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domingo, 27 de mayo de 2012

Johnny Guitar, mujer contra mujer





El pasado 21 de mayo se proyectó en CICUS, dentro del ciclo dedicado al Director Nicholas Ray, un título emblemático en su filmografía, como es "Johnny Guitar". Se podría hablar mucho y no acabar sobre esta obra de arte de la cinematografía americana clásica, pero este comentario se centrará en algún aspecto, que quizas muchos de los espectadores que han disfrutado con su visionado, comparten con el que suscribe.

Este comentario quiere hacer anotación del papel de la mujer en una cinta clásica de western americano; de ser la chica del saloon que atrae sexualmente al que allí se acerca, pasará a ser la dueña del mismo, Vienna, que es el nombre del personaje que interpreta  la magnífica Joan Crawford, una mujer apasionada, indenpendiente, emprendedora y luchadora, en un mundo de hombres muy hombres, de pistolas y violencia. Icono para muchos colectivos de mujeres lesbianas, del atractivo lésbico, sobre todo en algunas de las secuencias, embutida en esos clásicos vaqueros y esas camisas... todo atractivo, insuperable.

Mujer que lidia contra otra mujer, Mercedes McCambridge (Enma en la película), por el poder en un lugar perdido del oeste, por un hombre del que ambas, aman en algún momento de sus vidas, competición femenina a muerte, como cualquier vaquero en cualquier western, únicamente cambian sus necesidades, no sus intenciones.

Pero la estructura de la película no es muy diferente a la de otros clásicos del género, mantiene las mismas constantes, pero con un cierto "toque de género", que la hace más original, sabiendo que tiene casi cincuenta años, y que la mantiene fresca para el que la ve por primera vez, o el que la revisa de nuevo.

No es momento de contar finales, pero como en todas las "pelis del oeste", sí asistimos a un final de western clásico, pero la lucha no la llevan a cabo los hombres, sino que son las mujeres, las que la inician, mantienen y por supuesto la que la finalizan.

Por todo ello y por  la genialidad del resto de la obra, que quizas muchos ya contaron, deseo dar un gran ¡viva¡ a este clásico repuesto en nuestra "pequeña filmotéca" de Sevilla.

3 comentarios:

  1. Sí, señor, estupenda cinta y una de los mejores ejemplos cinematográficos sobre personajes femeninos fuertes y protagonicos en un "mundo considerado de hombres".

    No es el único ejemplo en dicho género, ni mucho menos, ahí está la maravillosa "Encubridora", donde Marlene Dietrich hace y deshace como le viene en gana en esta excepcional cinta del maestro Fritz Lang.

    Recomendar una cinta englobada en el cine de piratas como es 'La mujer pirata', del genial Jacques Tourneur, una auténtica delicia (con un magnifico Tecnicolor( para todo los sentidos, donde Jean Peters da vida a una bucanera de armas tomar. Décadas más tarde, intentarían hacer algo parecido con la horripilante "La isla de las cabezas cortadas".

    Y de estos ejemplos hay muchos otros.

    Saludos.

    Jesús.

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  2. Aparte de esa irrebatible apreciación de "JOHNNY GUITAR" como western "femenino" (o feminista "avant-la-lettre"), la película es un claro ejemplo del poder transformador de Nicholas Ray, realizador que luchó siempre con las dificultades derivadas de su carácter inconformista y creativo en los estrechos cauces que marcaba la industria de Hollywood.
    Aquí, una vulgar novela del Oeste se convirtió en un western extraño e intenso, de un lirismo rayano en lo febril. Su noqueante fuerza visual que va desde el audaz tratamiento del color, su utilización dramática y simbolista, a algunos planos, momentos, secuencias difíciles de olvidar, convirtieron a “JOHNNY GUITAR” en una espléndida obra tardíamente reconocida como tal (una vez más, fueron los críticos franceses (con Godard a la cabeza) quienes nos la descubrieron desde las páginas de "Cahiers". En fin, ahí está convertida en una película de culto que aún apasiona.
    Un saludo.

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  3. El duelo entre estas dos mujeres es un reflejo de las realidades enfrentadas en las que viven: tradición (ganadería extensiva, y oligarquía terrateniente), frente a modernidad (ferrocarril, urbanización, colonos y pequeños granjeros). Al mismo tiempo, ellas encarnas dos moralidades contrapuestas: el aparente vicio (Vienna)y la virtud cacareada(Emma), que no son sino dos modos de ver la vida y enteder el amor, uno basado en la libertad y otro doblegado por la represión.

    Miguel Angel

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