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miércoles, 14 de octubre de 2015

Irrational Man, de Woody Allen



Título original: Irrational man. Dirección y Guión: Woody Allen. País: EE.UU. Año: 2015. Duración: 95 min. Género: Drama, thriller, comedia. Producción: Letty Aronson y Jack Rollins. Fotografía: Darius Khondji. Música: Ramsey Lewis. Montaje: Alisa Lepselter. Dirección artística: Carl Sprague. Vestuario: Suzy Benzinger. Decorados: Jennifer Engel. Estreno en España: 25 Septiembre 2015.
Intérpretes: Joaquin Phoenix (Abe),  Emma Stone (Jill),  Jamie Blackley (Roy),  Joe Stapleton (Professor # 1), Nancy Carroll (Professor # 2), Allison Gallerani (Braylin Student # 1), Brigette Lundy-Paine (Braylin Student # 2), Katelyn Semer (Braylin Student # 3), Ethan Phillips (Jill´s Father),  Betsy Aidem (Jill´s Mother), Parker Posey,  Julie Ann Dawson,  Mark Burzenski,  Gary Wilmes,  Geoff Schuppert,  David Pittu,  Steven Howitt,  Kaitlyn Bouchard,  Ana Marie Proulx,  Kate McGonigle,  Tamara Hickey.

Sinopsis:
Abe Lucas, un profesor de filosofía en plena crisis existencial, le encuentra de nuevo sentido a su vida al enamorarse de una de sus alumnas. Al poco de llegar a la universidad de una pequeña ciudad, se relaciona con dos mujeres: Rita Richards, una solitaria profesora que busca que la rescate de su infeliz matrimonio; y Jill Pollard, su mejor estudiante y muy pronto su amiga más cercana. Jill está enamorada de su novio, pero encuentra tan irresistible la personalidad atormentada de Abe que, incluso cuando el profesor muestra claros síntomas de desequilibrio mental, su fascinación por él no hace más que crecer.

Joaquin Phoenix y Emma Stone

Comentarios:
Fiel a su cita anual nos llega el trabajo 2015 de Woody Allen. En esta ocasión nos presenta una intrigante historia, impregnada por su gran fascinación por la filosofía, que pasó por el último certamen de Cannes fuera de concurso.
Los créditos en silencio, sobre negro, sin la habitual música, ya anunciaban tragedia. Es la que se agazapa a la vuelta de la esquina de Irrational Man, en concreto al otro lado de la mesa de un diner, el extraordinario punto de giro del filme y de lo mejorcito que ha rodado Woody Allen en los últimos tiempos. La comedia ligera del profesor de Filosofía alcohólico (Joaquin Phoenix), roto por dentro, que tiene enamoradas a su alumna más brillante (Emma Stone) y a una profesora casada (Parker Posey), da paso entonces al relato dostoievskiano. No es la primera vez que el neoyorquino combina humor y homicidio. Lo hizo en Delitos y faltas y en Match Point, y esta película se ofrece como una variante alrededor de los mismos temas, acaso como la coronación de una trilogía con Crimen y castigo como base moral.
Carlos Reviriego sostiene que en el mejor de los casos, Irrational Man es uno de los trabajos más estimulantes y satisfactorios que Allen ha rodado en este siglo XXI. En el peor de los casos, está muy lejos de los hitos logrados en el siglo pasado, como precisamente Delitos y faltas. La pereza o la ausencia de ideas con que resuelve algunas escenas o toma algunas decisiones -el horrible, repetitivo, empleo de la música- podemos, si queremos, compensarla con tres secuencias memorables. La suerte (o la sabiduría del cineasta) es que esas tres escenas son las más determinantes del filme, y se resuelven con sendas ideas de realización tan distintas como eficaces: la una con el desplazamiento espacial, la otra con la energía del primer plano y la tercera con los cuerpos de los actores. Reconocemos, aunque solo sean huellas, aquello que ha hecho a Woody Allen tan grande, y que de alguna manera sigue conservando en su ADN de cineasta.
Lo curioso en un escritor de creatividad tan exclusiva es que ninguna de estas ideas sean de guion. O es que el guion y la dirección son ya tan orgánicos en su cine que no podemos distinguir lo uno de lo otro. Aun con todo, de entre las variantes a la trilogía dostoievskiana, nos seduce no tanto la idea del crimen (im)perfecto como del placer culpable (ya lo entenderán cuando la vean), la imposibilidad del docente filosófico Abe interpretado por Phoenix de casar acción con análisis, porque aquello que hacemos y aquello que filosofamos siempre acaban reñidos. Esa es la condena del hombre irracional en la película, la que el relato expone con obviedad. Quizá el problema es que Irrational Man no ofrece un humor tan visible como para ser comedia ni una trama tan armada como para pasar por un thriller. Y nos preguntamos, tratándose de Woody, ¿alguna vez eso nos ha impedido adorar sus películas?
Con algunos cineastas somos espectadores irracionales. Para ojos, mentes y corazones ya conquistados por la magia de Woody desde que tenemos uso de razón, Irrational Man sigue ofreciéndonos motivos, una vez más, para no perderle la fe. Y además, ya sabemos que la próxima será terrible y la siguiente, con toda probabilidad, reafirmará nuestra fe de nuevo. Es nuestro sino.


1 comentario:

  1. Las películas de Woody Allen hay que verlas y esta promete. Te puede gustar más o menos pero nunca deja indiferente , aunque a veces, bastantes veces desconcierta.

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