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viernes, 29 de enero de 2016

Steve Jobs, de David Boyle



Título original: Steve Jobs. Dirección: Danny Boyle. País: EE.UU.. Año: 2015. Duración: 122 min. Género: Drama. Guión: Aaron Sorkin, basado en la novela de Walter Isaacson). Diseño de Producción: Guy Hendrix Dyas. Fotografía: Alwin H. Küchler. Montaje: Elliot Graham, ACE. Música: Daniel Pemberton. Vestuario: Suttirat Larlarb. Sonido: Lisa Pinero. Casting: Francine Maisler. Estreno en España: 01 enero 2016.
Intérpretes: Michael Fassbender (Steve Jobs), Kate Winslet (Joanna Hoffman), Seth Rogen (Steve “Woz” Wozniak), Jeff Daniels (John Sculley), Katherine Waterston (Chrisann Brennan), Sarah Snook (“Andy” Cunningham), Michael Stuhlbarg (Andy Hertzfeld), Perla Haney-Jardine, Adam Shapiro, Jackie Dallas, Makenzie Moss, Afsheen Olyaie, Tina Gilton, Tom O'Reilly y Natalie Stephany Aguilar

Sinopsis:
Biopic del mítico empresario y programador informático Steve Jobs (1955-2011), centrado en la época en la que lanzó los tres productos icónicos de Apple.

Michael Fassbender y Kate Winslet en "Steve Jobs"

Comentarios:
Dos nominaciones al Óscar ha obtenido este año Danny Boyle para su película basada en la vida de Jobs. Una nominación para su actor principal (Fassbender) y otra nominación para su actriz de reparto (Winslet). Ente los trabajos anteriores de Boyle recordamos las interesantes “Tumba abierta” (1996), “Trainspotting” (1994), “28 días después” (2002),  “Slumdog Millionaire” (2008) y “127 horas” (2010).
El poder de la palabra y el concepto de representación como instrumentos narrativos y como dispositivos dramáticos para conformar la vida de uno de los más grandes ilusionistas del verbo y de la imagen: Steve Jobs, magnate de la informática, el hombre que basó buena parte del secreto de su éxito en la hiperbólica presentación de sus productos, convertidos en icónicos más por la fuerza del estilo, por el convencimiento de lo que suponía poseerlos, que por su verdadero sentido práctico. Tiene todo el sentido del mundo lo que ha hecho Aaron Sorkin con el guion, con el engranaje dramático, de Steve Jobs, sui géneris biografía cinematográfica dirigida por Danny Boyle y protagonizada por un gran Michael Fassbender. Una existencia relatada en base a su esencia, contada en tres actos, en los que acaba aplicando estructuras, personajes, subtextos y conflictos auténticamente shakesperianos: de la crueldad a las estructuras de poder pasando por el remordimiento, la codicia, la lealtad y la naturaleza del destino.
Sorkin ha entendido bien a Jobs, personaje de tomo y lomo. Boyle no tanto a Sorkin. David Fincher lo entendió en La red social. Bennett Miller lo entendió en Moneyball. Pero el director de Trainspotting ha querido seguir siendo al menos un poco Boyle, aplicando mucha forma al fondo, cuando lo que suelen pedir los libretos del escritor de El ala Oeste de la Casa Blanca es control, pausa y clasicismo. Y ahí la secuencia de la pelea entre Jobs y John Sculley, el personaje de Jeff Daniels, aglutinando múltiples tiempos, es el mejor ejemplo. Ante tal cantidad de información, sobre el interior y el exterior de los personajes, la puesta en escena pide un ansiolítico, no una raya de coca. 
En los entresijos del poder, afirma Javier Ocaña, inmediatamente antes de cada (re)presentación de tres de sus productos míticos, Sorkin concentra la catarsis emocional de un hombre incapaz de amar por miedo al rechazo, rodeado de soldados fieles, conjuradores, fantasmas víctimas de su iniquidad, bastardos, subversivos, desterrados y hasta algún inocente. Lo que da lugar a una interesantísima película casi conceptual de alma y fuego shakesperianos


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