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sábado, 18 de julio de 2015

Profanan la tumba de F. W. Murnau



Desde hace 83 años el mausoleo número 22 del cementerio de Stahnsdorf, en las cercanías de Postdam de Berlín, es una visita casi obligada para los amantes del cine que llegan al idílico cementerio construido en la mitad de un bosque para rendir un homenaje a Friedrich Wilhelm Murnau, el célebre y genial director alemán de la inolvidable película Nosferatu, estrenada en 1922, y joya del cine expresionista.
Sin embargo, el famoso mausoleo se convirtió esta semana en el centro de atención de la policía alemana y de las autoridades del cementerio. El motivo: un hecho criminal descubierto por casualidad por el responsable del cementerio, Olaf Ihlefeldt. Durante un recorrido de inspección regular, el empleado observó que la puerta del mausoleo estaba forzada.
“Tuve un presentimiento. El ataúd de Murnau había sido profanado”, dijo el funcionario, cuando reveló a la prensa en Berlín su inquietante descubrimiento. Cuando Ihlefeldt abrió el ataúd que contenía los restos mortales del director de cine, que murió en 1931 a la edad de 42 años, descubrió que había sido robado el cráneo.

Fotograma de Nosferatu

El robo se produjo, según el funcionario, entre el 4 y el 12 de julio. Aunque nadie sabe con exactitud quién violó la tumba del director alemán, ya existe un rumor macabro que tiene en estado de alerta a las autoridades. Sobre el ataúd de Murnau, la policía descubrió restos de cera derretida, un hallazgo que podría tener relación con un ritual satánico.
“No podemos descartar que exista un motivo oculto en el robo”, señaló un portavoz de la policía, citado por el periódico Bild, que ofreció el miércoles a sus lectores una crónica ceñida a su legendaria fama de periódico sensacionalista... “¿La cabeza del director de Nosferatu fue robada por satanistas?”.
El Bild recuerda, para apoyar su titular, que el rodaje de la película Nosferatu estuvo marcado por una rara maldición que causó la muerte temprana tanto de Max Schreck, el actor que encarnó al vampiro, como la del cámara y la del propio director. Murnau murió en 1931 en un accidente automovilístico en Santa Bárbara, California (EE UU). El coche era conducido por un joven filipino de 14 años, amante de Murnau.
El cadáver del director fue embalsamado y enviado a Berlín un año después. Según el administrador del cementerio, los restos de Murnau, que reposaban envueltos en un sudario, estaban bien conservados y su cabeza, en la que aún aparecían restos de cabellos y dientes, era perfectamente reconocible.
El ataúd de Murnau, continua la crónica de Enrique Müller, ya había sido profanado en los años setenta del siglo pasado, un hecho que obligó a los funcionarios del cementerio de Stahnsdorf a revisar de forma casi regular la seguridad del mausoleo. Esta nueva profanación del ataúd del director de El último puede cambiar las reglas de seguridad del cementerio. “Quizás sellemos para siempre el mausoleo o enterremos el ataúd de Murnau bajo tierra”, dijo Ihlefedlt.

Fotograma de "Amanecer"

Cuando los restos mortales de Murnau llegaron al cementerio de Stanhsdorf, solo un pequeño grupo de personas estuvo presente en la ceremonia, entre ellos Fritz Lang, el director de Metrópolis, Robert J. Flaherty, Emil Jannings y Greta Garbo.
Murnau, un discípulo de Max Rainhardt, dirigió 21 películas. La más celebre fue Nosferatu, el vampiro (1922) y la más premiada fue Amanecer (1927), ganadora de tres oscars. El director, hijo de un industrial de Bielefeld de apellido Pumple, decidió cambiarlo en 1909 por el de Murnau para no importunar a su padre.

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