Páginas

jueves, 22 de octubre de 2015

Yo, él y Raquel, de Alfonso Gómez-Rejón



Título original: Me & Earl & the Dying Girl. Dirección: Alfonso Gomez-Rejon. País: EE.UU. Año: 2015. Duración: 105 min. Género: Drama, comedia. Guión: Jesse Andrews. Diseño de Producción: Gerald Sullivan. Fotografía: Chung-Hoon Chung. Música: Brian Eno y Nico Muhly. Montaje: David Trachtenberg. Estreno en España: 9 Octubre 2015.
Intérpretes: Thomas Mann (Greg),  Olivia Cooke (Rachel),  RJ Cyler (Earl),  Nick Offerman (Padre de Greg),  Connie Britton (Madre de Greg),  Molly Shannon (Denise),  Jon Bernthal (Mr. McCarthy),  Katherine C. Hughes (Madison),  Matt Bennett (Scott Mayhew),  Masam Holden,  Bobb'e J. Thompson,  Chelsea T. Zhang,  Gavin Dietz,  Edward DeBruce III.

Sinopsis:
Greg pasa el último año del instituto de la forma más anónima posible, evitando todo tipo de relaciones, mientras en secreto hace extrañas películas con su único amigo. Esta situación cambiará cuando su madre le obliga a hacerse amigo de una compañera de clase con leucemia.

Olivia Cooke y Thomas Mann

Comentarios:
Se estrena en nuestras pantallas el filme ganador del Premio a Mejor Película y Premio del Público en el último Festival de Sundance. Y sólo podemos estar contentos de que nos lleguen estas producciones a nuestra ciudad. Una película altamente recomendable para cinéfilos por las decenas de citas y guiños que sobre el cine aparecen a lo largo de todo el metraje de esta obra “indie”. Es especialmente relevante el uso de la música, pues en muchas secuencias podremos reconocer las melodías de grandes películas, como “Vértigo”, “Los cuatrocientos golpes” o “Cowboy de medianoche”. No hay que perdérsela.
Las películas cinéfilas, las que basan buena parte de sus esencias en los guiños artísticos, en los homenajes, en la explosión de nostalgia por aquel tiempo en que se descubrieron algunas de las obras que inyectaron la bendita droga de no poder dejar de ver cine, tienen algo ganado y algo perdido desde el inicio. La victoria es la imposibilidad del que conecta con la sensibilidad del director para abandonarlo a la intemperie del desinterés. La derrota es que la autenticidad se resquebraja a cada paso ajeno a la propia película.
Yo, él y Raquel es al mismo tiempo una tragedia juvenil, una comedia de instituto y un exquisito catálogo de saber cinéfilo. Y su director, Alfonso Gómez-Rejón, estadounidense de Texas, un volcán de creatividad. Quizá de demasiada creatividad. Pero, ¿eso existe? Sí, cuando no se puede evitar querer ser artístico en cada plano, lo que lleva a que buena parte de las veces se descubran excelentes composiciones mientras en otras den ganas de regalarle un trípode. Grandes angulares, encuadres con mucho aire por arriba, composiciones con el personaje en los extremos izquierdo y derecho de la pantalla, acelerones. A veces en concordancia con la narrativa y el estado psicológico de los personajes. A veces porque sí. 
Javier Ocaña afirma que este filme podría ser el Love story de la generación hipster (aquí también hay leucemia), pero es sobre todo un triunfo del tono, de la combinación del drama con la comedia. Y, reflexión personal, resulta imposible que no te caiga bien un tipo que comparte tantos gustos contigo, y no los obvios (Seconds, Amenaza en la sombra, Las zapatillas rojas...), y que tiene una diana de los arqueros Powell y Pressburger en su habitación adolescente.


1 comentario:

  1. Esta no hay que perdérsela aunque haya que usar el pañuelo. como en Love History
    Ana

    ResponderEliminar