Simone, la mujer del siglo (Olivier Dahan, 2022)

 

Título original: Simone, le voyage du siècle. Dirección: Olivier Dahan. País: Francia, Bélgica. Año: 2022. Duración: 140 min. Género: Drama.

Guión: Olivier Dahan. Música: Olvon Yacob. Fotografía: Manuel Dacosse. Vestuario: Gigi Lepage. Montaje: Olivier Dahan, Richard Marizy. Producción: Romain Le Grand, Vivien Aslanian, Marco Pacchioni.

Mejor Vestuario y Mejor Diseño de Producción en los Premios César 2022.

Fecha del estreno: 9 Diciembre 2022 (España).

 

Reparto: Elsa Zylberstein, Rebecca Marder, Elodie Bouchez, Judith Chemla, Olivier Gourmet, Mathieu Spinosi, Sylvie Testud, Philippe Torreton, Philippe Lellouche, Antoine Gouy.

 

Sinopsis:

El destino de Simone Veil, su infancia, sus luchas políticas, sus tragedias. El retrato épico e íntimo de una mujer con un recorrido vital fuera de lo común que revolucionó su época defendiendo un mensaje humanista que pervive hasta hoy.

 

Comentarios:

De la importancia de la política francesa Simone Veil da cuenta el hecho de que en menos de una década se hayan hecho dos biopics sobre su agitada y relevante existencia: La ley (2015), telefilme de 2014, en la programación de Filmin, y esta Simone, la mujer del siglo, que intenta aglutinar en algo más de dos horas lo inabarcable.

Adolescente judía perseguida por los nazis (y por los franceses de Vichy); superviviente de Auschwitz; estudiante de Derecho al tiempo que joven madre; magistrada; luchadora por las condiciones de los presos en la Argelia colonial en guerra; ministra de Justicia y de Sanidad, impulsora de la primera y despenalizadora Ley del Aborto, y presidenta del Parlamento Europeo. Eso, como mínimo. El problema es que Olivier Dahan es incapaz de ordenar narrativamente semejante desafío.

“No me parece un puesto para una mujer” es una de las frases más repetidas que tuvo que soportar Veil en sus inicios. Gracias a mujeres como ella, Europa es lo que es y ha sido en estas últimas décadas, y, por segmentos, todo lo que se cuenta es interesante. Pero Dahan yerra en su estructura, que huye de lo cronológico y se apoya (más o menos) en lo temático. El otro desliz es la pedestre labor de maquillaje, y la decisión de que a la Veil anciana la interprete también la actriz de mediana edad Elsa Zylberstein. Si ya había utilizado tres actrices para el papel, ¿por qué no cuatro? (Javier Ocaña)

Recomendada (con reservas).