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viernes, 15 de julio de 2022

Capricornio Uno (Peter Hyams, 1978)

 

Título original: Capricorn One. Dirección: Peter Hyams. País: USA. Año: 1978. Duración: 123 min. Género: Thriller, Acción.

Guión: Peter Hyams. Fotografía: Bill Butler. Música: Jerry Goldsmith. Montaje: James Mitchell. Maquillaje: Michael Westmore. Vestuario: Patricia Norris. Diseño de Producción: Albert Brenner. Producción: Paul Lazarus III.

Fecha del estreno: 3 Agosto 1978 (España).

 

Reparto: Elliott Gould (Robert Caulfield), James Brolin (Coronel Charles Brubaker), Sam Waterston (Teniente Coronel Peter Willis), O.J.Simpson (Comandante John Walker), Hal Holbrook (Dr. James Kelloway), Brenda Vaccaro (Kay Brubaker), Telly Savalas (Albain), David Doyle (Walter Loughlin), Karen Black (Judy Drinkwater), David Huddleston, Lee Bryant, Denise Nicholas, Robert Walden, James B. Sikking, Alan Fudge, James Karen, Virginia Kaiser, Nancy Malone, Hank Stohl, Norman Bartold, Darrel Zwerling, Milton Selzer, Lou Frizzell, Chris Hyams, Paul Picerni, Barbara Bosson, Jon Cedar, Steve Tannen, Trent Dolan, Kenneth White, James Bacon, Ron Cummins, Dennis O'Flaherty, Zack Taylor, Frank Farmer. 

 

Sinopsis:

El mundo entero está presenciando el primer viaje tripulado a Marte sin saber que se trata, en realidad, de un simulacro. Los tres astronautas designados para la misión se ven obligados a participar en la farsa, porque sus familias están amenazadas. El fraude parece funcionar hasta que un técnico de la NASA se da cuenta de que está sucediendo algo extraño y, con la ayuda de un periodista amigo suyo, decide investigar...

 

Comentarios:

Bajo una engañosa apariencia de tontorrón blockbuster setentero, Capricornio Uno (Peter Hymas, 1977) construye un relato arquetípico pero extremadamente astuto que recoge las fobias y filias de una sociedad atormentada por los desmanes aterradores de la Guerra Fría. La situación política de aquel mundo polarizado lleno de espías, misiles ocultos y astronautas heroicos, propició la proliferación de toda clase de teorías conspiranoicas (a cada cual más disparatada). Esta película aglutina todos esos desvaríos con un tono simpatiquísimo y maravillosamente excéntrico.

Con excelente tempo tragicómico y auto paródico, esta gran obra maestra supo combinar elementos característicos de la cultura popular setentera (ya casi más pre-ochentera) con una exquisita manufactura técnica y artística. Esta gran pieza de culto, que se ha visto tristemente ensombrecida por su cercanía en el tiempo a la primera entrega de Star Wars, supone uno de los puntos álgidos de la superproducción fantástico-realista hollywoodiense.

James Brolin, Sam Waterston, O.J. Simpson y Hal Halbrook en el plató que sirve para falsear un alunizaje en Marte.

Todo en esta excelsa obra funciona a la perfección. Desarrolla dos historias paralelas que terminan por entrecruzarse en un apoteósico final. Por un lado, Elliot Gould interpreta (con sobresaliente) a un pícaro y astuto reportero decidido a destapar una gravísima y oscura conspiración gubernamental (el actor retomaba el perfil de sabueso irreverente que tanto éxito le había brindado con la también maestrísima Un largo adiós). En el otro extremo tenemos a tres heroicos y presumidos astronautas (James Brolin, Sam Waterston y O.J. Simpson), que deben escapar de la malvada NASA (que los quiere muertos) atravesando un infernal e inabarcable desierto que pondrá a prueba sus habilidades de supervivencia.

Momentos icónicos e imborrables como James Brolin devorando una serpiente cruda, Sam Waterston contando chistes mientras muere de insolación o Telly Savalas vacilando a un atónito Elliot Gould, perlan esta inimitable película. Sin embargo, la mención especial es para la persecución final, protagonizada por dos humanizados y aterradores helicópteros y una destartalada (pero muy funcional) avioneta fumigadora (nada que envidiar a Hitchcock, por cierto).

Norteamericanos riéndose de ellos mismos a través de la descabellada seriedad del exceso. Reflejo imaginativo y cuasi Sci-Fi de un tiempo en el que la desconfianza hacia los gobiernos era generalizada (especialmente en la muy reaganizada Norteamérica de los 70 y los 80). Capricornio Uno es un título a reivindicar absolutamente maravilloso e imprescindible de las grandes obras olvidadas. (Carlos Portolés)

Recomendada.



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