"Amor es todo lo que necesitas" ("Love is all you need", 2012) es el último trabajo de la
directora danesa Susanne Bier. Tras conocer el éxito por cintas como "Hermanos", "Después de la boda / Después del casamiento"
o "En un mundo mejor", por
la que consiguió el Globo de Oro de 2011 a la mejor película en lengua
extranjera,lo mismo que el óscar en esa
misma categoría, todas ellas películas en las que prevalecían dramas convulsos,
esta vez se atreve a acercarse casi a la comedia. Porque "Amor es todo lo que necesitas", no
es una comedia al uso, sino una historia que en realidad,podría resultar muy dramática dependiendo de
su tratamiento, y de ahí que la directora con su buen hacer la lleve en
ocasiones, a terrenos de ese género sin serlo.
Trine Dyrholm, que ya ha trabajado anteriormente con Bier, da vida a
Ida, una mujer que acaba de concluir un tratamiento de quimioterapia por sufrir
cáncer, y sorprende a su marido en actitud comprometida, con una compañera de
trabajo mucho más joven que ella.
Pierce Brosnan por su parte, interpreta a un empresario sumergido en sus
negocios, y resentido con la humanidad después de haber perdido a su mujer.
Los protagonistas coinciden cuando se dirigen a Italia, para asistir a
las bodas de sus respectivos hijos.
Aunque la historia, por momentos pueda resultar predecible, el público
será testigo de la metamorfosis de muchos de sus protagonistas. En esto radica
fundamentalmente la diferencia de este trabajo, en el tratamiento de los
individuos y lo que muestran al espectador.
Pierce Brosnan y Trine Dyrholm
Unos bellos paisajes de la costa italiana de Sorrento,canciones de los años cincuenta y sesenta,
que componen una atractiva y "vintage" banda sonora, una romántica y
antigua villa italiana entre árboles frutales, y a la luz de las velas,
componen elescenario idílico, de las
celebraciones previas al enlace, el caldo de cultivo idóneo para que pueda
surgir fácilmente cualquier romance o coqueteo, pero en realidad los que
emergerán serán sus conflictos soterrados, la falta de comunicación, las
infidelidades, y demás miserias familiares no resueltas.
Los personajes se irán mostrando tal y como son, con sus secretos, sus
frustraciones, sus anhelos, su egoísmo, su vanidad y por supuesto su
generosidad y valentía.
Es "Amor es todo lo que
necesitas"una historia que
sorprenderá al espectador por su falta de artificio, por lo inesperado y por lo
real, pero que sin embargo deja un buen sabor de boca y alguna que otra
lagrima. Sigue el comienzo de un amor maduro, tratado sin cursilería y sin
ñoñeces, la muestra de que todo el mundo necesita el amor,pero no a cualquier precio.
Se puede afirmar que Susanne Bier ha vuelto a ganar a pesar de haber
arriesgado.
Título original: The man who shot Liberty Valance. Dirección: John Ford. País: Estados
Unidos. Año: 1962. Duración: 119 min. Género: Western. Guión: James
Warner Bellah y Willis Goldbeck (basado en un relato de Dorothy M. Johnson. Producción: Willis Goldbeck. Fotografía: William H. Clothier (B/N). Montaje: Otho Lovering. Música: Cyril Mockridge. Vestuario: Edith Head.
Intérpretes: James Stewart (Ransom Stoddard), John Wayne (Tom
Doniphon), Lee Marvin (Liberty Valance), Vera Miles (Hallie), Edmond O’Brien (Dutton
Peabody), Woody Strode ( Pompey).
Sinopsis: Ransom Stoddard, un senador del Congreso de los Estados
Unidos, relata a un periodista la historia de por qué ha viajado junto a su
mujer Hallie para acudir al funeral de un viejo amigo, Tom Doniphon. Todo
comenzó muchos años atrás, cuando Ransom era un joven abogado que llegó en
diligencia a Shinbone, un pequeño pueblo del Oeste, para ejercer la abogacía.
Poco antes de llegar a su destino, es atacado y golpeado brutalmente por el
temido pistolero Liberty Valance.
Nunca
me gustó el género del western. Y no
podía ser de otro modo si las numerosas películas vistas durante la infancia te
mostraban una realidad maniquea, normalmente centradas en la lucha por los
intereses de indios y blancos y que no te dejaban mucha opción respecto a quién
dirigir las filias y fobias. Sólo de pocos años para acá he afinado en mi
selección (Horizontes de grandeza, Centauros del desierto, Solo ante el peligro, El árbol del ahorcado) y he ido
suavizando mi exclusión categórica.
Todas
se han eclipsado con El hombre que mató a
Liberty Valance. Me habla de individuos que cargan con sus
contradicciones, personajes llenos de
matices. Puedo buscar el simbolismo del viejo Oeste caduco que deja paso a la nueva
realidad donde quien mandará es la ley, sí, aunque me quedo con los nombres
propios de quienes encarnan esta historia.
Lee Marvin, James Stewart y John Wayne
John
Ford nos muestra en un gran flashback, en ésta una de sus últimas películas del
género, qué es lo que puede haber detrás de la leyenda (“en el Oeste, cuando la
leyenda supera la verdad, publicamos la leyenda”). Y su exposición es tan
brillante que mi fantasía vuela imaginando los años de silencio y olvido de
Tom, los escrúpulos de Ransom, el
desengaño de Hallie, tanto equívoco y todo lo que hubo detrás del hecho
legendario de esta ficción.
Mantiene
el ritmo de modo magistral: lo que se nos va contando se equilibra con lo que
nos falta por saber y nos tiene atrapados de tal forma que, cuando intuimos ya
el fin de la historia, nos involucra todavía más, acercándonos a unos
personajes que han tenido que vivir con las implicaciones morales de basar su
prestigio sobre una mentira. El “perdedor” se nos engrandece y el símbolo de la
flor de cactus, más allá de expresar un simple recuerdo, nos remite a todo lo
que no se dice en una relación fallida.
James Stewart con Vera Miles al fondo
Habría
que citar al menos otros aspectos sobresalientes de la película: la
interpretación de todos los actores, los diálogos, la fotografía. Todo redunda
en una factura impecable.
Pero
quizá lo que hace que me llegue tanto esta obra, además del centrarse en el
análisis psicológico de los personajes, tenga que ver con el punto antihéroe y
con la distancia que mantiene con el western simplón y su compartimentación.
También con la ambigüedad del posicionamiento en cuanto a la dicotomía entre el
mundo civilizado regido por las leyes y la mano armada que en cierto momento se
alza y salva la situación. Aunque algunos llamen a John Ford manipulador o
cosas peores por su ideología, a mí me gusta que el director consiga hacerme
dudar, que haga plantearme la justificación del que no actúa según mis
principios. Y que finalmente ese personaje se lleve mi simpatía y hasta mi
afecto. Lo siento: me quedo con el hombre
que mató a Liberty Valance.
Título original: Les misérables. Dirección: Tom Hooper. País: Reino Unido. Año: 2012. Duración: 158 min.Género: Drama, musical, romance.Guión:
William Nicholson, Alain Boublil,
Claude-Michel Schönberg y Herbert Kretzmer; basado en el musical de Alain
Boublil y Claude-Michel Schönberg; a su vez basado en la novela de Victor Hugo. Producción: Tim Bevan, Eric Fellner, Debra Hayward y Cameron
Mackintosh. Música: Claude-Michel Schönberg. Fotografía: Danny Cohen. Montaje: Chris Dickens y Melanie Ann Oliver. Diseño de
producción: Eve Stewart.
Vestuario:
Paco Delgado. Estreno en Reino
Unido: 11 Enero 2013. Estreno en España: 25 Diciembre 2012.
Intérpretes: Hugh Jackman (Jean Valjean), Russell Crowe(inspector Javert), Anne Hathaway (Fantine),
Amanda Seyfried (Cosette),Helena Bonham
Carter (Madame Thénardier), Eddie Redmayne (Marius), Aaron Tveit (Enjolras),
Sacha Baron Cohen (Thénardier), Samantha Barks (Éponine), Daniel Huttlestone
(Gavroche).
Sinopsis:
El expresidiario Jean Valjean (Hugh Jackman)
es perseguido durante décadas por el despiadado policía Javert (Russell Crowe).
Cuando Valjean accede a cuidar a Cosette, la joven hija de Fantine (Anne
Hathaway), sus vidas cambiarán para siempre. Nueva adaptación de la novela
homónima de Victor Hugo, completamente cantada.
Anne Hathaway
Calificación: 8, Muy Buena.
Lo mejor de la película: Los incondicionales del musical están de
enhorabuena, aconsejada para todos ellos, caerán en sus encantos. Magnífico
casting, donde todos los actores se desenvuelven perfectamente en sus
personajes. Está bien hasta Sacha Baron Cohen, que ya es decir. Se aprecia el
costoso diseño de producción al servicio del oscarizado Hooper. Se admiten
apuestas para la carrera de los óscars, a ésta le cae varios este año.
Lo peor de la película: Abstenerse los alérgicos al musical y todos aquellos
que nos les guste pasarse dos horas y media leyendo subtítulos.
Título original: Una pistola en cada mano. Dirección: Cesc Gay. País: España. Año: 2012. Duración: 95 min. Género: Comedia. Guion: Cesc Gay y Tomás Araguay. Producción: Marta Esteban. Música: Jordi Prats. Fotografía: Andreu Rebés. Montaje: Frank Gutiérrez. Diseño de
producción: Bernat Rifé. Estreno en España: 5 Diciembre 2012.
Intérpretes: Ricardo Darín (G.), Luis Tosar (L.), Javier Cámara
(S.), Eduard Fernández (E.), Eduardo Noriega (P.), Leonardo Sbaraglia (J.),
Alberto San Juan (A.), Jordi Mollà (M.), Candela Peña (Mamen), Cayetana Guillén
Cuervo (Sara), Leonor Watling (María), Clara Segura (Elena).
Sinopsis:
Ocho hombres alrededor de los 40 años de edad
que, desconcertados y perplejos, se ven envueltos en situaciones cotidianas que
reflejan su principal conflicto: la crisis de identidad masculina. Su
incapacidad para expresar lo que sienten les conduce a situaciones cómicas y
patéticas que dejan atónitas a las mujeres. Un retrato en clave de comedia,
irónico y sin compasión sobre las carencias, debilidades y otras “virtudes” de
los hombres de hoy: perdidos y confusos en busca de una nueva identidad. Un
film coral que radiografía la vida sentimental de unos hombres… y de algunas
mujeres.
Javier Cámara
Calificación: 7, Buena.
Lo mejor de la película: El duelo interpretativo entre primeras espadas en
estado de gracia. Por destacar algunos, quizás, Javier Cámara y Eduardo Noriega,
ambos están magníficos en la creación de sus personajes. Guión muy interesante y una dirección de actores
ejemplar. Cesc Gay firma su mejor película, con el máximo respeto a “En la ciudad”.
Lo peor de la película: No todas las historias pueden despertar el mismo
interés, pero el conjunto, es bueno.
Trailer de la película:
Ver también:
El Periódico, escenario de la
nueva película de Cesc Gay "Una pistola en cada mano":
Título original: El cuerpo. Dirección: Oriol Paulo. País: España. Año: 2012. Duración: 107 min. Género: Thriller, suspense. Guión: Oriol Paulo y Lara Sendim. Producción: Joaquín Padró, Mar Targarona, Mecedes Gamero y Mikel
Lejarza.
Música: Sergio Moure. Fotografía: Óscar Faura. Montaje: Joan Manel Vilaseca. Dirección artística:
Balter Gallart. Vestuario: María Reyes. Estreno en España: 21 Diciembre 2012.
Interpretación: Belén Rueda (Mayka Villaverde), José Coronado (Jaime
Peña), Hugo Silva (Álex Ulloa), Aura Garrido (Carla), Juan Pablo Shuk (Pablo),
Cristina Plazas (Dra. Tapia), Oriol Vila (agente Mateos), Patricia Bargalló
(agente Norma), Mia Esteve (Luna), Montse Guallar (Gloria).
Sinopsis:
Tras atropellar a alguien, un guardia de
seguridad de la morgue huye. En el depósito de cadáveres, la policía descubre
que la puerta de una de las neveras está abierta y el cadáver de una mujer ha
desaparecido. El inspector de policía encargado de la investigación cuenta con
la colaboración del marido de la difunta, aunque no descarta la posibilidad de
que esté relacionado con el asunto.
Belen Rueda
Calificación: 7, Buena.
Lo mejor de la película: El comienzo y el final. Durante la trama nos satisface
a los mitómanos encontrarnos con un claro homenaje a “Sospecha” del maestro Hitchcock, cuando Alex (Hugo Silva) sube por unas
escaleras imperiales con una copa de vino envenenada camino de la alcoba de
Mayka (Belen Rueda), de la misma forma que Cary Grant lo hacía portando un vaso
de leche. El suspense está garantizado hasta el último minuto y es de agradecer
que en España también se hagan películas de género, en contra de lo que opina
un reducido grupo de “carcas” que pululan por ciertos medios machacando al cine
español, pregonando que los cineastas de este país sólo hablan en sus obras de
la Guerra Civil: ¡cuánta mentira! Por otro lado, destacar el buen hacer de Hugo
Silva, con una interpretación bastante logrado en un personaje de gran
dificultad.
Lo peor de la película: Durante el “nudo” de la película existen algunos
altibajos con respecto a la trama, pero su comienzo y su final son tan buenos y
sorprendentes que nos hacen olvidar estos leves fallos de un estupendo director
novel. Hay que apostar por los nuevos talentos. Todo perdonado.
Durante
la preparación de mi trabajo sobre el erotismo en el cine, a presentar en
breve, dentro del impagable programa confeccionado por nuestro ilustre Paco
Bellido para este curso, he tenido ocasión de adentrarme en unas
consideraciones para espectadores de cine que me han parecido
interesantes.
En
mi condición de cinéfilo “pardillo” confeso, como saben los que conocen mis
primeras aportaciones a estas páginas, siempre he tenido una cierta aprensión
al llamado cine independiente cuando sus temáticas y contenidos, más que
contribuir al esparcimiento, te suministran molestas inquietudes, durante y
después del visionado de las películas.
Cuando,
además, ese tipo de cine aborda problemáticas costumbristas y está realizado
con asombrosa sencillez, de tal manera que la cámara parece haber entrado en
casa de cualquier vecino, cuando no en la nuestra, para rodar vivencias humanas
reales y no ficticias, aquellas inquietantes sensaciones llegan a resultarnos
más perturbadoras todavía.
Hemos
visionado y comentado recientemente el corto “Luisa no está en casa”, de Celia
Rico, que bien podría acercarnos a lo que quiero referirme. Pero después,
sacando datos para ilustrar el trabajo a que aludía al principio, me he topado
casualmente con una película, del mismo corte intimista, titulada “Año
bisiesto” y dirigida por un tal Michael Rowe en el 2010. Me llamó la atención,
al encontrarla en un listado de supuestas películas eróticas, por la
controversia que había originado entre los espectadores su inclusión en el
mismo. Después de haberla visto, coincido con quienes no ven en la cinta unos
parámetros para clasificarla como tal. Si bien el componente sexual prevalece y
de manera explícita durante todo el metraje, su estética resulta desagradable y
sórdida, aunque le aporta una credibilidad inusitada, que es el asunto a que
venía a referirme.
Como
os decía también, he escudriñado en las influencias de ese cine en nuestras
sensaciones y descubierto personalmente algunas de sus motivaciones, muy
relacionadas con el grado de sensibilidad del espectador y de sus
circunstancias, por otra parte. Francamente, desconocía el término
“escopofilia” de escopo (espejo) y filia. Aunque puede aplicarse a otros
conceptos, parece tener mucha relación con el cine, en su acepción de placer de
percibir o algo por el estilo. Y es su distinción con el voyeurismo puro y
duro, tan clásico del cine erótico por cierto, lo que puede llamar la atención
si consideramos el mucho mayor recorrido de aquel otro vocablo, en películas
con cargas de profundidad abundantes aunque no aparezcan submarinos.
Porque,
efectivamente, la sensación escopofílica tiene unas vertientes más subjetivas.
Se trata de que lo que vemos en la pantalla, haya veces que tiene mucho de
contenido, pero poco de placer el cómo lo percibimos. De ahí mi alusión al
espejo de dos caras. Y eso sucede cuanto más nos involucramos con unos
personajes y situaciones que, lejos de retratar sus existencias en tiempos
históricos, quiméricos futuros o situaciones de peregrina credibilidad, se nos
acercan peligrosamente hasta la misma butaca. Si esto se consigue, además, con
la perfección que exhiben muchas de estas producciones, de escaso presupuesto
crematístico pero con derroches de inteligencia en su realización e
interpretación, cuesta trabajo abstraerse de que lo que se nos ofrece sea
ficción. Ahora me explico yo que, de muchas películas, haya salido uno
escopofílico perdido, incluyendo algunas eróticas, dicho sea de paso.
Título original: The hobbit: An unexpected
journey.Dirección: Peter Jackson. País: Nueva Zelanda. Año: 2012. Duración: 169 min. Género: Fantástico, aventuras. Guion: Peter Jackson, Philippa Boyens, Guillermo del Toro y
Fran Walsh; basado en la novela de J.R.R. Tolkien.Producción: Peter Jackson, Carolynne Cunningham, Fran
Walsh y Zane Weiner.Música: Howard Shore. Fotografía: Andrew Lesnie. Montaje: Jabez Olssen. Diseño de
producción: Dan Hennah. Vestuario: Ann Maskrey, Richard Taylor y Bob Buck. Estreno en Nueva
Zelanda: 12 Diciembre
2012.
Estreno en España: 14
Diciembre 2012.
Intérpretes: Martin Freeman (Bilbo Bolsón), Ian
McKellen(Gandalf), Andy Serkis
(Gollum), Cate Blanchett (Galadriel), Elijah Wood(Frodo Bolsón), James Nesbitt (Bofur), Lee
Pace (rey Thranduil), Christopher Lee (Saruman), Ian Holm (Bilbo anciano), Hugo
Weaving (Elrond), Richard Armitage (Thorin, Escudo de Roble), Ken Stott
(Balin), Graham McTavish (Dwalin), William Kircher (Bifur), Stephen Hunter
(Bombur), Dean O’Gorman (Fili), Aidan Turner (Kili), John Callen (Oin), Peter Hambleton
(Gloin), Jed Brophy (Nori), Mark Hadlow (Dori), Adam Brown (Ori), Benedict
Cumberbatch (El Nigromante).
Sinopsis:
“El
hobbit: Un viaje inesperado” es la primera de las tres partes de la
adaptación al cine de la popular novela de J.R.R. Tolkien. La historia está
ambientada en la Tierra Media, 60 años antes de “El Señor de los Anillos”. La
aventura cuenta el viaje de Bilbo Bolsón, quien se ve arrastrado a una épica
búsqueda que le llevará a reclamar el reino que años atrás perdieron los enanos
a manos del temible dragón Smaug. Sin verlo venir, y convencido por el mago
Gandalf el Gris, Bilbo termina formando parte de una compañía de 13 enanos
liderados por el legendario guerrero Thorin Escudo de Roble. Su viaje les
llevará a lo salvaje, a través de tierras peligrosas infestadas de trasgos,
orcos y huangos mortíferos, así como de una misteriosa y siniestra criatura
conocida como El Nigromante. A pesar de que su destino está situado al Este, en
las tierras yermas de la Montaña Solitaria, los personajes primero tendrán que
escapar de los túneles de los trasgos, donde Bilbo conocerá a la criatura que
cambiará su vida para siempre… Gollum. A orillas de un lago subterráneo será
cuando el modesto Bilbo, al quedarse a solas con Gollum, descubra no solo la
profundidad del ingenio y el coraje, hecho que le sorprende incluso a él, sino
que además se apoderará del “precioso” anillo de Gollum, un anillo con
inesperadas cualidades y de gran utilidad… Una sencilla sortija de oro que está
ligada de tal manera al destino de toda la Tierra Media que Bilbo no es capaz
siquiera de imaginar.
Martin Freeman
Calificación: 8, Muy Buena.
Lo mejor de la película: El momento en que se encuentran Bilbo Bolson y
Gollum o lo que es lo mismo, Martin Freeman y Andy Serkis: el episodio de los
acertijos es fantástico. Toda la factura técnica es espléndida, fruto de un
abultado presupuesto. La música de Shore roza lo celestial.
Lo peor de la película: El metraje es largo, teniendo en cuenta que aún
nos quedan dos partes de esta trilogía. La megalomanía de Peter Jackson parece
no tener límites.
Hay una España de sonrisa por encima de los sinsabores; de “al mal
tiempo, buena cara”; y de saber sacar lo mejor de los golpes de la vida. Y a
esa España le puso rostro Tony Leblanc, uno de los cómicos más populares del
siglo XX, el protagonista de títulos como El
día de los enamorados, Los tramposos, El hombre que se quiso matar, Las chicas
de la Cruz Roja, Historias de la televisión o El tigre de Chamberí, y que acabó ganando el Goya al mejor actor
secundario por su labor en Torrente: el
brazo tonto de la ley, después de recibir el de honor cuatro años antes, en
1994.
Leblanc ha fallecido en su casa de Villaviciosa de Odón (Madrid) a los
90 años víctima de un cáncer: no por esperado su final no es menos doloroso.
La vida de Leblanc rebosa de anécdotas que él desgranó en sus memorias, Esta es mi vida, publicadas en 1999.
Empezando por sus inicios, ya que Ignacio Fernández Sánchez, su auténtico
nombre, nació en el museo del Prado, en un sofá, contaba él, de la sala de los
Cartones de Goya: su padre era conserje de la puerta principal. Leblanc se
jactaba de estas y de otras cosas, como que era el vigente campeón de España de
claqué, porque tras ganarlo él no volvió a celebrarse. Para ganarse la vida
hizo de todo en el mundo artístico… y en el deportivo. Actuó en la compañía de
Celia Gámez a los ocho años, fue bailaor y cantante en la compañía de Lola
Flores y Manolo Caracol, protagonizó 77 películas y actuó en casi medio
centenar más, dirigió otras tres, actuó en todo tipo de obras teatrales,
revistas y espectáculos…
En el lado deportivo queda su época como portero de fútbol en el Fuyma,
filial del Atlético de Aviación y boxeador en unos 50 combates. También tenía
fama de mujeriego, que él resumió, en una entrevista publicada en el diario El País, con esta declaración, cuando
presentó su autobiografía: “Fui mujeriego
18 años, desde los 12, cuando perdí el virgo con una puta en la Cuesta de
Moyano, hasta los 30, cuando me casé con Isabel. Iba de bailarina de clásico
español en la compañía de Enrique El Cojo, me entregó su rosa en Jerez y yo le
di mi amor. Luego me colocaron muchas novias que no he tenido. Concha Velasco,
por ejemplo. Desgraciadamente, nunca he tenido nada con ella. Ya me hubiera
gustado. Fui novio de Nati Mistral, eso sí lo cuento. La llevaba en mi Harley
Davidson por ahí, había tres en Madrid, pero no nos llevábamos bien y lo
dejamos. Luego, estando en Barcelona, Isabel se quedó un poquito embarazada y,
a partir de ahí, solo me interesó su amor”.
En otro de sus grandes momentos, Tony Leblanc, que participaba en el
programa de televisión de José María Íñigo Martes de fiesta, sacó un plato, un
cuchillo y una manzana, y con gesto adusto peló y comió la fruta en un sketch
de nueve minutos que demostraba el talento que escondía una carrera sobreexplotada
por los productores del cine español de los años cincuenta y sesenta: “La noche anterior había visto a mi hija
Silvia comiéndose una manzana mientras veía la tele y se me ocurrió hacerlo.
Fue muy difícil, una cosa histórica, salió hasta una crítica en el Times”.
Tony Leblanc junto a Conchita Velasco
El nombre artístico de Tony Leblanc –que era uno de sus apellidos- se le
ocurrió al hijo de un joyero en cuyo taller entró el actor como aprendiz a los
14 años. Antes había trabajado ya en el Museo del Prado. La guerra la pasó más
bien que mal porque, según cuenta en sus memorias, fue lo suficientemente
pícaro. “Eso me inspiró para papeles posteriores”. Y aunque el cine le dio fama
y dinero, su carrera arranca y se alarga en el tiempo en los escenarios: tras
actuar en decenas de espectáculos para los soldados republicanos debutó
profesionalmente en 1944 con la compañía de Nati Mistral. Un año después, entró
en el cine con Eugenia de Montijo y Los
últimos de Filipinas y, a lo largo de los años cincuenta y sesenta,
participó en títulos míticos, y otros no tanto, como El tigre de Chamberí, Muchachas de azul, Los tramposos (uno de sus
mejores trabajos, con la soberbia secuencia del timo de la estampita), Las chicas de la Cruz Roja, Tres de la Cruz
Roja, Historias de la televisión, El hombre que sequiso matar (su película favorita) o El astronauta. Incluso dirigió tres películas entre 1961 y 1962: El pobre García, Los pedigüeños y Una isla con tomate.
Su rostro solía aparecer con el de otros grandes como Manolo Gómez Bur,
José Luis Ozores y Concha Velasco, la más joven de una generación irrepetible
de cómicos españoles.
Tony Leblanc junto a José Luis López Vázquez
Parece increíble que le sobrara tiempo con su prolífica carrera fílmica,
pero efectivamente Leblanc lo tuvo para compaginarla con la televisión –donde
realizó multitud de galas y programas especiales- y sobre todo con la revista.
Leblanc aseguraba que, además de ser empresario de compañía, protagonista y
director de múltiples revistas, compuso unos 500 pasodobles y todo tipo de
canciones. Y en su vida privada, tuvo siete hijos con Isabel, que ha cuidado de
él hasta sus últimos segundos, y que como asegura su hijo Tony: “Él sin ella no hubiera sobrevivido estos
últimos tiempos”.
En los años setenta empieza a decaer su carrera y se retira del cine en
1975 con Tres suecas para tres Rodríguez,
para centrarse en teatro y televisión. Pero en mayo de 1983, volviendo de
Alicante, un coche en sentido contrario invade su carril y embiste contra su
Mercedes. Casi fallece, y tras tres años de rehabilitación, acaba recibiendo la
declaración de inutilidad total por parte de la Seguridad Social, por lo que
con 63 años se retira. “He tenido una
vida con mucha suerte. La vida es un purgatorio muy parecido al infierno, y yo
soy un creyente de andar por casa”.
En 1994, recibió el Goya de Honor a toda su carrera, en un acto en el
que apareció muy castigado –su rodilla derecha nunca se recuperó del accidente
de tráfico-. Pero siguió apareciendo en diversos actos y premios. Santiago
Segura, que le había conocido durante la entrega del Goya, ya le ofreció en el
backstage, con la estatuilla al mejor cortometrajista en la mano, "un papel en una comedia en la que usted
haría un personaje en silla de ruedas". Ese personaje fue un
secundario y así volvió al cine en 1998, con Torrente, el brazo tonto de la ley, con la que ganó el Goya al
mejor actor de reparto: es el único actor español que después del honorífico se
ha llevado el galardón por un trabajo, como le pasó a Paul Newman con sus dos óscars.
Después también actuaría en Torrente 2,
Misión en Marbella, Torrente 3: el protector y Torrente 4: lethal crisis. En esta última, Segura, que le había
‘matado’ en la tercera, le resucitó inventado a un hermano de su personaje, el
tío Gregorio.
Tony Leblanc junto a Santiago Segura en Torrente 4
Desde 2001 a 2010, y gracias a la saga Torrente, encarnó al quiosquero en
la serie de televisión Cuéntame.
En los últimos meses se acumularon sus problemas de salud tras una
rotura de cadera. Leblanc decía de sí mismo que era el actor más querido de
España, aunque no el mejor… pero se reservaba la coletilla “pero sí de los mejores”.
En todo tenía razón.
O dejamos con la famosa secuencia de "Los tramposos".
Título original: Luisa no está en casa.Dirección: Celia
Rico. País: España.
Año: 2012.
Duración: 19
minutos. Guión: Celia
Rico. Producción: Josep
Amorós. Dirección de
Producción: Mar Medir. Dirección de
Arte: Mireia Carles. Dirección de Fotografía: David Valldepérez.
Montaje: Luis Rico y Frank Gutiérrez.
Diseño de Sonido: Nacho Ybarra y
Ferrán Mengod. Sonido directo: Álex
Carbonell. Música: Paco Ortega.
Intérpretes: Asunción
Balaguer, Fernando Guillén y María Alfonsa Rosso.
Sinopsis: A Luisa
se le ha estropeado la lavadora. El inicial desastre que supondrá en su hogar
esta avería se acabará convirtiendo en la coartada perfecta para romper con su
lenta cotidianeidad. Pero para su marido, la ausencia de lavadora implicará una
ausencia aún mayor: Luisa ya no está en casa cumpliendo con su condición de ama
de casa y esposa sumisa.
Consideraciones: Es
digno de tener en cuenta que el cortometraje, primer trabajo de Celia Rico como directora, haya sido seleccionado para participar en la Bienal de Venecia. Entre otros premios, ha
obtenido el Premio Mención Especial del Jurado en la 57 Semana Internacional de
Cine de Valladolid (Seminci).
Prestar atención: Al
retrato realista que hace la directora de toda una generación de mujeres
sacrificadas que anulaban su personalidad para tomar el rol de cuidadoras de la
casa y servidoras del marido. Magníficos los silencios que lo dicen todo. Es interesante
la esmerada ambientación de la vivienda: cada rincón, cada detalle, nos parecen
auténticos. La preciosa canción de Paco Ortega, Nana de Luisa, apostilla un final amargo (“cómo duele la vida...”)
sólo suavizado por la decisión final que toma la protagonista.
“Un buen partido” es el título de una comedia romántica que se ha estrenado el pasado 5
de diciembre en España. Nos habla de las segundas oportunidades en la viday del esfuerzo de un hombre por madurar y
convertirse en un buen padre.
La evolución de su personaje y la dimensión "emocional" de
todos los que componen la historia son las razones que llevaron a Gerard Butler a participar en la
película “Un buen partido” en cuanto leyó el guion, según aseguró en una
entrevista con Efe.
Butler (Glasgow, Escocia, 1969) interpreta un papel alejado de las
películas que le dieron a conocer, como "300" (2006) y más cercano a algunos de sus trabajos más
recientes, como "La cruda realidad"
(2009)".
"George no es un tipo
perfecto, de alguna forma se halla perdido, pero está creciendo y haciendo un
esfuerzo real por hacer las cosas con su familia de forma diferente, y eso es
conmovedor", explica Butler.
Gerard Butler en "Un buen partido"
El actor da vida a un jugador de fútbol que ha llegado a lo más alto de
su carrera profesional pero que ha perdido su fama y su fortuna y decide
regresar a la ciudad en la que viven su exmujer y su hijo, con el que intenta
"volver a conectar" para
tener "una segunda oportunidad en la
vida".
La película, dirigida por Gabriele Muccino, autor de "En busca de la felicidad" (2006),
en la que también se aborda la importancia del lazo paterno-filial, muestra el
proceso que tiene que seguir el protagonista para "madurar y convertirse en un padre responsable y preocupado",
según Butler.
Sin embargo, lograr este propósito se convierte para el personaje en una
ardua tarea, debido a que decide entrenar al equipo de fútbol en el que juega
su retoño y las madres solteras del resto de niños, interpretadas por Catherine
Zeta Jones o Uma Thurman, no tardan en fijarse en la antigua estrella deportiva
y ser sensibles a sus encantos.
"Eso da lugar a situaciones
muy divertidas, pero George realmente quiere demostrar a su familia que ha
madurado, y aprende que hace falta realizar sacrificios para ser una persona en
la que se pueda confiar", explicó Butler, quien comparte cabeza de
cartel con Jessica Biel.
Así, además de fortalecer la relación con su hijo, el protagonista se
enfrenta al "redescubrimiento del
amor" con su exmujer.
"Ambos tienen dosis de
frustración y arrepentimiento por los años que han malgastado, y son dos
personas con una química muy fuerte pero que no saben qué va a pasar si vuelven
a estar juntas en una relación más realista, en la que aceptan quiénes son y
confían el uno en el otro", describió Butler.
Butler remarcó que la comedia romántica se trata del "envoltorio
perfecto" para contar esta historia, ya que "entre los momentos de hilaridad puedes transmitir mensajes más
profundos, cómo qué significa ser un buen padre o una madre que quiere proteger
a su hijo, y hacer que la audiencia se ría, llore y luego vuelva a reír".
El actor confesó que se siente "totalmente" identificado con
su personaje, y que "todo el mundo
puede entender que, cuando empieza la película, George está intentando parecer
divertido, valiente, aparenta que nada le afecta, pero en realidad está
perdido, roto y no tiene nada en la vida".
Además del guión, Gerad Butler dijo que otro de los alicientes que le
llevaron a aceptar el papel fue el resto del elenco, cuyo talento "hace
alcanzar niveles muy altos a la película, pues trabajar con Biel, Thurman o
Zeta Jones es para mí una experiencia muy especial".