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sábado, 20 de abril de 2019

Quiero comerme tu páncreas (Shin'ichirô Ushijima, 2018)


Título original: Kimi no suizô wo tabetai. Dirección: Shin'ichirô Ushijima. País: Japón. Año: 2018. Duración: 108 min. Género: Animación.  
Mayuko Koike (Fotografía), Shinichiro Ushijima (Guión), Hiroko Sebu (Música), Shoji Hata (Sonido), Yukako Ogawa (Dirección Artística).
Estreno en Sevilla: 12 Abril 2019.

Sinopsis:
"Yo" es un estudiante de secundaria que no siente ningún interés por los demás y se pasa todo el tiempo solo leyendo libros. Un día, en una sala de espera de un hospital se encuentra un libro titulado "Vivir con la muerte", que resulta ser el diario secreto de Sakura Yamauchi, una chica popular de su clase. En él relata que le han diagnosticado una enfermedad pancreática terminal y que ha decidido no contárselo a nadie y exprimir al máximo el tiempo que le queda de vida. A pesar de su desdén inicial, la actitud de la chica hace que el corazón de "Yo" se va ablandando poco a poco. Estos son los recuerdos primaverales de una chica que convive con una enfermedad terminal, un chico que le guarda el secreto y una relación que todavía no tiene nombre.

Fotograma de "Quiero comerme tu páncreas"

Comentarios:
Hace tiempo quedó instalado en Occidente el prejuicio de que el sexo y la violencia eran las principales materias primas que nutrían tanto el imaginario de la animación japonesa como el del manga. En realidad, las poéticas de la transgresión y las de la delicadeza han tenido siempre su espacio en el seno de una cultura popular diversa, transversal y, sobre todo, intergeneracional. En el tipo de ficciones que la animación japonesa ha exportado han prevalecido a veces unos tonos sobre otros y, frente a ese dominio de lo ultraviolento a finales de los ochenta, el romanticismo excéntrico de Makoto Shinkai parece hoy la unidad de medida rectora en muchas decisiones de distribución. Lo que ocurre es que el modelo Shinkai es tan delicado y evanescente que, a menudo, los trabajos realizados bajo su inspiración se pueden quedar en lo llanamente afectado y cursi.
Un título como “Quiero comerme tu páncreas” parece una broma cultural: suena a película de anime extremo con canibalismo incluido, pero, en realidad, es una historia de amor sostenida sobre un fenómeno de última generación que reformula, para el mercado adolescente, el viejo tema romántico de la cierta glamurización de la enfermedad incurable. El pasado y el presente de la distorsionada percepción occidental del anime concentrados, en suma, en un solo título. La película parte de una novela de Yoru Sumino, inicialmente serializada en la Red, que ya había sido adaptada al manga en 2016 y al cine de imagen real en 2017.
Primer largometraje de Shin’ichirô Ushijima, “Quiero comerme tu páncreas” relata la improbable relación entre una adolescente con enfermedad terminal y el menos empático compañero de clase que se pueda concebir. La elección no es caprichosa: ella busca a un interlocutor que no se sienta afectado por la situación. No obstante, queda claro que el dispositivo narrativo se pondrá al servicio de una convencional dinámica de humanización del personaje masculino. La animación es funcional y no especialmente imaginativa, mientras que el relato discurre por terrenos exasperantemente redundantes. No basta con algunos elementos decorativos –desenfoques, reflejos- para impostar un sentimiento que no se hace forma. (Jordi Costa)
Recomendada (con reservas).


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