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miércoles, 31 de mayo de 2017

A propósito de “La Bohème”



El Teatro de la Maestranza de Sevilla ofrece durante estos días la representación de La Bohème, de Giacomo Puccini, una de las óperas más populares del repertorio clásico, que ha gozado del favor del público desde el mismo momento de su estreno en 1896, en Turín. Cuenta la historia de Rodolfo, un poeta, que comparte una buhardilla en París con tres amigos (un pintor, un filósofo y un músico), son bohemios y pobres, pero con muchas ganas de vivir. Entra en escena Mimi, una bordadora que se ha instalado en el mismo edificio. La acción transcurre en torno a Navidad y la nieve en las calles y tejados parisinos suele ser una característica común de todas las escenografías. 

John Gilbert y Lillian Gish

El cine, desde el periodo silente hasta hoy, ha manifestado un gran interés por la adaptación de estas grandes óperas clásicas, ya en 1926, King Vidor dirigió una versión muda de "La Bohème" que contó con Lillian Gish y John Gilbert para los papeles de Mimi y Rodolfo respectivamente.


Esta partitura de Giacomo Puchini está muy presente en el argumento de la laureada comedia romántica “Hechizo de Luna” (Norman Jewison, 1987), tanto que podemos afirmar que la historia de amor que surge entre sus protagonistas, Loretta Castorini (Cher) y Ronny Cammareri (Nicolas Cage) le debe tanto al mágico influjo de la luna -que da título a la cinta-, como a la música de Puccini, y especialmente a La Bohème.
   
Nicolas Cage y Cher

Los guionistas han establecido un claro paralelismo entre ambas historias de amor, y esto queda claro casi desde su primer encuentro, presidido por un cartel de La Bohème y a los sones de esta ópera italiana.


Arias como “Quando m´en vo” y “O soave fanciulla” se utilizan en distintos momentos del filme, tanto de forma diegética como extradiegética. Destacamos, por ejemplo, la escena en la que Ronny le declara su amor a Loretta y la invita a subir a su casa, tendiéndole su fría mano, en la que lleva un guante de cuero para cubrir la prótesis que usa, mientras de fondo oímos el aria “Che gelida manina” (Qué mano tan fría).


Aunque sin duda la escena más elocuente en este sentido es aquella en la que la pareja protagonista asiste a una representación de La Bohème en el Metropolitan Opera House de Nueva York, donde el aria del Adiós de Mimi "Donde lieta usci" es utilizada para describir los sentimientos y la emoción, que aflora en los rostros de los protagonistas. Las voces que escuchamos son las de Renta Tebaldi y Carlo Bergonzi.


Entre las adaptaciones más recientes, podemos citar “La Bohème” dirigida por Robert Dornhelm (2008) y protagonizada por cantantes de primer nivel, como el tenor franco-mexicano Rolando Villazón, como Rodolfo y Anna Netrebko, soprano ruso-austriaca en el papel de Mimi.


Estamos ante una gran producción, en la que la calidad musical es indiscutible, pero cinematográficamente puede resultar bastante plana y muy teatral en algunos aspectos, como la exageración interpretativa y un predominio de escenas rodadas en estudio, con decorados faltos de realismo; todo ello evidencia la trayectoria del director, muy vinculada a trabajos para la televisión.

Este tipo de adaptaciones cinematográficas de grandes óperas, salvo raras excepciones, no suelen ser del agrado ni de los amantes de la ópera, ni los buenos aficionados al cine; para los primeros, la gran pantalla difícilmente puede propiciar una experiencia sensitiva comparable a la experimentada en una representación operística en directo; mientras que los cinéfilos lamentan la excesiva teatralidad y la escasa calidad cinematográfica.

Superando estas discrepancias, respetables en todo caso, destacamos algunos aspectos positivos de estas adaptaciones cinematográficas: Por un lado, pueden contar con los mejores cantantes del momento, que se lucen en primeros planos, magníficamente fotografiados; famosos cantantes de ópera, como Plácido Domingo han recreado a sus personajes operísticos en filmes como “Otello” (Franco Zeffirelli, 1986) y “Carmen de Bizet” (Francesco Rosi, 1984). Permiten incluir escenas filmadas en exteriores naturales, generalmente en entornos monumentales o paisajísticos de gran belleza, superando las limitaciones de la escenografía teatral; a ello se une la calidad y el lujo de detalles en decorados y vestuario.


Aunque sin duda, lo más importante de estas películas es su gran difusión, acercando hasta un público numerosísimo una representación operística de calidad, a la que de otro modo, seguramente no hubiera podido “asistir”, y con el aliciente añadido de poder repetir.

Nos quedamos con una de las arias imprescindibles La Bohème, en esta última producción de 2008, “Si, mi chiamano Mimi” (Sí, me llaman Mimi), perteneciente al acto primero, asistimos al decisivo encuentro de Rodolfo y Mimi, su nueva vecina que ha subido a encender la vela que el viento ha apagado. Los acordes del tema de Mimi son utilizados por Puccini en varios momentos de la partitura de esta ópera a modo de leitmotiv asociado a la protagonista.



1 comentario:

  1. Impresionante documento. Bien escrito y magníficamente apoyado con las imágenes. Se nota tu amor por la opera. Enhorabuena Miguel Angel.

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