Páginas

viernes, 24 de febrero de 2017

Los estrenos en Sevilla de 24-02-2017



6 películas se estrenan el 24 de febrero de 2017 en la cartelera cinematográfica de Sevilla. Dos producciones estadounidenses, dos españolas, una británica y una producción suiza de animación. Otra semanita donde hay poco que arañar. En esta ocasión se queda sin editar en Sevilla la película india “Rangoon” (Vishal Bhardwaj, 2017). Sólo dos recomendaciones esta semana y las dos son películas de animación.
 
La vida de Calabacín.  (Suiza, 2016). Dir. Claude Barras. 
Nominada a Mejor Película de Animación en los Oscars 2016. Calabacín es el curioso mote de un niño huérfano de 9 años. Tras la muerte de su madre, Calabacín se hace amigo de un policía llamado Raymond, que le acompaña a su nuevo hogar de acogida donde viven más huérfanos. En un principio no se lleva muy bien con el resto de los niños, y se siente en un lugar hostil y extraño. Con la ayuda de Raymond poco a poco irá haciendo nuevos amigos, y aprenderá a confiar, a encontrar el amor verdadero y a formar su propia familia. La película es la ópera prima de Claude Barras, y está escrita por Céline Sciamma (directora de 'Girlhood' y 'Tomboy'). Es una adaptación de la novela de Gilles Paris 'Autobiografía de Calabacín'. Aún sin haberse estrenado se convirtió en la película de animación más premiada de 2016. La película combina de un modo magistral lo trágico y lo cómico en una fusión casi nuclear de mirada de niño y emoción adulta. La animación es bella, dulce y elocuente. Un poema animado, de las mejores cintas de dibujos animados estrenadas en los últimos años. Recomendada.


Psiconautas, los niños olvidados. (España, 2015). Dir. Pedro Rivero y Alberto Vázquez.
'Psiconautas, los niños olvidados' es un largometraje de animación de Alberto Vázquez y Pedro Rivero que continúa la trama del cortometraje 'Birdboy'. Ambos proyectos están basados en la novela gráfica con el mismo título de Vázquez. La película narra la historia de Birdboy y Dinki, quienes pierden a sus padres en una terrible catástrofe ecológica en la isla en la que habitan. Tras los trágicos acontecimientos, Birdboy vive solo en un bosque, y Dinki emprende otro camino por sí mismo. Ambos tendrán que vivir numerosas aventuras antes de reencontrarse. En palabras del director, la película de animación es en verdad una metáfora, y una crítica a la sociedad. Los personajes se convierten en unos psiconautas, viajeros de la mente con emociones aisladas para evitar la realidad. Se trata de la película ganadora del Goya 2016 a Mejor Película de Animación. Su calidad está garantizada. Los personajes se mueven como el trazo de Vázquez requiere y el lenguaje visual de la película se impone como firme identidad estilística y no como fruto del pulso con posibilismos de producción. Recomendada.


T2: Trainspotting. (Danny Boyle, 2017). Dir. Danny Boyle.
Han pasado 20 años desde que Mark Renton abandonara Escocia, y la heroína. Ahora, Renton vuelve a su tierra natal con el objetivo de rehacer su vida y reencontrarse con sus amigos de toda la vida: David "Spud" Murphy, y Simon "Sick Boy" Williamson; al mismo tiempo que Francis "Franco" Begbie sale de la prisión con sed de venganza. Esta historia de drogas ambientada en Edimburgo vuelve 20 años después del estreno de la primera película con el reparto original formado por Ewan McGregor en el papel que catapultó su carrera; Jonny Lee Miller en el papel de Sick Boy, Ewen Bremner como Spud y Robert Carlyle, que da vida a Begbie. El guión estará firmado por John Hodge, autor de la adaptación original de la novela homónima de Irvine Welsh. Retorno digno, pero innecesario. No es una película en absoluto despreciable, sin embargo la antigua gracia ha desaparecido. No Recomendada.


Fences. (USA, 2016). Dir. Denzel Washington.
Ambientada en la década de los 50, 'Fences' narra la historia de un padre afroamericano que hará frente a los prejuicios raciales para sacar adelante a su familia a pesar de las dificultades económicas. El veterano actor Denzel Washington dirige esta cinta que originalmente era una obra de teatro de Broadway de los años 80 ganadora de varios premios Tony en la que participó. El guión de la película, basado en la obra de August Wilson, ha sido escrito por Tony Kushner. Junto con Washington, protagonizan 'Fences' Viola Davis (ganadora del Oscar a la major actriz de reparto), Mykelti Williamson, Russell Hornsby, Saniyya Sidney, Stephen Henderson, Jovan Adepo, Toussaint Raphael Abessolo, Mark Falvo, Christopher Mele, Phil Nardozzi y Dontez James, Terri Middleton, Malik Abdul Khaaliq y Chris McCail. Washington ha tomado la legítima decisión de no ocultar los orígenes teatrales del texto, pero, en ocasiones, prevalece la impresión de que cada actor lleva las acotaciones pegadas a la solapa. La cinta está lastrada por un ritmo excesivamente lento, y aunque juegue en primera división gracias a unas magníficas interpretaciones, la película no consigue emocionar fácilmente. No Recomendada.


Es por tu bien. (España, 2017). Dir. Carlos Therón.
Arturo, Poli y Chus son tres padres de familia que ven cómo su peor pesadilla se ha hecho realidad cuando se dan cuenta de que sus tres preciosas y queridas hijas, todavía pequeñas para ellos, han crecido y se han echado novio. Pero todavía hay un trago peor que ese: se lo quieren presentar a sus padres. José Coronado, Javier Cámara y Roberto Álamo ven a los pretendientes de sus hijas como seres abominables y tienen claro lo que quieren para ellas. Los tres suegros unirán sus fuerzas para intentar deshacerse de ellos por todos los medios posibles, para conseguir el ansiado final feliz que esperan. Bajo la dirección de Carlos Therón, la película cuenta con el guión de de Manuel Burque y Josep Gatell. El reparto lo completan Silvia Alonso, Pilar Castro, Carmen Ruiz o Miki Esparbé, entre otros intérpretes. La película arranca mal, pero poco a poco va remontando gracias a un guion en el que las situaciones, más que los diálogos, tienen cierta gracia. Eso sí, nunca molesta porque quiere demasiado a su presumible público. No obstante, está llena de altibajos. No Recomendada.


Swiss army man. (USA, 2016). Dir. Dan Kwan y Daniel Scheinert.
Dan Kwan y Daniel Scheinert dirigen este film protagonizado por Daniel Radcliffe y Paul Dano que explora la amistad surgida entre un náufrago en una isla desierta y un cadáver. Ambos comenzarán un viaje surrealista del regreso al hogar del primero, que se da cuenta de que su única oportunidad de escapar viene de la mano de ese no muerto que ha traído la marea. La aventura estará plagada de las flatulencias que no deja de soltar el peculiar zombie con una erección constante. La película, estrenada en el festival de Sundance, sorprendió a una audiencia dividida entre aquellos que abandonaban la sala y los que afirmaban disfrutar de la locura de una historia muy diferente al resto de cintas de muertos vivientes. Los directores, tratando de aclarar la cuestión de los gases, afirman que surgieron como una broma de Radcliffe que terminó pareciéndoles una idea tan genial como para calificar su propia película de "pedo-drama". Una de las historias de amor homosexual más extravagantes que hayamos visto en el cine en mucho tiempo. Ahí radica el principal valor, quizás el único. No Recomendada.

martes, 21 de febrero de 2017

Desde allá (Lorenzo Vigas, 2015), en Circulo Mercantil e Industrial


La película venezolana de Lorenzo Vigas hace gala de su título Desde Allá, pues todo se observa, se contempla, a veces “sin implicación”, lo que confiere al film una contención narrativa, sin apenas diálogos, todo es silencio, gesto, y rostro hecho mirada.

Su argumento, grosso modo, podría recordarnos el film colombiano La Virgen de los sicarios (1999) de Barbet Schroeder, ya que trata de la relación de un varón maduro, de 50 años,  de clase media urbana que busca en la periferia de su ciudad al chico marginal, al sicario, que satisfaga su deseo, deseo reprimido. Pero en la obra de Lorenzo Vigas, a diferencia de la de Barbet Schroeder, apenas hay diálogos,  predomina la ambigüedad y  la indefinición, por lo que rompe con los clichés. Al respecto la crítica lo ha señalado como “uno de los grandes aciertos del film el de no encajar en moldes prefabricados que, con una puesta en escena aséptica y distanciada, desarrolla una relación a priori de tintes pasolinianos” (1).

El film prescinde de la música incidental que es sustituida por  el ruido de la caótica ciudad de Caracas, aunque existe una sobriedad estética al no recrearse excesivamente en la miseria como suelen hacer otros filmes latinoamericanos que están proyectados al aplauso de un público europeo y norteamericano; no obstante, en cierta medida, somos espectadores del mundo de los chicos de la calle; pero ese no es el objetivo que busca Lorenzo Vigas en este su primer largometraje, por ello en reiteradas ocasiones el campo visual está intencionadamente borroso, se difumina o se intuye el contexto; pero lo importante es  que el espectador se centre en los dos personajes principales: en el complejo y enigmático hombre maduro, Armando (Alfredo Castro), y en el joven Elder (Luis Silva). Dos actores excelentes: uno profesional y otro de la calle que interpreta su propia historia. La puesta en escena es impecable. Los dos protagonistas son gesto y mirada, y por su habla delatan la procedencia socio-económica.


El film ofrece dos ritmos narrativos: por un lado, el mundo exterior, plagado de ruidos, confuso y vertiginoso; por otro lado, los espacios interiores recreados por la cámara fija y los planos-detalle de los objetos, que nos hacen intuir la historia y la identidad de los personajes. De este modo, el mundo de las cosas, de lo pequeño e intrascendente, adquiere una categoría protagónica que interpela al espectador; pero, si los objetos juegan con nosotros cuando intentamos desentrañar su valor simbólico; por otro lado,  la cámara fija,  impasible y enigmática,  marca frontera entre los actores y el espectador, convertido este en un testigo mudo y en suspense.

La película de Lorenzo Vigas nos revela como a los dos protagonistas, pese a ser diametralmente opuestos en edad, valores, educación, etnia y clase, les une la vivencia común del padre ausente y maltratador, fenómeno muy habitual en las estructuras familiares latinoamericanas, fundamentadas en valores machistas, que justifican y retroalimentan la irresponsabilidad  y la violencia de los varones. Padres ausentes que, en América Latina han significado la alienación a un líder y el consecuente triunfo de los mesianismos religiosos  y/o de los caudillismos políticos que, en Venezuela, se ha visto plasmado en la veneración de los desprotegidos hacia el “padre” Hugo Chávez. Al respecto Lorenzo Vigas señala: “en las sociedades latinoamericanas son las madres las que crían a los hijos, pero el poder del macho es muy importante. Y como no está en casa, lo queremos encontrar en el caudillo, en Chávez, en Perón. Estamos esperando una figura salvadora” (2).


Lorenzo Vigas, a pesar de no describir documentalmente el espacio urbano, sí nos deja entrever el mundo exterior: la ciudad de Caracas, llena de contrastes, donde alternan lujosos edificios y barrios residenciales (islas de bienestar) junto a un centro ruidoso, violento, descuidado, y caótico, de bloques de viviendas “multifamiliares” que son auténticos semilleros de delincuencia juvenil. No hay que irse a los “ranchitos” periféricos para filmar la miseria, pues el centro de la ciudad está lleno de pobreza.  Una ciudad en la que predomina el machismo y la homofobia, plagada de jóvenes sicarios sin futuro que deambulan por las calles delinquiendo, y a los que la “Revolución Bolivariana” no ha sabido dar respuesta o no ha querido “encauzar”, quizás, porque las lacras estructurales de una sociedad neocolonial e injusta no puedan desaparecer de la noche a la mañana, y también porque las “Revoluciones” jamás deben instalarse en el poder apelando a vanos discursos populistas y despóticos de “todo para el pueblo; pero sin el pueblo”. Caracas es una de las ciudades más violenta del mundo con 119 homicidios por cada 100.000 habitantes (3). 

En este film casi nada es lo que parece, la confusión y la desconfianza se erigen como elementos constitutivos de una sociedad enferma y en crisis que ha perdido el valor de la verdadera comunicación entre las personas. Así lo define el propio Lorenzo Vigas: “Estamos viviendo una crisis de comunicación entre las clases. La falta de tolerancia empieza por una falta de comunicación. Ya no hay diálogo ni entre las clases sociales ni entre el Gobierno y el pueblo. Y el personaje de Armando no tiene comunicación emocional con la gente: aunque no era mi intención, me he dado cuenta que es una metáfora para la situación actual” (4).




Lorenzo Vigas, director de "Desde Allá"

Lorenzo Vigas  nació en la ciudad de Mérida de los Andes (Venezuela) hace 50 años. Realizó sus  estudios en EEUU: cursó la Licenciatura de Biología en la Universidad de Tampa (Florida); en Boston inició una Maestría en Biología Molecular, pero la abandonó: “No aguantaba más. No me imaginaba encerrado en un laboratorio ni como profesor universitario. Tenía que expresarme a través de las imágenes” . Sustituyó el microscopio por la cámara de cine. En la Universidad de Nueva York estudió cine y en los EEUU realizó algunos filmes experimentales. Regresó a Venezuela en 1998 y allí dirigió series documentales y anuncios comerciales. Actualmente  es director, guionista y productor de cine. Entre su filmografía cuenta con un corto de 2003 Los elefantes nunca olvidan rodado en México; y el largometraje Desde allá, coproducido por México y Venezuela en 2015 y que obtuvo el “León de Oro” en la muestra de Venecia.

Lorenzo Vigas, hijo del pintor venezolano Oswaldo Vigas,  jamás sintió pasión por la pintura pero cuenta que cuando se trasladó a México para aprender  guiones cinematográficos sintió que llevaba en sí una herencia, una genética visual, esencial para realizar cine. 



María Dolores Pérez Murillo


oOo


viernes, 17 de febrero de 2017

Los estrenos en Sevilla de 17-02-2017



6 películas se estrenan el 17 de febrero de 2017 en la cartelera cinematográfica de Sevilla. Dos producciones estadounidenses, una china, una tunecina, una francesa y una española. Resumiendo, poca cantidad y poca calidad. Sólo una recomendación para esta semana. ¡No queremos riesgos!
 
Jackie. (USA, 2016). Dir. Pablo Larraín. 
3 nominaciones a los Oscar 2016: Mejor actriz (Natalie Portman), Banda Sonora (Mica Levi) y Vestuario (Madeline Fontaine). La trágica muerte de John F. Kennedy, el trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos, marcó para siempre la historia del país. Este biopic se centra en su mujer, Jacqueline Kennedy, interpretada por Natalie Portman, y cómo vivió los días posteriores del fallecimiento de su marido, asesinado el 22 de noviembre de 1963. La película es el retrato de la primera dama, conocida por su elegancia y dignidad, y de cómo luchó para consolar a sus propios hijos, superar la traumática experiencia y conservar el legado de su esposo. Dirigida por el reconocido Pablo Larraín ('Neruda', 'El club'), la película está protagonizada por Natalie Portman ('Cisne negro'), a la que se unen Greta Gerwig, Peter Sarsgaard y Max Casella. Larraín compone un retrato doloroso, bello y muy educado de la viuda de Kennedy. Hay que avisarlo, es justo la película contraria a lo que cualquiera espera ver, pero es sólo una más de las varias sorpresas y cualidades que ofrece. Recomendada.


El nacimiento de una nación. (USA, 2016). Dir. Nate Parker.
Ganadora del Premio a Mejor Película y Premio del Público en Sudance 2016. 'El nacimiento de una nación' es una película que tiene como referencia cinematográfica uno de los primeros largometrajes del cine clásico, el filme del mismo nombre del cineasta D. W. Griffith. Dirigida y protagonizada por Nate Parker, la película se centra en Nat Turner, un esclavo alfabetizado que en su día fue predicador. Su dueño, que se encuentra en una situación financiera bastante precaria, decide utilizar su influencia para hacer un negocio más próspero, adulando a nuevos esclavos con el objetivo de tener a más gente trabajando para él. Pero tras comprender el fin real de sus actos y todas las atrocidades que debe presenciar tanto hacia él como hacia el resto de compañeros, decide sublevarse e ir en contra de su dueño con el fin de liberar a su gente de la esclavitud y conseguir, finalmente, la ansiada libertad. Muy bien ambientada y visualmente enérgica e intensa, la película ilustra bien la despreciable situación que muestra. La hacen digna de ser vista, siempre y cuando uno no vaya a ver lo nunca visto. Pese a sus ínfulas poéticas y simbólicas no ofrece una sola idea visual original. A Parker parece que le importa más los dictados del cine que gana premios que los del que busca cambios radicales. No Recomendada.


La gran muralla. (China, 2016). Dir. Zhang Yimou.
'La Gran Muralla' es una super producción entre Estados Unidos y China dirigida por el reputado cineasta asiático Zhang Yimou ('La casa de las dagas voladoras', 'La maldición de la flor dorada', 'Regreso a casa'). La película se centra en los misterios y secretos que hay detrás de la Gran Muralla China, uno de los monumentos más importantes de la historia y una de las siete maravillas del mundo. La historia está ambientada en el siglo XV de la Antigua China, un período en el que soldados británicos y el pueblo chino convivieron mientras que la Gran Muralla se construía. A medida que la edificación de la muralla avanza, dos soldados se darán cuenta de que ésta no sólo sirve para protegerse de la amenaza de los mongoles, sino también para, cuando cae la noche, poder escapar de algo inhumano y muy peligroso. Con Zhang Yimou en la dirección, el largometraje cuenta con un reparto internacional liderado por Matt Damon. Junto al actor protagonista, estarán Willem Dafoe, Andy Lau, Pedro Pascal, Jing Tian, Lu Han y Eddie Peng. El guión corre a cargo de Tony Gilroy, Chris Brancato y Doug Miro. Más allá del reparto y la incesante arremetida de diversos efectos especiales, Zhang y sus guionistas de Hollywood no ofrecen más que una tópica película de monstruos. Sus personajes son de cartón-piedra, su narrativa es tediosa y su interés por la lógica es prácticamente nulo. No Recomendada.


Lo que la verdad importa. (España, 2017). Dir. Paco Arango.
La vida de Alec (Oliver Jackson-Cohen) es un auténtico desastre. Vive en Inglaterra y se gana la vida arreglando aparatos eléctricos en una empresa. No le va bien económicamente, bebe mucho alcohol y se acuesta con mujeres casadas. De pronto, su tío ofrece saldar todas sus deudas, pero a cambio, Alec deberá vivir un tiempo en Nueva Escocia. Ahí descubrirá que tiene un misterioso don de curar a las personas. Él se niega a aceptarlo, pero con la ayuda de Abigail, una adolescente con cáncer terminal, el joven aprenderá a aceptar su don de curador. El drama familiar está dirigido por Paco Arango, guionista de otros títulos como 'Maktub' o 'El inquilino'. Junto a Jackson-Cohen, el reparto se completa con Camilla Luddington, Jorge García, Jonathan Pryce, Richard Donat y Kaitlyn Bernard, entre otros. Su calidad cinematográfica es ínfima y su mensaje está a la altura de un panfleto moralista y ultraconservador que traspasa los límites de la obscenidad ética más falsaria y manipuladora. Es, directamente, un dislate. Bien por el lado social, horror por el cinematográfico. No Recomendada.


Hedi, un viento de libertad. (Túnez, 2016). Dir. Mohamed Ben Attia.
Premio al Mejor Actor en el Festival de Berlín 2016 (Majd Mastoura). Situado en Túnez tras la primavera árabe, Hedi es un joven de 25 años muy tranquilo y sencillo. No tiene carácter y no espera mucho de la vida. De hecho, deja que su madre, una mujer muy autoritaria, organice su boda con Khedija. Su jefe también manda sobre su vida y le prepara un viaje a Mahdia la semana antes de su boda. Vive en la indiferencia completa hasta que conoce a Rym, una animadora de un hotel de playa en el que hay muy pocos turistas. Se siente tan atraído por ella que se deja llevar por la joven. Juntos viven una apasionada aventura. Mientras tanto, los preparativos de boda siguen su curso y Hedi deberá elegir entre la razón o el corazón. Sin contar nada nuevo, lo cuenta bien, sin salirse del guion. Se agradece que esta ópera prima, producida por los hermanos Dardenne, sea seca y concisa, pero tampoco va mucho más allá de lo que sus primeros minutos nos hacen prever. No Recomendada.


Manual de  un tacaño. (Francia, 2016). Dir. Fred Cavayé. 
François Gautier no solo es el primer violinista de la orquesta de su pueblo, también es un tacaño. Pero de una manera extrema: cuenta todo lo que gasta, su único amigo es director de un banco, usa la luz de las farolas, mide exhaustivamente lo que le queda de papel higiénico, etc. Pese a que lleva una vida muy solitaria, François conocerá a Valerie, la nueva música seleccionada en la orquesta donde él trabaja. A diferencia de todo el mundo, ella no ve en él el demonio obsesionado con el dinero que todos los demás ven, sino que ve a un talentoso hombre del que se enamorará; este hecho descolocará la vida de François hasta puntos insospechados. Para complicar más las cosas, aparecerá en la vida otra mujer: Laura que dice ser su hija. Siendo el maniático del control que es, ¿logrará lidiar con las dos a la vez? 'Manual de un tacaño' es la cuarta película de Fred Cavayé ('Los próximos tres días', 'Cruzando el límite'). Interpretada por el exitoso actor Dany Boon, la película fue número 1 de recaudación en taquilla en Francia en su estreno, con casi 800.000 espectadores. El problema está en todo lo que no es Boon: la película tiene un gag único, que no evoluciona ni se enriquece. Boon se merecía un vehículo cómico más a su altura. No Recomendada.

lunes, 13 de febrero de 2017

El musical



¿Hay algún género cinematográfico más americano -aparte del western- que el musical? El nacimiento de éste género se remonta al año 1927 y la aparición del sonido, con la película “The jazz singer”. Nacido en los años de la Gran Depresión económica, compartió junto con el cine de gánster, los gustos de los americanos de la época.

Están hechos de sueños, son vitalistas, y nos recrean un mundo de fantasías imposibles de realizar en otro medio que no fuera el cine, permitiendo la evasión y no la reflexión, un punto importante para su éxito en aquella dura época. Tenían como principal tema el romanticismo, el clásico chico conoce a chica, tan típico de las comedias románticas, aderezado con números de baile que, la mayoría de las veces nada tenían que ver con la trama.

En aquellos años, triunfaba el jazz y el Big Band, Broadway estaba en su apogeo y era normal que un espectáculo musical que triunfaba allí fuera llevado al cine, poco a poco el cine fue comiendo terreno al teatro, y tanto bailarines, coreógrafos y guionistas se pasaron rápidamente a él. Otro motivo de su éxito eran las costumbres de la época, la gente solía ir a bailar después del cine, allí volvían a escuchar y a bailar esas canciones que habían visto, poniéndolas de moda. Esta década de los treinta, está considerada como la época de esplendor del género, Fred Astaire -con la elegancia que transmitía en su baile- y Ginger Rogers, protagonizaron muchos de los éxitos y gozaron de una enorme popularidad. Películas maravillosas como “Sombrero de copa”, “La alegre divorciada”, “Sigamos la flota” (1934, 1935 y 1936, Mark Sandrich), “Vampiresas” (1933, Mervyn LeRoy) y un largo etcétera, contribuyeron a darle esplendor al género.


En la década de los cuarenta y debido al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el musical decayó un poco, aunque de aquellos años tenemos los éxitos de Judy Garland con “El mago de Oz” de Victor Fleming y algunas de las que protagonizó dirigida por su marido, Vincent Minnelli. Terminada la guerra el musical vuelve un resurgir con el éxito de “Levando anclas” (1945, George Sidney), protagonizada por Gene Kelly y Frank Sinatra. Entrando ya en la década de los cincuenta les siguen otras como “Un americano en París” (1953, Vincent Minnelli), “Cantando bajo la lluvia” (1952, Stanley Donen) “Los caballeros las prefieren rubias” (1953, Howard Hawks), “Melodias de Broway” (1955, Vincent Minnelli), “Siete novias para siete Hermanos” (1954, Stanley Donen) “Ellos y Ellas” (1955, J. L. Mankiewicz) o “Gigi”  (1958, Vincent Minnelli).

Todas estas películas se dieron gracias a la unión y al talento de grandes personajes, como el productor Arthur Freed, que con uno de los grandes estudios -Metro Goldwyn Mayer- produjo gran parte de ellas, tanto es así que a los musicales se los denominaba, “los musicales de la Metro”. Otro gran binomio de la época de los cincuenta fue el formado por el bailarín y coreógrafo Gene Kelly y su amigo el guionista y director Stanley Donen, juntos hicieron el que quizás sea el musical más famoso de todos los tiempos “Cantando bajo la lluvia”.


En ésta década también entran en escena el cambio de tema en algunos musicales, dejan de ser tan edulcorados y dan paso al drama, como en “Ha nacido una estrella” (George Cukor), salen a filmar a la calle como “Un día en Nueva York” (Stanley Donen), y  gracias a Vincent Minnelli los decorados se hacen menos aparatosos, debido a la sofisticación de sus puestas en escena y los números musicales se integran muy bien en la trama.

Al final de los años cincuenta, entra en escena, el que sería el  protagonista del boom de la siguiente década: Elvis Presley y el rock and roll, con películas como “Love me Tender”, “King Creole” o “Loving you”. En ésta década de los sesenta, el musical comienza su decadencia, la sociedad está cambiando, los temas sociales son ahora protagonistas de esa actividad, la música ha cambiado con la entrada del rock and roll, la juventud se vuelve más reivindicativa, y todo esto se refleja en el cine, los grandes estudios pierden el interés por los musicales.

A pesar de no haber una gran producción, de ésta década son títulos como “West side story” (1961, Robert Wise y Jerome Robbins), en su argumento ya vemos reflejado el cambio de rumbo que antes apuntábamos; “Mary Poppins” (1964, Robert Stevenson),  precursora de lo que más tarde, en los años noventa, Walt Disney utilizó para sus grandes éxitos: música y fantasía dirigidas a un público infantil.

En los setenta se habla de un nuevo resurgir del musical, parte de ello se debe al director Bob Fosse y a su exitosa película “Cabaret” (1972), se le denomina ya padre del musical moderno.

También de ésta década son “New York New York” (1977, Scorsese), “Fiebre del sábado noche” (1977, John Badhan), “Grease” (1978, Randal Kleiser) y “Jesucristo Superstar” (1973, Norman Yewison).


En los ochenta, después del éxito de “Grease”, algunos de los musicales van dirigidos a un público adolescente, como “Fama” (1980, Alan Parker), “Flashdance” (1983, Adrian Lyne) y la que más éxito cosechó “Dirty Dancing” (1987, Emile Ardolino). En los noventa  Walt Disney y sus musicales infantiles de dibujos animados protagonizan los éxitos de la década, con títulos como “Blancanieves y los siete enanitos”, “La bella y la Bestia” “Pocahontas”, “La Sirenita”, etc.

Desde la entrada de éste nuevo siglo, son pocos los musicales que se pueden destacar, entre ellos está “Moulin Rouge” (2001, Baz Luhrmann), inspirado en La Traviata de Verdi, “Chicago” y “Nine” (2003 y 2009, Bob Marshall), éstos dos últimos nos recuerdan mucho a la estética de  “Cabaret”. En 2012, dirigido por Tom Hooper, destaca “Los Miserables”, que siguiendo la tradición de los primeros musicales, fue llevado al cine después de obtener un gran éxito como obra teatral; y el último estrenado recientemente “La La Land” (2016, Daniel Chazelle), homenaje a los musicales clásicos de la gran época dorada del género, y a los grandes directores como Minnelli, Fosse o Donen.


La decadencia del musical de Hollywood, se hace patente en la poca producción de los últimos años; en mi opinión, la entrada de la música pop en los años cincuenta juega una importante baza, los bailes y las canciones, los temas románticos de los grandes éxitos de la época dorada, no tienen cabida en éstos tiempos, los éxitos musicales vienen dados por otros medios ajenos al cine, ha cambiado el escenario de los éxitos de antaño. Hoy no se concibe promover un éxito musical si no va acompañado de su réplica visual e inmediatamente colgado en la red, eso implica una mayor rapidez en su difusión y una llegada masiva al público, esta industria musical de hoy en día es totalmente independiente de la del cine, no como antaño, que una iba unida a la otra.

En consecuencia, los éxitos musicales actuales no le deben nada al cine. La prueba más reciente la tenemos en los últimos musicales que han tenido éxito, la banda sonora de “Moulin Rouge” por poner un ejemplo sólo tiene un tema original, los demás son canciones que ya eran famosas antes de la película.

Esperemos que, aunque sean remakes de otros anteriores, éxitos teatrales, u homenajes a lo que se hizo en los años cincuenta, se sigan haciendo filmes musicales, para mayor disfrute de los que nos gusta el género.



                                                                            Meli de la Fuente