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viernes, 21 de diciembre de 2012

Luisa no está en casa, de Celia Rico



Título original: Luisa no está en casa. Dirección: Celia Rico. País: España. Año: 2012. Duración: 19 minutos. Guión: Celia Rico. Producción: Josep Amorós. Dirección de Producción: Mar Medir. Dirección de Arte: Mireia Carles. Dirección de Fotografía: David Valldepérez. Montaje: Luis Rico y Frank Gutiérrez. Diseño de Sonido: Nacho Ybarra y Ferrán Mengod. Sonido directo: Álex Carbonell. Música: Paco Ortega.

Intérpretes: Asunción Balaguer, Fernando Guillén y María Alfonsa Rosso.
                       
Sinopsis: A Luisa se le ha estropeado la lavadora. El inicial desastre que supondrá en su hogar esta avería se acabará convirtiendo en la coartada perfecta para romper con su lenta cotidianeidad. Pero para su marido, la ausencia de lavadora implicará una ausencia aún mayor: Luisa ya no está en casa cumpliendo con su condición de ama de casa y esposa sumisa.

Consideraciones: Es digno de tener en cuenta que el cortometraje, primer trabajo de Celia Rico como directora, haya sido seleccionado para participar en la Bienal de Venecia. Entre otros premios, ha obtenido el Premio Mención Especial del Jurado en la 57 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).

Prestar atención: Al retrato realista que hace la directora de toda una generación de mujeres sacrificadas que anulaban su personalidad para tomar el rol de cuidadoras de la casa y servidoras del marido. Magníficos los silencios que lo dicen todo. Es interesante la esmerada ambientación de la vivienda: cada rincón, cada detalle, nos parecen auténticos. La preciosa canción de Paco Ortega, Nana de Luisa, apostilla un final amargo (“cómo duele la vida...”) sólo suavizado por la decisión final que toma la protagonista.

Asunción Balaguer


1 comentario:

  1. Efectivamente, Isabel, es de destacar el retrato realista que mencionas, presentado con tanto realismo en los detalles y situación que se plantea, tan real detrás de muchas puertas en la realidad aún circundante en muchos casos, valgan las redundancias realmente abundantes en lo escrito. En mi opinión, además, no solo se pone de manifiesto ese papel de sumisión femenino típico y tópico en recientes generaciones aquí – y no ahora, por fortuna, aunque algo quede -, sino una visión de “convivencia” en pareja, digna también de mencionar.

    El marido no da la pinta de viejo calavera a la vieja usanza – más redundancias -, apegado al “vino, tabaco y mujeres” y maltratador habitual de su legítima. El Fernando Guillén de este cortometraje representa más bien al ser humano ya en estado de vida vegetativa – y no en su aspecto clínico, sino en el otro mucho más abundante de lo que puede pensarse en nuestros entornos -, una vez alcanzado el punto de no retorno, aunque utilizando a un semejante para asegurarse, al menos, un decoroso (?) bienestar mientras se espera a la parca, en plan zombie en zapatillas y mirando el fútbol. Con mucho asco y desprecio mutuo, como ingredientes ineludibles, claro está.

    El que también se suavice el aterrador ambiente, como dices, por la decisión de la pobre señora al final del corto, que sin embargo deducimos no debe resolver la situación en la práctica, invita a reflexionar sobre la influencia de lo tardío en intentar solucionarla al “heroico modo”, no necesariamente con cadáver mediante. Me refiero a que lo que se nos presenta también en este magnífico trabajo, a mi juicio, suele ser lo de "crónica de una muerte anunciada", osease que esas cosas no ocurren de un día para otro y, antes sobre todo, aparecían cuando los compases de la marcha nupcial no se habían difuminado demasiado en la distancia.

    Bajo mi punto de vista, la diferencia es que esas “soluciones heroicas” (había escrito eróticas, por culpa de Paco, el profe), se suelen tomar ahora a las primeras de cambio y no necesariamente por los papeles de dominante o sumiso en los miembros de la pareja. Bastan indicios de ese ambiente de espeluznante rutina y sentido obsoleto de la relación, sin esperar a su fase terminal, como se nos presenta en este corto, para justificar las tempranas decisiones, hoy a la orden del día. Pero me estoy metiendo en razonamientos socio-culturales sobre la convivencia en pareja, y eso es otra historia, como decía el tabernero de “Irma la dulce”.

    Además, que después dice Joaquín, el presi, que a estas páginas se viene, mayormente, a hablar de cine (y lleva razón).

    Al final, este comentario, si no nos vamos hoy al... : ¿tiene o no tiene derecho a un cromo ?.

    Saludos y felices Pascuas (si seguimos sin irnos al suso-insinuado y hasta nos toca la lotería, como nos aseguró Paco).


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