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sábado, 6 de julio de 2019

La biblioteca de los libros rechazados (Rémi Bezançon, 2019)


Título original: Le Mystère Henri Pick. Dirección: Rémi Bezançon. País: Francia. Año: 2019. Duración: 100 min. Género: Comedia dramática.  
Antoine Monod (Fotografía), Remi Bezançon, Vanessa Portal (Guión), David Foenkinos (Guión adaptado), Laurent Perez del Mar (Música), Valerie Deseine (Montaje). Mandarin Production, France 2 Cinema, Scope Pictures, Region Ile-de-France, Gaumont (Producción).
Estreno en Sevilla: 14 Junio 2019.

Reparto:
Fabrice Luchini (Jean-Michel Rouche), Camille Cottin (Joséphine Pick), Alice Isaaz (Daphné Despero), Bastien Bouillon (Fred Koskas), Josiane Stoleru (Madeleine Pick), Astrid Whettnall (Inès de Crécy), Marc Fraize (Jean-Pierre Gourvec), Hanna Schygulla (Ludmila Blavitsky), Marie-Christine Orry (Magali Roze, la bibliotecaria).

Sinopsis:
Una joven editora descubre una novela magistral escrita por Henri Pick, un cocinero fallecido dos años antes. Según su viuda, Pick jamás leyó un libro y lo único que escribió en su vida fue la lista de la compra. Cuando la novela se convierte en un éxito de ventas, un crítico literario escéptico y obstinado se une a la hija de Pick para desentrañar el misterio.

Comentarios:
Un thriller claustrofóbico –Basada en hechos reales (2017), de Roman Polanski-, una comedia (aparentemente) ligera –Dobles vidas (2018), de Olivier Assayas- y un whodunit libresco y matizadamente bufo –La biblioteca de los libros rechazados, de Rémi Bezançon- han ido desfilando por la cartelera para dar fe, a partir de sus contrastadas estrategias, de lo firmemente enraizada que está la pasión bibliófila en la cultura francesa, aprovechando, de paso, el inagotable potencial narrativo que posee toda inmersión en los entresijos –en apariencia, tan poco cinematográficos- de la industria editorial. En los tres casos, el viejo trazo satírico, comúnmente orientado a señalar la fatua petulancia de los círculos intelectuales, da paso a algo más, a una mirada que sabe trascender el maniqueísmo sosteniéndose sobre un palpable conocimiento de causa alérgico a los clichés mecánicos. Otro rasgo que permite relacionar tres trabajos tan distintos pasa por su respectiva habilidad para proponer productivos diálogos con géneros cinematográficos de clara vocación popular, iluminador indicio que de que, en el país vecino, la lectura se sigue considerando cosa de todos, valor democrático.
Partiendo de una novela del mismo David Foenkinos que inspiró (y llevó al cine en colaboración con su propio hermano cineasta) “La delicadeza” (2011) y alcanzó el reconocimiento crítico con su reivindicación de la figura de Charlotte Salomon, “La biblioteca de los libros rechazados” se centra en la investigación en torno a la autoría real de un manuscrito sorprendente: una novela que armoniza la muerte de Aleksandr Pushkin con la crónica de una ruptura sentimental en presente, firmada por un pizzero difunto que, en vida, no había manifestado ningún tipo de inquietud literaria. La película de Bezançon apuesta por una ligereza que no quiere hacer sangre, aunque su trama fija dos dianas para lanzar sus dardos críticos: las convicciones jerárquicas de un crítico literario mediático y la ciega obsesión de la industria editorial por encontrar el próximo fenómeno de mercado.
Si bien la resolución del misterio resulta apresurada y ortopédica, la película luce algún pico de finura estilística, como el que protagoniza ese reportaje televisivo en torno al fundador de la biblioteca en cuestión. (Jordi Costa).
Recomendada (con reservas).

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