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jueves, 1 de abril de 2021

Cartas iban y venían



El libro "84, Charing Cross Road" de Helene Hanff (1918-1997) recrea la relación real que mantuvo la escritora norteamericana con la librería Marks & Co. de Londres, mediante una sucesión de cartas intercambiadas entre Nueva York y Londres. Lo que podría haber quedado en una relación epistolar en torno a la compra-venta de libros de segunda mano se convierte en una verdadera historia de amistad, humor, literatura y amor a los libros que sigue entusiasmando a sus lectores.

Hanff, apasionada, maniática, extravagante y muchas veces sin un duro, en 1949 vio en la revista “The Saturday Review of Literature” un anuncio de una librería de lance de Londres, establecida en el número 84 la céntrica Charing Cross Road, calle en la que por entonces proliferaban este tipo de negocios dedicados a la venta de libros de segunda mano, y les escribió haciendo su primer pedido. Marks and Co. Antiquarian Boobsellers era propiedad de los cuñados Benjamin Marks y Mark Cohe, pero las mayoría de las cartas de Helene las respondía el jefe de compras Frank Doel, hombre correcto y reservado, eficiente profesional y hombre de confianza de la firma.




En las sucesivas cartas Hanff le encarga a Frank Doel volúmenes muy concretos, obras clásicas de la literatura inglesa, muchas veces difíciles de encontrar, con las que apaciguar su insaciable sed de descubrimiento en su afán de llegar ser una buena escritora. Veinte años más tarde, continúan escribiéndose, y la familiaridad se ha convertido en una intimidad casi amorosa. Esta correspondencia excéntrica y llena de encanto es una pequeña joya que evoca, con infinita delicadeza, el lugar que ocupan en nuestra vida los libros... y las librerías, por eso la traemos aquí ahora, en Abril, mes del libro.




En enero de 1969 la autora recibe en Nueva York la triste e inesperada noticia de la muerte de Frank Doel y es entonces cuando decide publicar toda la correspondencia mantenida durante veinte años con el librero al que ya nunca podrá conocer en persona. El librito de poco más de 100 páginas se publicó por vez primera en 1970, pero pasó casi inadvertido; su autora no era muy conocida, de formación autodidacta, escribía tanto obras de teatro como guiones para la televisión, libros infantiles, ensayos históricos y políticos y también algunas colaboraciones en prensa. El éxito de 84, Charing Cross Road se fue fraguando poco a poco, a lo largo de la década de los setenta, hasta convertirse en un libro de culto a ambos lados del Atlántico. Cuando Hanff finalmente viajó a Londres en 1971, el libro ya estaba editado en Europa, visitó la librería de Marks & Co, pero la imagen que contempló era muy distinta a la imaginada: el nogocio había cerrado y en el local solo quedaban las ruinas de la que había sido la librería de sus sueños. En ese lugar hoy hay un McDonals. 




La historia, que sigue siendo un éxito de ventas como libro, también fue llevaba a las tablas de los teatros para sorpresa de la propia autora, que exclamó: “He pasado veinte años escribiendo piezas teatrales que nadie ha querido producir nunca, y he aquí que, en el momento en que estoy a punto de retirarme, alguien, de pronto, crea un espectáculo a partir de una correspondencia que inicié hace treinta años”. Como obra dramática sigue representándose todavía (hace algunos años Isabel Coixet debutó en la dirección teatral precisamente con esta obra). 

Luego, en 1987 vino la película, dirigida por David Hugh Jones y producida por Mel Brooks, que emprendió este proyecto como un regalo de aniversario para su mujer, Anne Bancroft, auténtica fanática de esta singular historia, que protagonizaría la película. También ha inspirado un musical de Brodway e incluso se ha convertido en un videojuego.



No era una novela de fácil adaptación al cine, al contener exclusivamente cartas que generalmente solo tratan de la búsqueda de libros, calidad de ediciones, precios, agradecimientos y temas en apariencia menores, en la que la relación de los protagonistas se desarrolla necesariamente en la distancia; pese a ello, el resultado final es una obra deliciosa, repleta de diálogos, ironía y complicidad que nos llega y nos conmueve.



Hemos de hacer referencia a los magníficos protagonistas: Anne Bancroft, como Helene Hanff, papel que le valió el premio Bafta y Anthony Hopkins encarnando a Frank Doel, igualmente distinguido por su interpretación en el Festival de Cine de Moscú. En España y otros países de habla hispana la cinta se comercializó con el desafortunado título de "La carta final", un auténtico desatino en la titulación de películas.





Tras el estreno de la película en 1987, un periodista de la revista Newsweek declaró: “84, Charing Cross Road es uno de esos libros de culto que los amigos se prestan unos a otros y que transforman a sus lectores en otros tantos miembros de una misma sociedad secreta”. Así es.





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