Coppola, Premio Princesa de Asturias de las Artes 2015 |
El cineasta estadounidense Francis Ford Coppola, realizador de la
emblemática trilogía "El Padrino", recibió recientemente el Premio
Princesa de Asturias de las Artes de manos del rey de España Felipe VI. La
ceremonia fue presidida por los reyes Felipe y Letizia en el Teatro Campoamor
de Oviedo.
La ceremonia contó, entre otros galardonados, con el escritor y
periodista cubano Leonardo Padura, célebre por sus novelas negras, con el
detective Mario Conde como protagonista, en la categoría de letras. El premio
de cooperación internacional recayó en la popular enciclopedia digital
Wikipedia que crearon en 2001 el empresario Jimmy Wales y el filósofo Larry
Sanger,
Coppola, quien acumula seis premios Oscar en su palmarés, se convirtió en
el séptimo director de cine galardonado con el premio antes conocido como
Príncipe de Asturias. Anteriormente lo habían recibido Woody Allen, Pedro
Almodóvar, Vittorio Gassman, Fernando Fernán Gómez, Luis García Berlanga y
Michael Haneke.
"Estoy especialmente emocionado porque en España hace 50 años me
premiaron con la Concha de Oro del Festival de San Sebastián. Hoy me siento
lleno, con las mismas ambiciones y emociones que entonces. Puede que un día el
cine pueda realizar milagros, pero por ahora me presento más como Sancho que
Don Quijote y, humildemente, les doy la gracias", declaró Coppola.
El jurado condecoró al cineasta "por ser un narrador excepcional,
cuya carrera ha sido una continua lucha por mantener la total independencia
emprendedora y creativa, y porque sus exploraciones en torno al poder sobre los
horrores y absurdo de la guerra han trascendido su obra artística". Felipe
le calificó de "artista genial, inconfundible, único y universal".
Los premios, en su 35 edición, pasaron a denominarse Princesa de Asturias
después de que el rey Juan Carlos abdicara en junio de 2014 y tras la
consiguiente subida al trono de Felipe y Letizia. El título de princesa de
Asturias corresponde a su hija Leonor de Borbón, así como la condición de
heredera de la corona. Pero, con apenas nueve años, la menor de edad no
participó de la ceremonia. Cada uno de los premios, creados en 1981, está
dotado con 50.000 euros (55.000 dólares), una escultura diseñada por Joan Miró,
un diploma y una insignia.
Coppola en la entrega de los Premios |
Durante su estancia en Oviedo, el cineasta de ‘El padrino’, realizó
multitud de declaraciones, entre ellas, se arrancó con críticas no a Hollywood
– «que no existe como tal, es un cartel»– sino hacia la industria
cinematográfica, la estadounidense y la del resto del mundo, que busca solo
dinero y vive ajena al arte y la experimentación. «La industria está para ganar
dinero, pero el cine es también un arte. Directores como Spielberg y como yo no
entramos en estos para ganar dinero sino para obtener placer». El arte sin
riesgo es como no hacer el amor e intentar tener hijos", ha advertido
Coppola tras confesar que entró en el cine por su componente
"mágico".
Es, confiesa, de una generación en la que la industria sí tenía hueco
para el entretenimiento y para algo más, para hacer películas «valientes y
bellas» y echa en falta que hoy haya dejado de ser así. «Los estudios tienen
auténtica aversión al riesgo», afirmó, antes de explicar que el cine es
experimentación por encima de todo y que de ella nacen «obras de arte
fantásticas», aunque quizás no se aprecien a corto plazo y necesiten de más
tiempo para ser amadas por todo el mundo. Lo sabe de buena tinta. Lo ha vivido
en sus propias carnes con buena parte de sus obras. Y lo sigue viviendo.
Por eso su mirada se sitúa hoy sobre el cine independiente, sobre los
directores que buscan una expresión propia, que pretenden «hacer algo único»,
porque hacer algo muy bien hecho que ya se ha hizo antes para él no tiene
gracia. El camino es otro.
Conocedor del cine español, optimista por naturaleza, Coppola aseguró que
en todo el mundo se hace cine interesante pero no quiso desvelar en qué líos se
meterá próximamente. Eso sí, expresó sin tapujos su mayor preocupación: «Es
saber si voy a vivir el tiempo suficiente para hacer las películas que quiero
hacer». Habló de política, de corrupción, trató de imaginar a los Corleone en
estos tiempos de crisis y confesó que una de los principios que rige su
existencia es la negación de la maldad. Para él no existe sino como carencia
del bien. Dicho lo cual, no entiende que el mundo sea a veces tan atroz porque
no hay razón para ello. Y como ejemplo de ese horror, viajó a Siria, un país
que visitó hace un par de años. «Tenemos que compartir la prosperidad y no
permitir lo que está pasando con los refugiados en Siria». Este mundo tiene
arreglo y la receta es muy sencilla: nunca mentir y usar como armas la
creatividad y la belleza.
El autor de "Apocalypse now" -una película que trata
"sobre la moralidad, no sobre la guerra"- también repasó sus
comienzos en el cine durante la década de los setenta, un periodo que "no
fue fácil" y en el que encadenó obras como las dos primeras partes de
"El Padrino" o "La conversación" no siempre con éxito de
crítica y público.
Coppola en su estancia en Oviedo |
Recordo también que en la pintura o la ópera hubo creadores que murieron
pensando que su obra no interesaba, ha defendido la necesidad de ser
"paciente", de apostar por lo que a uno le interesa y de arriesgar,
como hizo él, su propio dinero aunque en ocasiones su apuesta le llevara casi a
la ruina. "No tenía ningún problema en arriesgar mi propio dinero y lo
haría también hoy. Es mejor que pedirle dinero a una persona que ni siquiera te
respeta. Prefiero ganarlo yo e invertirlo luego en mi propio trabajo", ha
indicado.
Pese a mostrarse escasamente interesado por la política a la hora de
hacer cine sí se ha mostrado preocupado por la corrupción -"una enfermedad
a la que no se puede sobrevivir, hay que acabar con ella y se puede"-
aunque ha eludido plantearse si rodaría una película con ese trasfondo dado
que, a sus 76 años, su mayor preocupación es "vivir lo suficiente"
para hacer todavía lo que quiere. Así, ha asegurado no conocer "tan
bien" a la familia Corleone que retrató en "El Padrino" como
para imaginar cómo habrían afrontado la crisis económica de los últimos años,
pero sí ha lamentado que algunos de los "grandes villanos" actuales
la señalen como su película o su libro favorito porque les gusta la actitud
"fría" y "pragmática" del clan siciliano.
"La
corrupción es una forma de mentir y la mentira es lo que permite que una país
grande con un gran ejército bombardee a otro y diga somos los buenos y los
terroristas son los malos", ha advertido el cineasta.