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miércoles, 1 de febrero de 2017

¡Oh, La La Land!




Comienza el mes de los Oscar con una película en boca de todos: La La Land. La ciudad de las estrellas, que parte como favorita con catorce candidaturas, (igualando a Eva al desnudo y Titanic), después de batir récords en Los Globos de Oro, al hacerse con los siete premios a los que aspiraba. Muchos han caído rendidos por la magia de esta historia sencilla pero magistralmente contada, mientras que otros abominan de ella, alegando que nada nuevo digno de reseñar aporta al género, en medio, los que aprecian sus valores, pero opinan que no es para tanto.

De lo que no cabe duda es que el joven director norteamericano Damien Chazelle (1985) ha hecho renacer en el gran público el interés por el musical clásico, al estilo Hollywood, con esta su tercera película que desde su estreno, el pasado 13 de enero, ha provocado colas delante de las taquillas de las salas donde esta cinta se proyecta; parece que el público tiene ganas de ver esta gran producción de la que todo el mundo habla y que a la mayoría ha gustado.


La primera película de Damien Chazelle, Guy and Madeline on a Park Bench (2009), realizada con un presupuesto mínimo en blanco y negro (fue su proyecto de fin de carrera) supuso ya una aproximación al género musical, para contar una historia de amor con la música de jazz de fondo. Aquí ya trabajó con el compositor Justin Hurwitz. Colaboración que se repetirá en Whiplash (2014), una nueva historia de amor y de persecución de sueños, ambientada por la música. Whiplash supuso la consagración de Chazelle, gracias al reconocimiento de la crítica y a los números galardones que cosechó (tres premios Oscar, Globo de Oro y Bafta para J.K. Simmons, mejor película y premio el público en Sundance, mejor director novel en Valladolid, entre otros).


La La Land nos cuenta la historia de amor entre Sebastian, un pianista de jazz (Ryan Gosling), que quiere abrir su propio club en Los Ángeles, y Mía (Emma Stone), una actriz que busca su oportunidad en Hollywood. El cartel de “CinemaScope” que aparece en los títulos de crédito iniciales, con el rótulo Made in Hollywood es toda una declaración de intenciones de lo que esta película pretende ser: un homenaje al género del musical clásico, especialmente al hecho en Hollywood; son claras las referencias a títulos como Sombrero de Copa, Cantando bajo la lluvia o Melodías de Broadway, aunque también las hay que nos recuerdan producciones europeas como Los paraguas de Cherburgo, o Las señoritas de Rochefort.


Las referencias cinematográficas están presentes en el propio argumento: la protagonista es una aspirante a actriz, que entre prueba y prueba, trabaja como camarera en una cafetería dentro de los estudios Warner, en los que asistimos al rodaje de alguna película. Además de pequeños guiños a numerosas películas, se rinde un claro homenaje a títulos como Rebelde sin causa, algunas secuencias aparecen en la cinta, dado que los protagonistas acuden a una proyección de la misma, y luego visitan el Observatorio Griffith.


Los actores están fabulosos: hacen que nos creamos su historia de amor, que nos identifiquemos con ellos, que compartamos su tesón por conseguir sueños, y nos contagian su ilusión. Un Gosling con enorme magnetismo y una Stone encantadora, que sin ser bailarines ni cantantes, defienden de forma formidable todas las escenas musicales (muchas de ellas rodadas sin cortes), a base de trabajo y tesón: los justos premios por su interpretación ya les han empezado a llegar, en forma de Globo de Oro.


Pero con todo, lo mejor de esta película es su factura técnica, especialmente en los números musicales, como el impresionante plano secuencia inicial, en una autopista, de más de seis minutos de duración. Un alarde musical y coreográfico, de técnica y de producción que sirve de aperitivo a todo lo que está por llegar.

La La Land es una película que va directa a los sentidos, al oído, a la vista y al corazón, que seguirá dando mucho que hablar. Si todavía no las has visto, ¿a qué estás esperando?.



1 comentario:

  1. Una estupenda reseña de la película. Que es un soplo de aire fresco, de glamour y de cine americano en todo su esplendor. Nos traslada a los años dorados de Hollywood. Yo le doy un Oscar. O más...

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