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sábado, 8 de julio de 2023

TÁR (Todd Field, 2022)

 

Título original: TÁR. Dirección: Todd Field. País: USA. Año: 2022. Duración: 158 min. Género: Drama.

Guión: Todd Field. Música: Hildur Guðnadóttir. Fotografía: Florian Hoffmeister. Producción: Todd Field, Alexandra Milchan, Scott Lambert.

Coa Volpi a la Mejor Actriz (Cate Blanchett) en el Festival de Cine de Venecia 2022. Globo de Oro a la Mejor Actriz de Drama (Cate Blanchett) en los Globos de Oro 2022. Nominada a Mejor Película en los Premios Oscar 2022.

Fecha del estreno: 27 Enero 2023 (España).

 

Reparto: Cate Blanchett, Nina Hoss, Noémie Merlant, Mark Strong, Sam Douglas, Sydney Lemmon, Murali Perumal, Diana Birenyte, Vivian Full, Amanda Blake, Julian Glover, Allan Corduner, Lucie Pohl, Lee R. Sellars, Sylvia Flote, Frank Röth, Sophie Kauer.

 

Sinopsis:

La mundialmente famosa Lydia Tár está a solo unos días de grabar la sinfonía que la llevará a las alturas de su ya formidable carrera. La notablemente brillante y encantadora hija adoptiva de Tár, Petra, de seis años, tiene un papel clave en la tarea. Y cuando los elementos parecen conspirar contra Lydia, la niña es un apoyo emocional importante para su madre en apuros.

 

Comentarios:

Este título llega a la pantalla precedido por el aura de Cate Blanchett, cuya interpretación ha merecido ya muchos premios, entre ellos el de mejor actriz en el Festival de Venecia, el Globo de Oro y el del Círculo de Críticos de Nueva York, aunque aún le falta por medirse contra los dos grandes galardones, el Oscar y el público de taquilla. El trabajo de Cate Blanchett es, desde luego, irreprochable en su forma y logradísimo en su fondo, en la cantidad de material para la reflexión que pone en su personaje, una celebérrima directora de orquesta, Lydia Tár, de cuya historia se ocupa la cámara y la intención del guionista y director, Todd Field.

Lydia Tár no es un personaje real, pero sin duda son muchos y bien exprimidos para que gotee la sustancia del zumo de nuestro tiempo, es una mujer que tiene y merece una batuta, que es ‘maestro’, patrón y que acepta desde el podio que le ha dado su enorme talento la responsabilidad de encontrar la excelencia, sin humildad, sin descanso.

Todd Field ha puesto a su personaje ante la gran música y la gran orquesta, pero de lo que habla vale para cualquier otra actividad artística, deportiva, intelectual…, y detrás de ello se adivina una pregunta incómoda para la normalidad de lo humano: ¿Cómo no se va considerar un dios alguien capaz de abrirle las aguas de los mares a un Moisés cualquiera? Y detrás aún de la pregunta se halla el irritante compuesto de tener autoridad.

Es magnífico cómo Field y Blanchett nos introducen, se sea o no melómano, en esos pormenores que relacionan las manos del director con la música de la orquesta, ese modo de ser dios y construir el tiempo (tempo) y el alma de la pieza, cómo modelar el sentimiento entre el vuelo, el silencio, el oído, la piel. Y se salen ambos al compás para dejar lo divino y entrar en lo humano, la relación de esa mujer, lesbiana, autoritaria, conquistadora, con su pareja violinista en su orquesta, con la hija adoptada de ambas, con los patrocinadores y publicistas y con su propia conducta como jefa, artista minuciosa, mujer vehemente, egoísta y con tendencia al atropello y al abuso laboral y sexual.

Es una película larga y ‘agrouyerada’, con agujeros por los que desaparecen sin atar algunos de los hilos argumentales que propone; no es importante, porque en ella, la directora, está todo el queso de la historia y esos hilos que tensan también excelentes actores, como Nina Hoss (su pareja), Mark Strong (su Salieri), Noémi Merlant (su mano derecha) o Sydney Lemmon (violonchelista joven a la que apunta con su batuta) están ahí para tornear la personalidad de Lydia Tár, para que veamos su gracia y su desgracia.

Tanto en lo visual como en lo musical y dramático, ‘Tár’ es profundamente elegante y atractiva, y explica la música, el mundo y el ser humano con profundidad. Sobresale por encima, naturalmente, el trabajo de Cate Blanchett, que pulsa cada tecla hasta el fondo y que deja que suene la sinfonía y el chirrido, y que abre una porfía muy actual (aunque ininteligible por el ruido) sobre el espontáneo, casi natural, atropello de los dioses a los humanos que quieren atravesar las aguas del mar. Y si el atropello está en la naturaleza de los dioses, en los humanos está, o debiera, la inteligencia de sortearlos (como Ulises) y hay un momento en ‘Tár’ que mueve a la reflexión y la polémica, cuando la joven chelista se niega a cruzar las aguas con un simple «tengo jet lag» y no acepta el envite. (Oti Rodríguez Marchante)

Recomendada.



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