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viernes, 14 de diciembre de 2018

Yuli (Iciar Bollaín, 2018)


Título original: Yuli. Dirección: Iciar Bollain. País: España. Año: 2018. Duración: 109 min. Género: Drama.
Nacho Ruiz Capillas (Montaje), Alex Catalán (Fotografía), Paul Laverty (Guión), Alberto Iglesias (Música), Andrea Calderwood, Juan Gordon (Producción), Pilar Benito, Gail Egan, Joe Oppenheimer, Mark Bell, Carlos Acosta, Debs Paterson (Producción ejecutiva).
Premio al Mejor Guión 2018 en el Festival de San Sebastián. 5 nominaciones a los Premios Goya.  
Estreno en Sevilla: 14 Diciembre 2018.

Reparto: Carlos Acosta, Santiago Alfonso (Pedro), Keyvin Martinez (Carlos Acosta (joven)), Edilson Manuel Olbera Nuñez (Carlos Acosta (Niño)), Laura de la Uz (Chery), Yerlin Perez (María), Mario Sergio Elias (Mario), Andrea Doimeadios (Berta), Cesar Dominguez (Opito), Yailene Sierra (Profesora 1), Hector Noas (Guía), Carlos Enrique Almirante (Enrique).

Sinopsis:
Yuli es el mote que le pone a Carlos Acosta su padre, Pedro. Desde pequeño, Yuli huye de cualquier forma de disciplina o educación, y es en las calles de un barrio humilde de La Habana donde lo aprenderá casi todo. Pero Pedro sabe que su hijo tiene un talento natural y le obliga a asistir a clase en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Contra su voluntad y a pesar de su indisciplina inicial, Yuli termina cautivado por el mundo del baile. Ya desde la infancia empezará a forjar su leyenda como uno de los mejores bailarines de su generación, a menudo rompiendo tabús y llegando a ser el primer artista negro que hará de Romeo en el Royal Ballet de Londres, donde se labrará una carrera legendaria como primer bailarín durante diecisiete años.

Fotograma de "Yuli"

Comentarios:
La película está firmada por Icíar Bollaín y el guion es de Paul Laverty, pero el cuerpo y el alma de ella pertenecen al bailarín cubano Carlos Acosta, de cuya autobiografía («No mires atrás») se nutre. Recoge al personaje de niño, Yuli, en una Cuba luminosa y hermosa, aún sin el deterioro que el tiempo y la revolución trajeron al paisaje y paisanaje, con escasas referencias a la situación política y social, y lo sigue en su peripecia hasta convertirse en primera figura de la danza mundial. El recorrido de Yuli viene a ser como la contraportada de Billy Elliot, pues ya de niño aborrecía la danza, y su rechazo y rebeldía le costaron muchos castigos y reprimendas de su propia familia, especialmente del padre, un hombre obsesionado en convertirlo en figura del baile.
La narración se articula en dos líneas de argumento, una puramente biográfica en la que se combinan imágenes, recuerdos familiares y progresos profesionales, y otra más, digamos, poética y artística, que asume en la pantalla el propio Carlos Acosta en tiempo presente, y que consiste en la puesta en escena de coreografías y ensayos de una «partitura» de su propia vida… Y esta alternancia de «flashback» y de elaboración artística organizan un tejido amable y vistoso con los colores del «biopic» sobre la trascendencia de este bailarín en la escena internacional, pero también en la de allí, donde reluce especialmente la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Melodrama personal, familiar, relaciones apasionadas con su entorno y consigo mismo, buenos momentos de danza protagonizados por el propio bailarín y una idea persistente sobre el talento innato y el sacrificio que supone exprimirlo con dedicación y responsabilidad. Más interesante para los amantes del baile que para los que se quedan con la copa en la barra. (Oti Rodríguez Marchante)
Recomendada.

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