real. A destacar, la sensacional interpretación de la actriz suiza Carla Juri
que refleja de forma muy natural ese carácter rebelde y de espíritu libre de Paula
Becker. El resultado final es un emocionante retrato de una emancipación
artística y personal. Recomendada (con
reservas).
Piratas del Caribe. La venganza de Salazar. (USA, 2017). Dir.
Joachim Rønning y Espen Sandberg.
Jack
Sparrow, el famoso y maltrecho pirata, aparece en escena siendo perseguido por
los soldados del ejército inglés. Vemos su huida, llena de saltos y peripecias,
intercalada con primeros planos de Johnny Depp gesticulando de forma
histriónica. De fondo comienzan a sonar
los famosos acordes de la banda sonora de la saga, mientras se suceden toda
clase de tropiezos y malabarismos, buscando provocar nuestra carcajada. Quizás
os suene esta escena de “Piratas del Caribe”. O de “Piratas del Caribe 2”. O
tal vez os suene de la tercera o la cuarta entrega. Lo cierto es que podría
sonarnos de cualquier película de esta saga, pues la fórmula que llevó al éxito
a la primera película, ha sido repetida y estirada más allá de lo que
cualquiera podría imaginar. Como cabía esperar, “Piratas del caribe: la
venganza de Salazar” no iba a ser menos, y también repite de forma calcada el
guion de las anteriores. Volvemos a encontrarnos a Johnny Depp interpretando un
papel ya gastado. Tras él marcha la tripulación de un barco fantasma maldito,
en este caso el de Salazar (Javier Bardem), que se une a la larga lista de
personajes malditos de la saga. Por último nos encontramos a la pareja de
guapos, que en esta ocasión sí han sido renovados. Con Kaya Scodelario
sustituyendo a Keira Knightley como la mujer de armas tomar, y Brenton Thwaites
en el lugar de Orlando Bloom para hacer de guapo pánfilo (en este caso menos
guapo, pero mucho más pánfilo). Sin embargo, la realidad es que uno no va a ver
la quinta entrega de una saga buscando originalidad. Así que, si has llegado
hasta aquí sin que las anteriores entregas te hicieran saltar por la borda,
esta película tampoco logrará que lo hagas. Al fin y al cabo, pese a no llegar
al nivel de las primeras, sí que está por encima de la tercera y la cuarta. Lo
cual tampoco tiene demasiado mérito. El apartado visual es, como era de
esperar, bastante sobresaliente. Con una gran cantidad de efectos especiales
muy bien realizados, que dan lugar a bastantes escenas de alta
espectacularidad; mención especial al barco y a los tiburones fantasma. En el
aspecto cómico, en cambio, sí que deja mucho que desear. Pues la película está
llena de chistes facilones, la mayoría de los cuales no tiene gracia. Y los
pocos que la tienen, se repiten hasta que la pierden por completo. En
definitiva, si eres un fan de la saga seguramente quedes satisfecho, aunque no
en exceso, con “Piratas del Caribe: La venganza de Salazar”. En cualquier otro
caso, será mejor partir con el viento hacia otro lado. Porque parece que este
barco hace tiempo que ha perdido el rumbo. No
Recomendada.
Las confesiones. (Italia, 2016). Dir. Roberto Andò.
Después
de “Viva la Libertad” (2013) el director Roberto Andò vuelve a tocar el tema de
la política y a utilizar al mismo actor protagonista, Toni Servillo. Ahora con “Las
Confesiones”, bajo un formato de thriller suave, utiliza la muerte del director
del FMI de forma simbólica, para establecer un debate de cómo se gestiona la
Institución y los ocultos fines que se esconden tras ella a la hora de tomar
decisiones que afectan a todo el planeta. Un simbolismo que ha hecho posible la
coexistencia de un monje obligado a no revelar ningún tipo de información
amparado por el derecho al secreto de confesión, junto a un grupo de
economistas que estando bajo el mismo juramento de no revelar ningún tipo de
conversación secreta, intentan a toda costa presionar e intimidar a Robert
Salus para que rompa sus reglas e informe de lo que habló la noche anterior con
Daniel Roché antes de su muerte. La
película de Roberto Andò tiene muchos parecidos tanto estéticos como en la
forma de estar filmada con “La Juventud” (2015) de Paolo Sorrentino por su
colorido, la aparición de un hotel de lujo, sus peculiares huéspedes, los
fuertes contrastes y las bellas composiciones artificiales. “Las Confesiones”
tiene un matiz algo surrealista donde se abordan de forma profunda temas como
la humanidad, la distribución de la riqueza, la pronunciada brecha existente
entre la política y la población, las peligrosas pretensiones de la economía
global y la salvación de las almas en su enfoque religioso. A pesar de estar
llena de buenas ideas y pretensiones, se queda a medio camino de hacer algo más
grande. No Recomendada.
Wilson. (USA, 2017). Dir. Craig Johnson.
'Wilson' es una comedia-drama estadounidense basada en la
novela con el mismo nombre escrita por, Daniel Clowes. Dirigida por Craig
Johnson, la cinta narra la historia de Wilson (Woody Harrelson), un hombre de
mediana edad, solitario y sincero, que se reúne por primera vez después de
muchos años con su mujer (Laura Denn). Después de hablar con ella, descubre que
tiene una hija adolescente de la que desconocía totalmente su existencia. Con
esto en mente, Wilson se acerca a su hija y consigue finalmente conectar con
ella. El reparto tiene cuenta con nombres como Judy Greer, David Warshosky y
Cheryl Hines. Cuenta con algunas anécdotas graciosas pero falla en el punto
crucial de crear más interés por el personaje del título. Hay ocasiones en que
una película pertenece por completo a un intérprete. Cada gesto, cada frase y
cada réplica del protagonista son una irreverente fiesta, momentos irrepetibles
en un conjunto irregular. No Recomendada.
Me casé con un boludo. (Argentina, 2017). Dir. Juan
Taratuto.
Después de debutar con “No sos vos, soy yo” (2004) y de demostrar, con “¿Quién
dice que es fácil?” (2007), que su facilidad para la comedia tenía el potencial
de abrirse a otros registros (melancólicos), el argentino Juan Taratuto logró
su película más carismática y ácida con “Un novio para mi mujer” (2008), en cuyo
centro brillaba la pareja formada por un socavado Adrián Suar y una galvánica
Valeria Bertuccelli en la piel de la esposa porteña menos afectuosa del mundo.
Ocho años después, tras tantear tonos ajenos a su especialidad en la arriesgada
“La reconstrucción” (2013) y la más fastidiosa y edulcorada “Papeles en el
viento” (2015), el director recupera a la misma pareja de intérpretes para,
esta vez, cambiar las tornas en la balanza de afectos: aquí, la Bertuccelli es
pura fragilidad emocional frente a un Suar que da vida a un paroxístico
argentino chanta. Si “Un novio para mi mujer” diluía su singularidad una vez
culminaban los mecánicos arcos dramáticos de toda comedia de reconquista, “Me
casé con un boludo” agota su fuego en la contundencia de su título. La gran
lástima es que aquí había madera para una comedia soberbia, capaz de modular su
premisa hacia una incisiva reflexión sobre la mascarada intrínseca a toda
relación matrimonial. Los apuntes –y los actores- están ahí, pero frustrados,
malogrados por la mala cabeza de un director que, en esta ocasión, ha preferido
hacer la película convencional que su material de partida le estaba pidiendo a
gritos que evitara. No Recomendada.