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lunes, 29 de enero de 2018

Muchos hijos, un mono y un castillo: el poder de las madres

Un artículo de Javier Bernet Toledano 
 



Julita, la madre, ha cumplido todos sus sueños de tener una familia numerosa, un mono y un castillo, y ahora sufre los efectos de la crisis económica, sin dinero para poder mantener el imponente inmueble, y a base de iniciativa y tacto logra mantener a la familia a flote. (Filmaffinity).

La realización de una ópera prima en largo, siempre supone un reto para el director que se lanza a la misma. Generalmente se busca en lo propio, para llevarlo a la ficción, aunque en algunas ocasiones, como la que nos ocupa, se muestra a modo de documental, su mundo desde una perspectiva real, a la par de generosa, porque la verdad, es que su realidad supera en mucho a la ficción, esto es “Muchos hijos, un mono y un castillo”.

Una pequeña y gran obra cinematográfica, obtenida tras muchas horas de grabaciones familiares, unas antiguas en el formato de super 8, y otras actuales, en las cuales la familia participa y pone voz,  en torno a la matriarca Julita. 

Gustavo Salmerón dirigiendo a su madre Julita
 
Madre que nos demuestra con su viva espontaneidad, lo que llamaríamos ahora inteligencia emocional, un mundo caótico, a la par que organizado, que ha ido fraguando a lo largo de más de 80 años de vida, más de 50 de matrimonio, 6 hijos y multitud de experiencias vividas.

Abuelos y tías, huesos escondidos, la guerra civil, la felicidad de las navidades, un belén montado casi todo el año, cenizas guardadas, sus recuerdos en cajas “organizadas con etiquetas”... todo un diógenes de vida, que nos permite visionar en su metraje, que transcurre entre lo más cómico, desde Berlanga a Fellini, hasta momentos de cierta melancolía, situaciones muy reales, porque la vida es un cúmulo de experiencias tristes y alegres, que vienen solas y que se adhieren a las experiencias de toda la familia.

Julita de jovén con su mono
                   
Gustavo Salmeron ha sabido elegir, entre tanto documento visual, los momentos más adecuados para que conozcamos a la protagonista esencial del film, pero también nos da pinceladas del resto de su familia, que vienen y van, moviéndose alrededor de la madre, de sus ocurrencias y de sus intereses, los cuales salpican todo la película y la hace divertida e interesante a partes iguales.

Este año será el “año Julita”, pues está teniendo un buen recorrido por diferentes festivales: nominada a mejor documental en los Premios Goya, mejor documental en el  Festival de Karlovy Vary, mejor documental en el Hamptons International Film Festival, nominada a mejor comedia en los Premios Feroz, mejor documental en los premios Forqué, lo que ha posibilitado que esta película documental, tan castigados en la cartelera, pueda mantenerse y disfrutarse.

Así mismo descubrir a un futuro cineasta, al cual hemos tenido la posibilidad de ver más como actor en cine, teatro y televisión. Anteriormente había ganado un Goya como cortometrajista en 2001 por “Desaliñada”, con lo que sería importante que siguiese carrera como director de largos, esperamos a la próxima Gustavo.


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