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miércoles, 27 de enero de 2016

Mia madre, de Nanni Moretti



Título original: Mia madre. Dirección: Nanni Moretti. País: Italia y Francia. Año: 2015. Duración: 106 min. Género: Drama. Guión: Nanni Moretti, Francesco Piccolo, Valia Santella. Producción: Nanni Moretti y Domenico Procacci. Fotografía: Arnaldo Catinari. Montaje: Clelio Benevento. Música: Michael Giacchino. Vestuario: Valentina Taviani. Sonido: Alessandro Zanon. Dirección Artística: Paola Bizarri. Estreno en España: 22 enero 2016.
Intérpretes: Margherita Buy (Margherita), John Turturro (Barry Huggins), Giulia Lazzarini (Ada), Nanni Moretti (Giovanni), Beatrice Mancini (Livia), Stefano Abbati (Federico), Enrico Ianniello (Vittorio), Anna Bellato, Tony Laudadio, Lorenzo Gioielli, Pietro Ragusa, Tatiana Lepore, Monica Samassa, Vanessa Scalera, Davide Iacopini, Rossana Mortara, Antonio Zavatteri, Camilla Semino, Domenico Diele y Renato Scarpa.

Sinopsis:
Margherita (Margherita Buy), una directora de cine políticamente comprometida, está a punto de separarse de Vittorio, un actor con el que tiene una hija adolescente. Su hermano (Nanni Moretti) decide dejar el trabajo para dedicarse a cuidar a su madre, gravemente enferma en el hospital. Se trata de analizar hasta qué punto una enfermedad supone un drama familiar que altera completamente la vida cotidiana.

Fotograma de "Mia madre"

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Presentada en la sección oficial del último certamen de Cannes, ya pasó por nuestro Festival de Cine Europeo de Sevilla 2015, pero ahora nos llega a la cartelera. Se trata del último trabajo del siempre interesante director italiano Nanni Moretti. En este caso, convierte a Margherita Buy en la protagonista principal y esencial de su película y la eleva a conseguir un David di Donatello por su interpretación y una nominación a los Premios de Cine Europeo.
El cine de Nanni Moretti siempre ha sido una forma de terapia, un tratado sobre el empeño del director por estar relajado con la vida y con el mundo. A menudo autobiográficas, sus películas hablan de su cotidianidad, pero con el maravilloso añadido de un extraordinario sentido de la elusión ensoñadora, allí donde el deseo, y también el remordimiento, se convierten en la viva imagen del sentido mismo de la vida. Ya sea de forma meridiana, como en Abril (1998), con sus filias y sus fobias, en Caro diario (1993), con sus picores físicos y mentales, o en Palombella rossa (1989), sobre su niñez, sus miedos y el fracaso de las ideas comunistas, ya sea introduciendo sentimientos propios en historias sobre lo ajeno, Moretti es un gran contador de relatos sobre uno mismo. Y la muerte de una madre no es cosa cualquiera. Algo a lo que acude en la excelente Mia madre, donde por vez primera se ha escondido en el cuerpo de una mujer que ejerce de trasunto del autor. Una mujer que, eso sí, es directora de cine, para no acabar de enmascarar su habitual sistemática.
Con el contrapunto cómico del personaje de John Turturro, una estrella del cine americano que acude a Italia para protagonizar una película de denuncia dirigida por la protagonista, y en un relato sobre el miedo a un modo de ser, Mia madre, como siempre en Moretti, nos habla de muchos asuntos con una enorme complejidad amparada en la sencillez. En ella habita la pesadumbre de la duda en una persona que no acostumbra a dudar, de gran personalidad, que siempre ha creído tener la razón (y que seguramente la ha tenido), y que se ha ganado fama de distante, de dura y de engreída entre la mayoría, la que sí duda. Un carácter que cualquiera que haya entrevistado a Moretti alguna vez sabe que no es difícil que salga a relucir.
A diferencia del emocionante naturalismo sin digresiones de La habitación del hijo, Javier Ocaña sostiene que el director italiano nos habla de la pérdida a través de la continua ruptura del realismo, con secuencias de un onirismo surrealista que a veces se integra en sueños físicos, mientras otras, las mejores, surge sin que nadie necesite estar durmiendo, con la naturalidad expositiva de un brillante y fugaz pensamiento lógico. Drama políticosocial a la manera de un autor que suele imponer un cierto distanciamiento en esta vertiente, Mia madre es también una sátira de la industria del cine y una disección de los miedos contemporáneos. Los sociales, los morales y los sentimentales.


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