Páginas

miércoles, 23 de noviembre de 2022

Series de TV: Chernobyl (2019)

 

Título original: Chernobyl. Temporada: 1. Episodios: 5. Año: 2019. País: USA. Género: Drama. Estreno: 6 Mayo 2019 (HBO).

Creación: Craig Mazin. Dirección: Johan Renck. Guión: Craig Mazin (basado en el libro “Voces de Chernóbil”, de Svetlana Aleksiévich). Fotografía: Jakob Ihre. Música: Hildur Guðnadóttir. Producción: David Declerque. Distribuidora: HBO.

Globo de Oro 2019 a la Mejor Miniserie. Premio BAFTA 2019 a la Mejor Miniserie. Premio Emmy 2019 a la Mejor Miniserie.

 

Reparto: Jared Harris (Valeri Legásov), Stellan Skarsgård (Borís Shcherbina), Emily Watson (Uliana Jomyuk), Paul Ritter (Anatoli Diátlov), Jessie Buckley (Liudmila Ignatenko), Adrian Rawlins (Nikolái Fomín), Con O'Neill (Víktor Briujánov), Jamie Sives (Anatoly Sitnikov), Philip Barantini (Valery Vespalov), Oscar Dyekjær Giese (Boris Baranov), Jay Simpson (Valery Perevozchenko), Baltasar Breki (Alexei Ananenko), Sam Troughton (Aleksandr Akímov), Ross Armstrong (Nikolai Gorbachenko), Adam Nagaitis (Vasili Ignatenko), Alex Ferns (Andrei Glukhov), Gerard Kearns (Volodymyr Pravik), Robert Emms (Leonid Toptunov), Barry Keoghan (Pável Grémov), Ralph Ineson (Nikolái Tarakánov), Mark Lewis Jones (Vladímir Pikálov), Fares Fares (Bachó), David Dencik (Mijaíl Gorbachov), Kieran O'Brien (Valery Khodemchuk), Douggie McMeekin (Aleksandr Yuvchenko), Billy Postlethwaite (Borís Stolyarchuk)​.

 

Sinopsis:

El 26 de abril de 1986, la Central Nuclear de Chernóbil, en Ucrania (por entonces perteneciente a la Unión Soviética), sufrió una explosión masiva que liberó material radioactivo en Ucrania, Bielorrusia, Rusia, así como en zonas de Escandinavia y Europa Central. La serie relata, desde múltiples puntos de vista, lo que aconteció en torno a una de las mayores tragedias en la historia reciente, así como los sacrificios realizados para salvar al continente de un desastre sin precedentes.

 

Comentarios: 

Es la película de terror más angustiosa que he visto en años. No nace de la imaginación de un guionista, no es ficción. Aquella barbaridad fue real y todavía hay víctimas afectadas por ella, aunque la mayoría están enterradas en los suelos y cubiertas por cemento. El monstruo que ha provocado esa matanza no es corpóreo, no vemos sus temibles fauces, no nos asusta al constatar su aspecto amenazante y su asombroso poder destructivo. Solo observamos de vez de cuando unas gotitas azules que les hacen gracia a niños y adultos. También extrañas cortinillas de humo. Y no hay música subrayando el peligro. Solo un obsesionante ruido de fondo que reproduce algunos sonidos que se escuchan en las centrales nucleares.

Estoy hablando de Chernobyl, una miniserie (mini de duración, pero su impacto es grandioso) de la productora HBO que reproduce no solo los antecedentes, el estallido y las consecuencias de lo que ocurrió en Chernóbil, sino que te empapa del enfermizo y estremecedor clima en el  que murieron o sobrevivieron sus moradores y los profesionales venidos de fuera que se convirtieron en héroes, a costa de su vida o de pillar una enfermedad crónica y casi siempre devastadora intentando apagar el infierno. Son cinco capítulos con una duración conjunta que bordea las seis horas. Veo los dos primeros en casa ajena y en compañía de un matrimonio. La sensación es de agobio y de miedo. Al terminar el segundo nos damos un rato de respiro bajando a la calle para jugar con sus nietos, dos preciosos bebés. Necesito respirar, luz, observar la alegría y la inocencia de los niños. Retornamos después de ese rato liberador a la narración de esa intolerable tragedia que ocurrió en Ucrania. Cuando hablo por teléfono con ellos al día siguiente (ya sé que comunicarse oralmente a través de un teléfono supone un imperdonable anacronismo existiendo el email y el WhatsApp, pero afortunadamente todavía quedamos anormales que creemos en las voces) me cuentan que su sueño estuvo agitado por las imágenes de Chernobyl. Sus creadores pueden estar contentos, misión cumplida.

Si algo se le puede reprochar a HBO es que no cite en los títulos de crédito un libro de referencia como es Voces de Chernóbil, en el que Svetlana Alexiévich transforma en monólogos sus entrevistas con la gente que sufrió ese espanto. No lo he leído, carencia que arreglaré enseguida. Conocer con múltiples datos horrores que pudieron evitarse compensa la ingrata sensación de que se te ponga el pelo de punta. Ocurrió en la primavera de 1986. La serie arranca con un hombre definitivamente acorralado, un científico especializado en química sentenciado por el poder absoluto a la soledad más cruel al no poder contarle al mundo lo que descubrió sobre los orígenes, el desarrollo y las mentiras del Estado sobre aquella tragedia. Como la serie la han realizado los estadounidenses, no me extrañaría que Putin la repudiara hablando de ataques del imperialismo yanqui a la antigua república soviética, como un complot organizado por la CIA.

Y efectivamente, Chernobyl provoca escalofríos en el espectador al constatar de lo que es capaz un Estado totalitario para manipular la realidad, para ocultar la verdad, para imponer sus directrices, para silenciar a la disidencia. Y asombrosa la capacidad del creador Craig Mazin y del director Johan Renck para transmitir el clima de lo que allí se padeció, la evolución de la enfermedad entre los que fueron afectados, el exterminio de los animales, el trabajo de bomberos, mineros y científicos metiéndose en las fauces de la bestia para intentar aplacarla, sabiendo que van a morir. Hay una secuencia que me estremece. La de esa anciana que se niega a abandonar su casa. Cuenta que padeció la crueldad del zar, las purgas estalinistas, la hambruna, la muerte trágica de todos los suyos. Ya no tiene nada que perder. Abundan las historias individuales de esa intensidad emocional. Que cada cual elija sus favoritas. Lo que no se le olvidará a ningún espectador es el tono y la atmósfera que transmite la serie. Es una dolorosa obra de arte. (Carlos Boyero)

Recomendada.



No hay comentarios:

Publicar un comentario