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domingo, 17 de abril de 2022

Petra (Jaime Rosales, 2018)

 

Título original: Petra. Dirección: Jaime Rosales. País: España. Año: 2018. Duración: 107 min. Género: Drama.

Guión: Jaime Rosales, Clara Roquet, Michel Gaztambide. Fotografía: Hélène Louvart. Música: Kristian Eidnes Andersen. Producción: Bárbara Díez, José María Morales, Antonio Chavarrías, Jérôme Dopffer, Katrin Pors.

Nominada a mejor actriz 2018 (Bárbara Lennie) en los Premios del Cine Europeo. 5 nominaciones de los Premios Feroz 2018 (incluido Mejor Película). Nominada a Mejor Guión en los Premios Fénix 2018. Nominada a Mejor Actriz (Bárbara Lennie) en los Premios Forqué 2018. Mejor Actor de reparto (Oriol Pla) en los Premios Gaudí 2018.

Estreno en España: 19 Octubre 2018.

 

Reparto:

Bárbara Lennie (Petra), Àlex Brendemühl (Lucas, Joan Botey (Jaume), Marisa Paredes (Marisa), Petra Martínez (Julia), Carme Plà (Teresa), Oriol Pla (Pau), Chema del Barco (Juanjo), Natalie Madueño (Martha).

 

Sinopsis:

Petra no sabe quién es su padre, se lo han ocultado a lo largo de su vida. Tras la muerte de su madre inicia una búsqueda que le conduce a Jaume, un célebre artista plástico poderoso y despiadado. En su camino por conocer la verdad, Petra también entra en contacto con Lucas, hijo de Jaume, y Marisa, esposa de Jaume y madre de Lucas. A partir de ese momento, la historia de estos personajes se va entretejiendo en una espiral de maldad, secretos familiares y violencia que los lleva a todos al límite. El destino dará un giro a su lógica cruel abriendo un camino para la esperanza y la redención.

 

Comentarios:

De todos los trabajos autoimpuestos, de todas las tareas pendientes, ninguna tan ingrata, dolorosa e injusta como la de perdonar. Probablemente imposible. Quizá por ello, ningún arco dramático resulta tan atractivo y, dado el caso, revolucionario como el que discurre de la traición al perdón. “Petra” se limita a tensar hasta casi la angustia ese arco. Y lo hace con la mirada clara.

Además de elegante, gamberra y dolorosa. Todo a la vez. Estructurada en actos, la película aspira a comportarse en la memoria del espectador como una tragedia griega. Una mujer (sorprendente y cada vez más grande a cada paso que da Bárbara Lennie) quiere saber quién es su padre. Su investigación, llamémosla así, la lleva a casa de un artista (igual de sorprendente el no actor, pero sí artista de verdad, Joan Botey). Lo que sigue, siempre alrededor de la familia y sus accidentes, es el descubrimiento de una traición y la obligación, quizá imposible, de, en efecto, el perdón.

La calculada y minuciosa estructura de la cinta conduce al espectador por un extraño laberinto a la vez ajeno y perfectamente reconocible; transparente y sonámbulo. La cámara se coloca siempre de frente en el lugar más transparente de todos. Las escenas se van hilando en planos que son a la vez secuencias tan tensos y crudos como magnéticos. Todo queda a la vista y, sin embargo, lo que cuenta es la herida que discurre por dentro. Tan perfectamente oculta que acaba por verse perfectamente. Demasiado quizá.

El resultado es una obra mayor sobre la humillación, el dolor y, otra vez, la tarea imposible de perdonar. (Luis Martínez)

Recomendada.




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